I Will | Cashton

188 22 0
                                    

N/a: SI tienen la posibilidad, me gustaría que leyeran esto con la canción "I Will" de Grayson Erhard, la letra no es relevante a la historia, pero escuché esa canción mientras lo escribía.

Todavía me siento como me sentí hace mucho tiempo, todavía estoy aquí dispuesto a mirar esos ojos hermosos, todavía quiero acariciar su piel.

Son ilusiones, ahora lo entiendo, ilusiones que me llevaron a la locura, creí que esa era mi realidad, creí que lo tendría una vez más, que seriamos felices, lo podía ver cada noche, él y yo juntos, brindándonos el calor suficiente.

Lo vi todos esos días en mis sueños, lo sentí.
Así como puedo sentir que ya no me ama, que le soy indiferente. No lo culpo, jamás fue su culpa, pero si fue la mía, yo lo alejé, y ahora no quiere saber de mí.

Estoy buscando la forma de cómo traerlo de vuelta, de cómo no sentirme miserable, busco y busco, leo y pido consejos, mendigo un poco de sabiduría para poder atraer a alguien que me sigue odiando... No he hallado la respuesta a este corazón roto.

¿Acaso debería rendirme? Esa quizá sea la solución, tal vez así pueda sentarme frente al televisor y decir que me siento mejor, pero no, mi mente me susurra que eso no es lo correcto. Todas esas noches en vela cuando fui joven, pensando en un nuevo plan, todos esos detalles que nos llevaron a construir una historia, mi corazón se inclina a repetir lo mismo.

No lo he visto en varias semanas, es probable que luzca diferente; vivo, feliz, sonriente. Quizá y sí cumpla lo que prometió, quizás él si haya conseguido lo que yo rompí.

Esta noche debería estarme convenciéndome de ello, sin embargo, reacciono a como mis instintos indican, levantándome del sofá y tomando las llaves del auto, sin importarme que llevaba puesto unos pantalones de lana lo suficientemente ligeros como para sentir el frío colarse por mi cuerpo. Estoy conduciendo de nuevo hacia esa dirección que no he podido olvidar, en busca de realizar una locura parecida a la de años atrás.

Mi espíritu aventurero ha surgido una vez más, y todo sea para recuperarlo, porque él es y será lo más real que siempre he tenido en la vida.
Él me regresaba al presente con sus manías, me llevaba a lugares fantásticos con sus palabras, era como estar en un viaje constante por sus infinitas ganas de seguir con vida a casa segundo. Sí, cometí el error de confundir un poco esa realidad y alejarlo, de llevarlo al límite y hacer que se mudara, pero ahora entiendo que fue lo peor que pude haber hecho.

Estaciono el auto, tomo una gran bocanada de aire y salgo, camino hasta la puerta principal, puedo percibir el olor a tierra mojada, él siempre regaba las plantas al atardecer, miro el tapete sobre el suelo, una figura sonriente me da la bienvenida, él decía que así las personas se sentían como en casa, escucho una luz encenderse, y pasos acercarse, hasta ese momento me doy cuenta de que estoy muriendome de frío, probablemente los nervios de ver una vez más sus ojos oscuros tan relajados.

—¿Quién es y que quiere a la una de la mañana?— pregunta vacilante y temeroso, puedo apostar a que sostiene algún objeto pesado en sus manos.

—Yo...yo... Sol-lo... Quie... quiero hablar— digo tiritando por el frío y el miedo al rechazo. No escucho absolutamente nada, tal vez me deje aquí afuera, es probable que lo merezca, es un buen pago por haber causado dolor.

Estaba a punto de regresar a mi auto, en busca de un poco de calor... O quizá simplemente quería ir a llorar solo. Pero el sonido de la puerta siendo abierta me lo impide, ahí está él, casi como lo recordaba, pero no es lo que esperaba ver.

Se ve mal, triste, apagado. Era como si toda su felicidad hubiera sido exprimida, arrebatada... Rompo en llanto porque le he causado tanto mal al hombre que amo profundamente.

—¿Tan solo traes eso puesto?— pregunta preocupado—. Entra... Vamos.

No sé si está ignorando mi llanto o cree que es por el frío, aún así caminó lentamente abrazándome a mi mismo buscando un poco de alivio.

Sé que esta no es su casa, tan solo una temporal mientras su hermana regresa, las fotografías familiares abundan en toda la sala, sobre la chimenea y los muebles que rodean los sofás, todo de un color caoba, muy hogareño.

Calum regresa con una manta y me la da dirigiéndome a la sala.

—¿Qué haces aquí, Ashton?— Pregunta serio. Y es ahí donde me doy cuenta de que las palabras que tenía planeadas sonarían patéticas, no recibiría mi arrepentimiento.

—Cometiendo una locura.

—Vaya... Siempre las odiaste— está dolido, roto... y yo también.

—Pero a ti no... A ti te amo, te amaré siempre, te he extrañado tanto...

— Iré a dormir, puedes irte a la hora que sea— se levanta sin darme oportunidad de replicar—, eres experto en eso.

Murmura finalmente y se va, pero yo no lo hago, no me voy, porque estoy aquí e intentaré recuperar su perdón, así deba hacer miles de cosas, sé que cada una valdrá la pena. Ahogo los sollozos que intentan salir de mi garganta, las lágrimas corren sin detenerse, el calor corporal ha llegado nuevamente a mi, pero sigo teniendo frío.

Necesito que crea en mi de nuevo, necesito que vuelva ese brillo en su mirada... Lo necesito junto a mi.

No sé en qué punto de la madrugada consigo dormirme, en una muy mala posición cabe decir, teniendo un fuerte dolor muscular, que no es nada comparado con mi otro malestar. No escucho ruidos, y no sé la hora, quizás es él quien se ha ido esta vez.

Aquella habitación es muy fría, así que cubro parte de mi cuerpo con la manta que Calum me ofreció la noche anterior, huele a él, puedo sentirlo.

— Despertaste— dice a mis espaldas, escucho sus pasos acercarse, por un segundo creí que se sentiría junto a mí y que me ofrecería el calor que necesitaba, pero tan sólo se sienta frente a mi.

—Si...

—¿Por qué estas aquí? Me ha costado mucho dejar de soñar contigo y ahora vienes y...— voltea a la izquierda, sé que está reteniendo las lágrimas, aprieta ambos labios y así evitar soltar un sollozo—, ¿qué quieres de mí?

Respiré profundamente, sin limpiar las lágrimas, era ahora o nunca, me arriesgaré... porque es lo correcto.

—Todavia me siento como hace tiempo, aún te amo. Todavía estoy aquí y quiero que me creas— bajo la mirada a sus manos, porque tengo el impulso de arrodillarme frente a él y tomarlas, sentir esa piel contra la mía aunque fuera esta ocasión solamente—. Entiendo que todo cambió, que fui estúpido... Pero estoy arrepentido.

—¿Y si sucede lo mismo? No podría soportarlo, en serio, quiero confiar, pero...

—No te voy a prometer cosas, no cometeré el error dos veces... Déjame demostrarte que te sigo amando.

Por su mejilla cae una lágrima, que logra limpiar. Miro mis manos, no sé que este pasando por su mente.

—¿Estas hablando en serio?— pregunta sin una pizca de ironía—, ¿como lo harás?

Alzo la mirada, encontrándome con la suya, quizá no todo está perdido, quizá pueda haber una segunda oportunidad.

—Hay muchas cosas que haré, algunas quizá que reconozcas, otras que serían nuevas... Quiero volver contigo y tenerte... Pero sé que solo una nos hará regresar a lo que éramos— me permito sonreír un poco, con la esperanza de que haga la pregunta.

—¿Cuál es esa forma? ¿Como conseguirás tu objetivo?

—Dejame conquistar tu corazón, y cuando sea adecuado, al besarte, sabrás que darme esa segunda oportunidad habrá sido lo mejor.

Nos quedamos en silencio por un largo rato en el que evita mi mirada.

—Bien—dice finalmente, sonríe y se levanta al mismo tiempo tratando de disimularlo, pero yo sé que esto será lo mejor de nuestras vidas, y está vez, no arruinaré nada. Necesito ver su sonrisa a diario para asegurarme de ello.


O. S CASHTON Y MUKEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora