Capítulo 24

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-Me sigues quitando la sábana –protesté sin abrir los ojos.

-Perdona –rió suavemente.

Me giré para mirarla. Ella tenía los ojos aún algo hinchados por el llanto.

-En serio lo siento –se me escapó sin poder evitarlo.

-Chris, para –clavó sus ojos en los míos –ya te disculpaste como diez veces.

-Solo pensé en hablar y no pensé en ti. No sé cómo no me di cuenta. No quería lastimarte, yo...

-Basta –me interrumpió con una sonrisa.

Tras unos instantes me miró un poco más seria y añadió:

-Yo también quería hablar de eso... hace tiempo...

La contemplé primero sorprendido, luego, fascinado. Me sorprendía la confianza que me tenía pero también su seguridad en sí misma y la fuerza que tenía como para aguantar todo lo de su papá y poder seguir sonriendo.

-¿Qué? –preguntó con una sonrisa al notar que no dejaba de mirarla.

-Nada... es solo que... te adoro.

Se sonrojó ligeramente y me dio un rápido beso en los labios. Acaricié su mejilla y pasé lentamente y con suavidad mi pulgar por su labio inferior. Parecía pensativa. Cuando pregunté que pasaba contestó:

-Es algo que me dijeron mis amigas... -hizo una mueca de duda.

Le inquirí con la mirada. Ella se incorporó incómoda. Se abrazó las rodillas y me examinó nerviosa con la mirada.

-Dicen... dicen que un chico de tu edad busca otras cosas en una relación y les sorprende si les digo que no me has tocado ni pasado de la raya ni nada y me aseguran que uno de estos días vas a decirme para... tú sabes –de pronto sus uñas se habían vuelto especialmente interesantes, pues no dejaba de mirarlas.

-Mierda –mascullé sin saber bien qué hacer.

La cogí suavemente de la barbilla y la hice levantar la cabeza de forma que nuestros ojos se encontraron. Los suyos, me cautivaron una vez más, grandes, de un color esmeralda hermoso pero esta vez, brillando por la tensión.

-Miri... -susurré y se me escapó un resoplido.

-Yo... he pensado en eso bastante ahora último... Tengo dieciséis, voy a cumplir diecisiete, tampoco soy una niña, Chris y si tu quieres, puedo intentar hacerme la idea y...

-Shhh... -la interrumpí poniéndole un dedo en los labios.

Me senté. Ella solo me miraba expectante.

-No te voy a mentir –susurré con los ojos aún clavados en los suyos –sí he pensado en eso y... sí quiero.

Sus pupilas se dilataron revelando algo de miedo aunque su rostro se  mantuvo inexpresivo. Se mordió ligeramente el labio inferior y comenzó a jugar disimuladamente con su collar. La tomé de la mano.

-Miri, un lado de mi sí quiere, pero si nunca ha pasado nasa es porque te respeto. Entiendo si no estás lista, no espero que lo estés. Que pase cuando tenga que pasar ¿Sí?Me encanta nuestra relación, no dudes eso por nada. Ya tendremos tiempo para lo otro. Cada cosa en su momento. Aunque sea en bastante tiempo. Déjalo, no te preocupes más por eso. Si tiene que pasar que pase cuando toque.

Sus ojos se llenaron de lágrimas y tras un momento de silencio me preguntó con voz entrecortada:

-¿No te vas a aburrir de mi? ¿Y si te cansas y quieres más y te vas con otra que sí te lo de?

La Ventana de CementoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora