Donde Satanás se enamora del ángel más hermoso y lo arrastra a las profundidades del infierno para reclamar sus dulces labios.
Perdóname, Señor, porque he pecado.
Advertencia: Esta historia contiene temas delicados como violación, asesinatos, sangre...
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—Hyung, todo va a estar bien. —Jimin persuadía a su hyung mientras se paraba frente a su puerta, dudando si debería o no abandonar la habitación. El ángel frunció los labios, inseguro de su próxima decisión. Honestamente, a pesar de haberle prometido a Jimin que haría un esfuerzo para darle una oportunidad al Infierno, pensó que sería demasiado temprano para enfrentar los cambios en este instante.
Pero el pícaro pensó lo contrario mientras insistía con firmeza en que Seokjin debería abandonar las comodidades de su habitación y explorar el resto del palacio. —Podríamos conocer a los otros príncipes —dijo Jimin emocionado —la cámara de Belphegor tiene uno de los sofás más suaves y las golosinas de Belcebú son incomparables. —Luego balbuceó acerca de ingresar a lugares en los que Seokjin nunca había estado, como Tea Room, Art Gallery- El infierno tenía galerías Seokjin estaba desconcertado, y la Arena eran algunos de los muchos lugares que Jimin nombró.
—No estoy tan seguro de estar listo para salir, Jimin-ah. —Seokjin había explicado, pero Jimin con sus pucheros y su voz suplicante era una fuerza a tener en cuenta. El ángel tenía una debilidad por las cosas lindas y sus dongsaengs en general, así que no le llevó mucho tiempo sacarlo de su habitación con un pícaro adorablemente sonriente a su lado.
Así es como se encontró sentado torpemente junto a un radiante Jimin con los príncipes demoníacos Mammón y Belphegor sentados junto a ellos. Estaban en el salón de té que Jimin había mencionado antes y, al igual que el resto del infierno, el salón de té tenía un ambiente oscuro y siniestro. Sin embargo, extrañamente hizo que Seokjin se sintiera tranquilo y relajado, como debería ser un salón de té.
Había un aroma seductor de té de jazmín en el aire lleno de pecado con una mezcla de un aroma desconcertante que era el infierno mismo, la habitación estaba pacíficamente tranquila y solo se escuchaban las felices charlas de Jimin. Mammón y Belphegor parecían complacer a su dongsaeng, escuchando atentamente y asintiendo con la cabeza ante su emoción. Fue inexplicablemente satisfactorio ver a Jimin tan feliz e hizo que Seokjin se relajara en su asiento.
El ángel miró a Belphegor, el demonio que había conocido hace unos días. Estaba pálido, pero sus ojos eran penetrantemente agudos. El demonio echó un vistazo a Seokjin y lo saludó con un gesto breve al que el ángel correspondió cortésmente. Antes, cuando salió de su habitación, Belphegor estaba estacionado afuera de su puerta, aparentemente lo estaba protegiendo desde afuera. El príncipe demonio se iba a arrodillar, pero Seokjin lo había convencido de que no lo hiciera.
De alguna manera, se encontraron con Mammón en los pasillos y Jimin se sonrojó en cuando lo vio, mientras preguntaba tímidamente si podía acompañarlos a tomar el té. Seokjin encontró adorable el momento pero no puede evitar que le molestase el objeto de afecto de su dongsaeng. Mammón parecía sospechoso para él, pero no podía precisar el motivo. Solo pensó que había un encanto extraño alrededor del demonio que hacía que pareciera que estaba ocultando algo y Seokjin no sabía de qué se trataba. Todo lo que sabía era que lo desconocido es peligroso, por lo tanto, Mammón es un peligro.
