9.

5.9K 564 10
                                    

Pasó una semana. Después de los entrenamientos Lucas ya no lo esperaba en las escaleras y John había cometido el error de esperarlo los primeros días para luego irse solo a comer y fumar en el auto. Se habían distanciado mucho y todos lo habían notado.

Aaron había vuelto a hablar con John pero él no estaba de humor últimamente, así que no ponía atención a nada que le decía. Solo lo dejaba hablar y contestaba con monosílabos y sonidos. Aunque su cuerpo estaba ahí, su cabeza se iba a las nubes en un juego contante de evitar todo pensamiento sobre Lucas.

Irían a Liverpool en tres días y aún no arreglaba las cosas con él. Notaba como ya no lo molestaban pero sus miradas nunca se cruzaban como antes. Desde que Lucas le había confesado lo que sentía por él se había alejado totalmente, así rompiéndole el corazón pues John sentía lo mismo. Cuando lo había oído decir que estaba enamorado había pensado que tenía oportunidad de ser feliz con él. Pero luego Lucas había dicho esas cosas y John se había ido.

No solo le había roto el corazón, se había sentido traicionado. Desde que había conocido a Lucas había tratado de entenderlo y comprender su religión, su familia era atea y aunque no tenía interés en convertirse, le importaba entender a Lucas. Pero aún no comprendía por qué era tan difícil para él aceptarse, ¿era mucho pedir tener algo serio con él? era tan poca cosa para alguien que cuando el chico que le gustaba le correspondía los sentimientos era una aberración que estuvieran juntos. Comenzaba a creer que era alguien imposible de amar. 

El camión salió a Liverpool por la mañana, todo el equipo iba gritando y cantando. Dos por asiento. Volverían un día después del partido, que era mañana. Llegarían a las 10, directo al hotel y no saldrían de ahí. El siguiente día sería el partido y al siguiente se devolverían a Manchester.

Jeremy, Kevin, John y Aaron estaban en el mismo cuarto. En cuanto llegaron, Kevin se lanzó a la cama y mandó a los demás a buscar donde dormirían pues se rehusaba a compartir.

Shy BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora