I. Nico

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Gea había sido derrotada,  todos estaban a salvo, los 7 de encontraban heridos, pero vivos, se sentía la felicidad de la gloria en el aire, Will mimaba como gran y exitoso doctor al niño del inframundo, le reprochaba por sus heridas e intentar asustarlo con su "invocación zombie esquelética" sonriéndose de manera cómplice. El héroe del Olimpo, Percy Jackson hablaba con su linda novia acerca de sus planes en el campamento mestizo, el poder terminar sus años escolares e irse a vivir a Nueva Roma en donde los pretores Reyna y Frank le esperaban con los brazos abiertos a dejarse llevar por una vida plena y satisfactoria, soñaba al mejor plan de vida que una pareja de semidioses podía tener y el príncipe del inframundo podía ver la felicidad emanar de sus ojos.

-Es genial- dijo Nico. Le sorprendió un poco descubrir que lo decía enserio o al menos eso buscaba creer y aferrarse a ello-. Yo también me voy a quedar en el Campamento Mestizo.

-¡Qué pasada!-exclamó Percy.

    Nico observó su rostro: los ojos verde mar, la sonrisa, el cabello moreno despeinado. De algún modo, Percy Jackson le parecía entonces un chico normal y corriente, no una figura mítica. No alguien a quien idolatrar o del que enamorarse.

-Bueno-dijo Nico-, Como vamos a vernos al menos durante un año en el campamento, creo que debería aclarar las cosas.

    La sonrisa de Percy vaciló.

-¿A que te refieres?

-Durante mucho tiempo estuve enamorado de ti-dijo Nico-. Solo quería que lo supieras.

   Percy miró a Nico. Acto seguido miró a Annabeth, como para asegurarse de que había oído bien. A continuación volvió a mirar a Nico.

-Tú...

-Sí-dijo Nico-. Eres una gran persona. Pero ya lo he superado. Me alegro por ustedes, chicos.

-Tú ... entonces ¿quieres decir...?

-Exacto-Repitió Nico-. Pero tranqui, no pasa nada. O sea, ahora veo... que eres guapo, pero no eres mi tipo.

-Que no soy tu tipo... Un momento. Entonces...

-Nos vemos, Percy-dijo Nico-. Annabeth

    Ella levantó la mano para chocar los cinco. Nico le dio una palmada. A continuación cruzó otra vez el césped, donde le esperaba Will Solace.

   Los meses pasaban, podía decirse que dentro del Campamento Mestizo todo se encontraba normal, campistas llegaban semanalmente, el ambiente era seguro y feliz. Percy aún no sabía como mirar a Nico o al menos en ello se había fijado el azabache cada vez que se encontraban en el comedor o caminando por ahí... o al menos así era hasta que Percy anunció que debía acabar sus últimos años escolares junto a Annabeth a ello sumándole que la madre del de ojos verdes se encontraba embarazada, él simplemente vendría por la temporada de verano o alguno que otro fin de semana. De momento la idea de que Percy se fuera ni siquiera golpeteo en el pecho de Nico, recordaba sólo haberle deseado suerte a ambos y luego haberse ido a brazos del rubio hijo de Apolo.

    Los meses pasaban, Nico empezaba a tener problemas con Will por este siempre estar ocupado cuidando campistas, sabía que era su labor, pero realmente quería más atención por parte de su amado, fuera de Will se sentía completamente solo, la mayoría eran mestizos nuevos, nadie con quien quisiera tratar, básicamente se quedaba todo el día en su cabaña pensando, sin hacer nada productivo por su vida. Su aspecto había mejorado, ya no se encontraba tan flacucho o descuidado y aún así, sus ánimos con su novio estaban de perros, cada que se veían discutían por uno u otro tema y no sabía como resolverlo, a quien acudir, se encontraba siendo una maraña de sentimientos.

    Tras la cena, fue a su cabaña irritado por no haber visto a Will en todo el día y sin darle demasiadas vueltas, tomó su decisión desvaneciéndose en las sombras.

   ¿Hace cuanto había estado allí? Se recordaba como un pequeño rebelde tras la batalla del laberinto parado en aquellas mismas escaleras junto a la ventana de aquel que durante tiempo había estado enamorado, golpeteo suavemente la ventana con su puño ¿por qué? Las puertas simplemente no eran de su estilo.

  La ventana se deslizó suavemente y aquellos oscuros orbes ónix se perdían en un profundo verde mar.

-Nico... ¿quieres pasar? Hay galletas y leche tibia-le invitó el pelinegro con una ladina sonrisa.

   Nico solo se limitó a sonreír, antes de revolver los cabellos del contrario.

-No cambias, Percy.

Can't help falling in love with you (Percico)Where stories live. Discover now