Capítulo 23

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Hinata estaba en una sala vacía y totalmente blanca, parecía algún tipo de sala de hospital. Lo único que tenía era una especie de banco que colgaba de la pared. La azabache sin tener más remedio fue a sentarse, porque sus pies le dolían horrores y se encontraba demasiado cansada para cualquier cosa. Llevaba un camisón de hospital que le dejaban cambiar dos veces por semana, todos los días le daban una palangana con agua caliente para limpiarse.

No comprendía porque se encontraba en aquella sala, solo que la habían llevado y una vez dentro le habían quitado la venda de sus ojos. Puso ambas manos descansadas en su regazo, al bajar la vista puedo por fin ver su abultado vientre. Lo que más la sorprendió fue que en ese momento se abrió la puerta dejando ver a quien menos esperaba.

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Todo aquel día el Hyuga y Sasuke habían estado buscando bajo tierra, pero nada. Sasuke cada vez estaba más desesperado porque quería llegar al lugar, rescatarla y volver a casa con ella.

Naruto se acercó su mejor amigo y se sentó al lado de él. Se mantuvo callado durante interminables minutos a la espera de que Sasuke hablase por sí solo, pero conociéndolo como lo hacía sabía que no lo iba a hacer. Naruto miró a su amigo de nuevo, parecía estar pensando en cualquier otra cosa.

-En parte se cómo te sientes 'tebbayo – dijo el rubio captando enseguida la mirada de su amigo-. Supongo que si ahora tuviesen a Sakura, me sentiría exactamente igual que tú.

-Dobe no estoy para sermones -dijo Sasuke en tono seco-.

-Pues deberás estarlo para este. Teme conozco esa mirada y estás a punto de recaer en la oscuridad, pero debes de ser más fuerte que ella. Hinata está bien, sé que sonará estúpido, pero si ellos buscaban algo con vuestros jutsus oculares lo más probable es que no los junten por medios científicos. Creo que esperaran a que nazcan vuestros hijos y para eso los necesitan vivos y la necesitan viva a ella también. Hina-chan es fuerte y debes confiar en que ella haría lo que fuese para estar a salvo- siguió silencioso y se levantó-. La rescataremos juntos.

Aunque no lo hubiese parecido las palabras del rubio calaron hondo en el Uchiha. Le daba rabia admitir que él no había pensado en eso antes que el atolondrado de su mejor amigo. Metió la mano en su mochila y sacó la fotografía que le hizo a Hinata con las gafas, en ella se la veía realmente feliz y la nueva que había añadido. La nueva era la primera ecografía de sus pequeños retoños, ahora estarían bastante más grandes.

Después de observarlas por largo rato las volvió a guardar y se dispuso a cerrar los ojos para poder descansar aunque solo fuesen unos minutos, a causa de la pesadilla que se repetía cada vez que desde hace un mes cerraba los ojos.

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-¿Toneri? – Preguntó al ver al peli-blanco que acababa de cerrar la puerta del lugar en el que estaba. -¿Qué estás haciendo aquí? ¿Creía que estabas en la luna?

-Te ves distinta con el pelo corto, pero aun así mi esposa está hermosa – dijo el mientras se acercaba a ella y cogía el mechón delantero de su cuerpo-.

Hinata lo miraba, mantenía los ojos cerrados. En su mano formó una esfera de chakra verde e Hinata ya sabía para lo que era. Antes si quiera de que pudiese reaccionar ya tenía la esfera incrustada en su pecho, estaba totalmente paralizada y aunque luchaba no podía dejar de estar en esa especie de trance.

Dos almas encontradas ( SasuHina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora