21 | Regaños y Malentendidos

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AMO QUE LES ESTE GUSTANDO TANTO LA NOVELA es tan ASFKSJBDRMK

Capítulo Veintiuno, quinto día parte tres     

— ¡Esto es tu culpa! —lo apunto enfadada.

— ¿Mi culpa? Esto pasó porque tú no me quieres devolver mi tarjeta de crédito —bufa adelantándose. Tiro de mi cabello con frustración, dejándome caer sobre la tapa del retrete, frunzo los labios.

— Perfecto —apoyo mi cabeza en la palma de mi mano.

Afuera aún se podía escuchar a los invitados charlar, la música sonaba nuevamente y era un milagro que no se hayan dado cuenta de que desaparecimos. Vaya a saber que pensaran. Gabriel se apoya contra la puerta y se desliza por ella, cruza una pierna por encima de la otra revolviendo su cabello. Ruedo los ojos cuando muestra un atisbo de sonrisa.

— Esto me trae recuerdos.

Rio sarcásticamente.

— Recuerdos traumáticos — de reojo noto que niega. Ya ven, ni siquiera en eso estamos de acuerdo.

— Tal vez un poco, pues te vi borracha ­—que se suponía que era agua joder—  pero si no fuera por eso, no creo que estuviéramos en esta situación.

— Si fuera así sería muy feliz...

— ¡Vamos Harrison! Amas que te persiga —sonríe ampliamente— Y que intente seducirte.

Me hago la desentendida— ¿Intentabas seducirme? Pensé que solo querías que te odie más, en ese caso, lo lograste.

— Espero paciente el día que admitas que estas enamorada de mi —suelta una carcajada a la vez que le lanzo mis dos tacones.

— ¿Y que con eso ganes la apuesta? Eres muy gracioso.

— Por eso te gusto —se muerde el labio coquetamente. Gruño levantándome de donde me encontraba sentada.

— ¡Que no me gustas!

— Aja —su expresión me recuerda al viejo cascarrabias de la entrada.

— ¡Gabriel!

— ¡Alissa! —me imita, levantándose. La camisa para ese momento la tenía arremangada hasta los codos, tres botones se encontraban abiertos dejando ver algo de su pecho y sus ojos brillaban con picardía.

Me guardare mis comentarios de adolescente hormonada

— No me imites —lo golpeo en el hombro pero como supuse no lo moví de su lugar ni un tramo. Estúpida piedra andante.

— Tu me estas imitando —da otro paso cerca. Su nariz choca contra la mía, sus zapatos de salir chocan con mis pies desnudos y mi cuerpo queda ligeramente inclinado hacia atrás intentando poner algo de espacio.

— ¿Sabes lo que es espacio personal? —pregunto irónicamente.

— ¿Sabes que te encuentras hermosa esta noche? —me responde con otra pregunta. Si lo que intenta es ponerme más nerviosa déjenme decirles que lo está logrando.

— Eso ya lo sabí... —no termino de hablar cuando de repente unos firmes tacones se escuchan cerca, sin darme tiempo a desesperarme mi enemigo me empuja de la cintura rápidamente dentro de la ducha y mueve la cortina en el momento en que la puerta es abierta.

Abro mis ojos como platos. Si antes Gabriel se encontraba cerca, ahora estaba encima de mí. La casa es gigante pero por una razón mística del universo, esta es la única ducha en ella la cual no es grande. Posa su dedo índice en sus labios pidiéndome silencio, ruedo los ojos, como si fuera tan tonta para hablar. Pude intuir que era una mujer por su voz y el repiqueteo de sus molestos tacones de aguja. Pero no se escucha la puerta siendo cerrada.

Enamórame, Gabe  #1Where stories live. Discover now