6.

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— ¡En dos semanas son las finales y no quiero ni un solo desliz!— la voz del entrenador Michaels era severa, se tomaba las finales muy en serio y los empujaba hasta su máximo.

Podían oler el estrés, la sangre, el sudor y la testosterona desde ese momento.

— Si seguimos con nuestra racha calificaremos y llegamos a las finales, iremos a Liverpool a competir— hizo una pausa, dejó de hablar y de caminar y los miró severamente — Quiero ir a Liverpool.

Tal vez era mucha presión para un grupo de chicos de diecisiete y dieciocho años, pero eso no le importaba al coach.

— ¡A calentar!

A partir de ese momento los entrenamientos eran más pesados, terminaban jadeando por agua, no había descansos y se suponía que iban a ser más largos. Pero no solo el coach quería ir a Liverpool. Todo el equipo quería calificar.

Ya casi acababa el entrenamiento cuando Aaron se acercó trotando a John.

— ¿Podemos hablar?— preguntó el moreno en un susurro.

— Sí, ¿Dónde antes?

— Claro.

John sabía que Lucas lo esperaba en las escaleras como siempre, por eso le aviso mediante un mensaje de texto, que no se desesperara, que ya iba. Necesitaba saber que se le había metido a Aaron. Desde la fiesta donde prácticamente le había rogado tener sexo con él, había estado muy raro, John no era idiota, sabía por qué. Solo no entendía por qué, si él mismo había dicho que solo era sexo, que no se confundiera. Le molestaba que después de haber dicho eso fuera él el ofendido.

Fue a donde solían ir todos antes a fumar, detrás de las gradas de la alberca. Ahí estaba Aaron caminando en círculos.

— ¿De qué querías hablar?— preguntó John y el moreno dio un brinco.

— Me asustaste.

— Lo noté— dijo y se cruzó de brazos — Habla ya, tengo prisa.

Aaron frunció el ceño.

— ¿Vas a salir con ese perdedor de nuevo?— dijo refiriéndose a Lucas — ¿Son novios acaso?

— Sí, voy a salir con él, no es ningún perdedor y no somos novios— le dijo — ¿Y a ti que te importa lo que haga?— se le acercó — Después de todo ¿solo fue sexo no?

Aaron retrocedió y se talló la cara con una mano. Luego lo miró.

— Eso creí pero... no puedo dejar de pensar en eso, en ti John...

— ¡Ay cállate!— lo cortó rodando los ojos — Tu fuiste el que me rogó que te cogiera, eso hice, fue un error, no debí hacerlo, pero confié en que cumplirías con tu palabra de solo sexo. De haber sabido que ibas a tener sentimientos por mi...— se rió con un resoplido — Ahora sé lo que sintió Jason.

— Yo quería que esto pasara tanto como tu, John— dijo Aaron — Pero fue gradual y pensé que sería como con las chicas, que tendríamos sexo y te superaría pero solo fue peor— se acercó a John con cuidado — No puedo sacarte de mi cabeza.

John rió incrédulo.

— Por lo menos inténtalo— le dijo severo— Yo no siento nada por ti.

Aaron se quedó muy serio, miró el suelo, luego a John y se lanzó contra él para besarlo. Sus labios chocaron pero John lo empujó.

— Lo siento.

— Ni se te ocurra volver a hacer eso.

John se dio la vuelta enojado y caminó lejos de las gradas.

— ¡Voy a hacer que sientas por mi lo que yo siento por ti!

— ¡Suerte!

Lucas estaba sentado en las escaleras y cuando vio a John acercarse a él se puso de pie de un brinco con su mochila al hombro. Pero él no sonrió divertido como siempre, se veía enojado.

— ¿Todo bien?— le preguntó con cuidado.

— Sí, solo...— John suspiró — Te voy a contar, pero promete no decirle a nadie.

Lucas asintió lentamente. Confundido. Fueron al carro y manejaron fuera de la escuela. John estuvo en silencio un tiempo y finalmente, en un semáforo en rojo miró a Lucas.

— Iré al grano. Aaron y yo tuvimos sexo.

Lucas se quedó en silencio. Solo conocía un Aaron, no podía ser ese mismo Aaron.

— ¿Aaron?

— Sí, ese mismo Aaron Jones, que cambia de novia más que de ropa interior, que se hace el macho... me rogó para acostarse conmigo.

— Pero... ¿Cuando? ¿Donde? ¿Qué?

John arrancó.

— Perdón por preguntar tanto pero... es difícil verlos a ustedes dos así. No lo creo de Aaron.

— Fue como hace más de un mes, en una fiesta, estábamos borrachos y él mismo había dicho que solo era sexo.

— Oh.

— Pero ahora viene a decirme que está enamorado de mi, que me ama y que me va a conquistar. Maldito idiota.

Lucas sintió un malestar en el pecho, le ardía, de pronto había comenzado a odiar a Aaron. Dejó de ver a John para ver a su ventana. Maldito Aaron. ¿Quién se creía? Miró de nuevo al castaño. Tenía el ceño fruncido. ¿Por qué odiaba a Aaron? No le había hecho nada a él. No había motivos para sentir desagrado. ¿Que estaba pasando?

Shy BoyWhere stories live. Discover now