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Nuevos sentimientos.

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Había sido un día extraño y solitario. La noche había caído y me preparaba casualmente para la fiesta que Deanna preparo en su casa, es un tipo de bienvenida para nosotros. Deje mi sombrero encima de mi cama, de mi nueva cama, no creo que vaya a necesitarlo. Deje mi estuche y mi navaja en la mesa de noche, mirándome al espejo y peinando mi cabello hacia abajo con mis manos. Me veía bien, nada exagerado, no quería exagerar. Salí de mi habitación, esperando a ver si mi papá estaba listo, pues este estaba empeñado en que vistiéramos a Judith. Me asomé por la puerta del cuarto de mi hermana, con toques femeninos que le habían dado hoy Carol y Natasha, quienes se encargaron de colocar estampillas de mariposas en una parte de la pared, la pared era color lila. Se veía hermoso para mi hermana, quien estaba siendo vestida por Michonne, estando esta formal, con su ropa de siempre. Se llevó una sonrisa de mi parte, pues no la había visto hasta ahora, estuvo todo el día ocupada en jugar a los alguaciles de la comunidad  con papá. Salí de la habitación de mi hermana, caminando hasta abajo y buscando con qué entretenerme en lo que papá decidía avanzar.

Observe a Camila estar sentada en el sofá, parecía estar leyendo un libro desconocido, ella era fanática de los libros. Ella residirá con Carol, Daryl, Noah y Sasha. Había estado extraña todo el día, no habíamos cruzado palabra alguna, ni siquiera un roce de labios y lo prefería así. Aún no sabía cómo explicarle, o cómo decirle con amabilidad que no estaba dispuesto a seguir con lo que tuviéramos ya que me sentía atraído y confundido por la desconocida que había llegado hace meses al grupo. Ella ni siquiera cruzó miradas conmigo, se mantenía seria leyendo aquel libro, tenía un traje casual, color rosa pastel con unas sandalias negras. Se veía sencilla, ya que su pelo estaba recogido por una trenza francesa, debí haber imaginado y acertado en qué Maggie se había tomado su tiempo en hacérsela. Opte en sentarme en el otro sofá de la sala, viendo unos vasos plásticos color rojos tirados en el suelo, estaban rotos. Sabía que Judith se entretenía con el sonido de estos, así que los deje ahí y me senté a observar a la nada.

—¿Qué lees?—le pregunte a ella, intentando de hacerle conversación, ella simplemente se encogió de hombros, no quería forzarla sabía que había estado incómoda con mi actitud, preferí ignorarla; de hecho, ni quería decir una palabra más.

—¿Chicos están listos?—pregunto papá, bajando las escaleras, con Judith en brazos, ella muy picoreta y sonriente. Le asentí a papá con una sonrisa.—Se ven bien.—dijo este, sonriéndonos a mi y a Camila, quien dejo el libro aún lado y agradeció.

—¿Y Michonne?—pregunte mientras me detuve delante de la puerta la cual papá ya había abierto, para irnos así caminando a la casa de Deanna.

—Iré más tarde, quizás.—dijo ella, bajando las escaleras también, observándonos a todos con una sonrisa.—Disfruten, quizás me de la vuelta.—dijo Michonne, simplemente nos despedimos de ella con la mano.

Nos decidimos salir y dirigirnos a las aceras de la comunidad. Estábamos en silencio, aunque papá se mantenía hablándole tiernamente a mi hermana quien sonreía. No me extrañaba que luego quisiera quedar dormida en plena fiesta, o empezar a llorar por tanto ruido, aunque no me molestara cargarla toda la noche; nunca molestaría. Camila iba a mi lado, aún de distante y cortante que hace un rato, aún no veía la forma de hablar con ella de una mejor forma sin afectarle. Debo recordar que una vez le dije que no quería besarme con ella delante de todos, tampoco quería hacer cosas con ella, no era de mi comodidad hacer esto y no creo que lo hiciera con un gran sentimiento de amor. Simplemente lo hacía quizás por la necesidad que mis hormonas ocasionaban y no quería sentirme solo. En parte acepto mi responsabilidad en que estuve mal, realmente si le tengo un cariño y antes un sentimiento más fuerte por ella, pero debíamos admitir que ambos nos hemos alejado sin duda alguna. Veíamos algunos residentes despiertos, aunque no veía a nadie de mi grupo en él área, debía suponer que estaban en la fiesta. Aunque papá claramente pidió, y más a Abraham, que se comportara con las bebidas alcohólicas que Deanna estaría presentando allí.

𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐍𝐙𝐀 ─𝐂𝐀𝐑𝐋 𝐆𝐑𝐈𝐌𝐄𝐒  ①Where stories live. Discover now