CAPITULO 14: FAMILIA

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La noche comenzaba a caer sobre Konoha, pero en vez de que la tranquilidad empezara a sentirse por el cobijo de la oscuridad, muchos shinobis corrían de un lado a otro en busca de cierto intruso que había burlado por segunda vez la restrictiva seguridad de la aldea.

— ¡¿Aun no han encontrado nada?!—pregunto una Tsunade al borde de la histeria.

— Lo… lo siento Tsunade-sama, pero no hay nada, ni siquiera hay rastro alguno de que en verdad haya un intruso. Las personas del pueblo no han visto nada extraño o fuera de lugar, esto… esto es demasiado extraño— dijo Gai al recordar los testimonios de la veintena de personas que había interrogado.

— Ts, ¡Debemos redoblar esfuerzos! Por lo menos sabemos que no podrá salir…— dijo Tsunade mirando hacia la entrada principal de la aldea que estaba custodiada de varios de los miembros del clan Inuzuka.

— Ni siquiera el equipo especial de rastreo ha podido encontrar algo, Tsunade-sama ¿No cree que si hubo alguien que se adentro a la aldea, puede que ya no esté aquí?—le pregunto Asuma pensando que nadie sería tan tonto como para querer hacer algo en contra de la aldea al estar presentes todos los shinobis de alto rango.

— Asuma, si es alguien que sabe lo nuestros visitantes, dudo que el peligro le importe algo, además de eso, me temo que Itachi y/o el tipo enmascarado no les hayan dicho algo sobre Sarada a sus compañeros de Akatsuki. Ahora que sabemos quiénes son sus padres nos podemos dar una idea de cuán importante sería para los Akatsuki o incluso para las demás personas—contesto la Hokage temiendo por un ataque inminente de tal organización criminal.

Gay y Asuma se cruzaron de brazos y trataron de pensar en cualquier otro lugar donde pudiera haberse escondido el intruso, pero al haber muy pocos sitios que no tuvieran vigilancia se les hacía demasiado difícil proponer un lugar.

— ¡Tsunade-sama! ¡Todo limpio en el lado este! Lamento decirlo, pero creemos que el intruso escapó… de nuevo— informó Kurenai esperando la furica reacción de Hokage.

— ¡Con un demonio! Esto es demasiado ¡Siento que se están burlando de nosotros! Ahora escuchen todos, esta noche los que fueron conmigo a rescatar a Sarada irán a descansar, le dejaremos el trabajo de vigilancia a los clan Inuzuka y pediré que los Hyuga manden gente, nosotros necesitamos descansar o de lo contrario si hay algún ataque no podremos reaccionar ¿Entendido?—ordenó Tsunade sintiendo su cuerpo cansado y su cabeza a punto de estallar.

Pero mientras Tsunade daba las órdenes, el intruso se mantenía oculto en lo alto del monte Hokage.

— Jamás buscarían aquí… que estúpidos son los de Konoha, su seguridad es buena aunque no podrían con alguien que se especializa en infiltraciones, pero… a pesar de eso, nunca creí que todo lo que dijeron en esa habitación fuese real… el pase para que los planes de Madara-sama se hagan realidad lo tengo en mis manos… pero primero tendré que liberar a ese idiota de Obito…- se dijo el Zetsu antes de adentrarse en el monumento.

Ese ser malvado había escuchado la mayor parte de la conversación que el Naruto adulto había tenido con Tsunade y los demás, lo que hizo cambiar totalmente su plan, ahora su prioridad no era salvar a Obito, sino llevarse con él tanto a Sarada como a Himawari que eran las respectivas llaves para los viajes en el tiempo. El Zetsu estaba seguro que tanto él como Obito estarían de acuerdo con tener a las dos pequeñas para poder controlar cualquier cosa en el futuro, aun si debían de encontrar algún modo de reparar y/o evitar las paradojas temporales.

Una hora atrás, dentro del hospital de Konoha:

— Sa… ¡¿Sakura?!— gritó Ino al ver a la versión adulta de su amiga llegar repentinamente frente a ella.

Desastre temporal / Descubriendo el pasado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora