Capítulo XV

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CAPÍTULO RE-SUBIDO

Luego de que Peter se fuera, Lily se fue de nuevo a la cama, llorando como ya estaba acostumbrada pero sintiéndose diferente, al menos en las ocasiones anteriores ella había sido —o al menos así lo sentía— culpable de lo sucedido pero, con Peter, ella no entendía que había hecho mal.

Laura se dirigió a la habitación de su hija, se le hacía raro que aún no se hubiese despertado a sabiendas de que para ellas era casi como un ritual cocinar juntas todos los domingos.

—Lily, cariño, ¿estás bien?

Solo el silencio respondió.

—¿Hija?

Abrió la puerta y se sorprendió con la escena que vio: Lily estaba sentada en su cama, con la mirada fija en el móvil que colgaba del centro del techo de su habitación y con lágrimas rodando en sus mejillas.

—¿Hija?

Se acercó con cautela a la adolescente, se sentó a su lado y le acarició el cabello, la chica desvío su mirada para encontrarse con la de su madre y se acomodó en su regazo.

—Ya no me quiere mami, ya no me quiere...

La chica se había hecho un ovillo y aún estaba llorando.

—¿Quién hija? —dijo Laura acariciando la espalda de la chica— ¿Quién no te quiere?

—Peter —soltó ella entre sollozos— ya no me quiere.

—¿Peter? —Preguntó la mujer, sorprendida— Lily... ¿él y tú son novios?

La chica se sentó, clavó sus ojos castaños en los verdes ojos de su madre —los ojos más hermosos del mundo, en opinión de Lily— y la contempló fijamente, sopesando su respuesta, de que lo quería, lo quería, eso era obvio, si no lo quisiera capaz y las opiniones de él acerca de ella le hubiesen importado poco y nada, además estaba el hecho de que se habían besado, y varias veces, pero, de allí a ser novios, no estaban ni cerca.

—No —respondió la chica— pero sí, nos estábamos conociendo.

La mujer sonrió discretamente, algo le decía que las cosas entre su hija y ese muchacho iban por allí, la forma en que se miraban cuando los vio hablando en la sala el día anterior, los delataba.

—Bebé —dijo levantándole el rostro a su hija para que la mirase— ¿qué sucedió? ¿Por qué dices que no te quiere?

—Discutimos mami, discutimos y me lo dijo.

—¿Discutieron? —Preguntó— ¿Cuándo?

La chica la miró a los ojos unos instantes, no podía decirle que acababan de discutir...

—Ayer, cuando estábamos en su casa.

—Oh vaya...

—Sí, y lo peor es que no sé porque se enojó, sé que fue por mi culpa, pero no sé qué hice mal.

—Lily... ¿estás segura que tú eres la culpable?

La chica bajó la mirada.

—Siempre lo soy mami.

La mujer sintió como su corazón se encogía, sabía que su hija no era la mejor hija del mundo o lo que sea, pero, ver que tenía una imagen tan pobre de sí misma, le dolía.

—¿Fue por eso que invitaste a Amy a acompañarte?

Esa pregunta tomó por sorpresa a la adolescente.

—Uhm... si, fue por eso, ¿cómo te enteraste?

—Joshua —respondió la aludida— y, por cierto, le reclame... él no tiene derecho a echar de la casa a las personas que vengan a visitarte, a menos que estén haciendo cosas...

Vida en Línea (En edición) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora