1. Se me asigna el apodo: la carnada

Começar do início
                                    

Especialista en la técnica El anillo constrictor.

Erección inmediata al ver fotos de Sofía Vergara.

Tengo filia con los disfraces.

Siempre disponible para sexo vía videollamada.

Otras habilidades:

Tocar mi nariz con mi lengua mientras tarareo Hakuna matata.

Engullirme un paquete completo de m&m's, masticarlo y tragarlo sin vomitar.

Terminar mi tazón de Zucaritas antes de que las hojuelas se ablanden dentro de la leche.

Memorizar diálogos de películas basadas en cómics (excepto Daredevil)

Sobreviví al 2012.

REFERENCIAS PERSONALES/PROFESIONALES:

Linda Bonanni (mi mamá)

Clarissa Bonanni (mi hermana menor)

África salvaje (teleoperadora erótica favorita de la línea caliente Fresas con chocolate)


Molesto, minimizo el archivo de mi supuesta hoja de vida y, como es ya costumbre cada noche, inicio una videollamada con Alex y Roy.

«Ahí están». Ahora los veo a ambos en la pantalla de mi laptop. Acerco mi cara a la cámara web para que miren mi ceño fruncido y, de esa manera, hacer notar más mi enojo.

—¡Si serás pendejo! —digo directamente a Alex.

—No he terminado de buscar mi centro —musita él dejándome ver que tiene colocadas sus manos en pose de oración. Le ha dado por participar en cosas New Age.

—Búscalo entre tus huevos.

—Pero me ayudas —Por fin me mira directo.

—¡Eres un imbécil!

—Y así me quieres —No deja de sonreír.

Tiro de mi cabello con enojo.

—Es en serio, ¿a eso le llamas ayudarme con mi hoja de vida?

No se inmuta y verlo en posición de buda solo me enoja más.

—¿Puedo explicarte una vez termine de buscar mi centro? —vuelve a cerrar sus ojos.

—¡Que lo busques entre tus huevos!

—¡LUCA! —grita mamá desde la habitación continua y lanzo un puñetazo al aire.

—Luca, Luca, Luca —Alex de nuevo abre sus ojos.

—¡La entrevista es mañana! —sigo quejándome.

Él finalmente se incorpora.

—Carajo contigo —se comporta como si fuese la víctima—. Ya —hace un gesto de indiferencia—. En el mismo correo te adjunté otro archivo.

—Es cierto —Lo defiende Roy interviniendo por fin. Suele distraerse jugando Metal Gear Solid.

Abro otra vez el correo electrónico y me doy cuenta de que tienen razón. «Mierda».

—¿Ya lo viste? —inquiere Alex, indignado.

—Sí —gruño.

—Cielos, Luca —Es mi turno para recibir un sermón.

—Gracias.

—¡Era broma!

—Sí —Paso una mano sobre mi cara denotando cansancio.

El asistente ©Onde as histórias ganham vida. Descobre agora