El Viaje

2 0 0
                                    

Al terminar las vacaciones, y gracias a los libros que había pedido a sus compañeros que tomaran de la Biblioteca a modo de préstamo vacacional, Leonard llegó preparado en grado extremo a su sexto año de educación como termomago. Aquel año lo impartiría la profesora Killiana, quien lo evaluara años atrás cuando ocurrió el incidente con la cronomagia rebelde de Witty. Por cierto que Witty había mejorado muchísimo. Ahora era capaz de ralentizar el tiempo en una pequeña zona de casi medio metro, pero a pesar del tiempo no era capaz de eliminar la percepción de repetición de los afectados, aquello requería más estudio y preparación. Era por ese motivo que los cronomagos eran tan escasos, en algún punto desistían y se dedicaban a otras ramas de la magia, dejando para un futuro que nunca llegaba el aprender más sobre su magia predilecta. Leonard hacía las veces de profesor consultante, ya que siempre que sus compañeros o amigos tenían dudas recurrían a él, y ocho de cada diez veces daba una buena solución a cualquier problema, fuera de la rama que fuese. Solo Kwen era más estudiosa que Leonard, y eso ya era decir mucho. A sus treinta y tres años y en el primer año del ultimo estadio de formación mágica, en la cual se le daban todas las ramas en distintos horarios y días, Kwenthrieth era una Sabia en potencia. Era raro cuando desconocía algún tema o hechizo, y con ayuda del propio Leonard, que apenas estaba en el sexto año del ciclo básico y tenía solo veinte años logró crear un hechizo que llamaron "Efecto Kwenard" que permitía al usuario, tras mucha práctica, usar la luz de un objeto a rojo vivo a modo de granada de luz para confundir a los oponentes. Había muchas aplicaciones para este efecto, recalcó su profesor de entonces, Fillman.

Sin embargo, si bien Kwen estaba resultando ser una maga de primera categoría y llevaba todas las posibilidades de convertirse en la primera Sabia del Multiverso, su obsesión por la perfección se había convertido en su debilidad.

Ocurrió que en el primer año del ciclo experto Kwen fue instruida en la creación de portales, la cual era una labor bastante difícil y conllevaba una preparación intensa y meticulosa. Deseosa de sobresalir en esto, derrotando a sus otros dos compañeros, estudió todo lo que pudo al respecto, pero para mantener el secreto se abstuvo de comentárselo a su profesor o a Leonard. Cuando lo vio en retrospectiva pensó que probablemente Leonard le habría ayudado.

Empezó con un portal sencillo, uno que pudiera conectar una parte de la sala de los dormitorios a la otra. En ese momento entraron Leonard, Witty y Maldeleine. Asustada por ser descubierta apresuró el proceso mental en el que estaba inmersa y debía ser especialmente cuidadosa y el portal se abrió como un ojo en la pared frente a la estantería. El mal cálculo, o el no considerar todos los aspectos del hechizo, o el no estar completamente preparada para aquello, le hicieron abrir un portal justo en el cielo y la gravedad se impuso de forma horizontal en lugar de vertical, arrastrándola inexorablemente y a sus compañeros junto con una parte del mobiliario de la sala.

Sorprendido y asustado, Leonard miró a su alrededor y solo vio el azul del cielo y el blanco de las nubes. El ruido del viento en sus oídos era ensordecedor, y apenas lograba distinguir los gritos de sus amigos a su alrededor. Al no encontrar suelo bajo si, alzó la mirada y allí estaba una enorme extensión de verde bosque. Pensó a toda velocidad, recordando sus lecciones sobre inversión de energía natural. Con señas les pidió a sus compañeros que se acercaran y solo Witty tuvo problemas arreglando su curso, pero con un poco de ayuda de Maldeleine logró ponerse cerca.

– ¡Constante de Pharland! –gritó a Maldeleine, que como él conocía bien de la transferencia de energía de forma inversa.

Dejó fluir su poder y moldeó la energía a su disposición para hacerla ir de abajo hacia arriba en lugar de la manera natural. Los árboles se cerraron lentamente a su alrededor, sumiéndolos en una penumbra húmeda. Cuando no pudo mantener más el hechizo liberó a todos, que solo cayeron desde medio metro sobre el suelo. Witty estaba tan asustado que aún tenía los ojos abiertos hacia el cielo y una bofetada de Maldeleine lo devolvió a sus cinco sentidos. Kwen fue la segunda en levantarse del suelo, con las ropas llenas de tierra húmeda e insectos diversos que se agarraban a ella con inusitada familiaridad. Al sacudirse miró a su alrededor y solo encontró árboles y arbustos formando una pared impenetrable.

Un Viaje a los Bosques de G'aiaWhere stories live. Discover now