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Lenny iba concentrado en conducir y llevarnos a la Clayborne Tower mientras que yo miraba por la ventana del Rolls-Royce, reconociendo el mundo nuevamente, como si hubiese sido una osa hibernando por un periodo excesivo, durante el cual toda la ciudad parecía haber decidido cambiar el color de sus edificios.

La verdad es que solo era una sensación mía. Todo estaba igual, pero el claustro había estado al borde de volverme loca, además de que era la primera vez que hacía el viaje camino al trabajo con mi mano entrelazada con la de Benjamin y esa era razón suficiente para estar viendo todo en tonos rojos y rosas, al menos metafóricamente. Todo a su lado parecía ser diferente. Maravillosamente diferente.

―Puedes subir tu primero ―sugirió.

― ¿Disculpa? ―Arqueé una ceja.

―Que si no quieres que nos vean llegar juntos, puedes subir tu primero. Digo, es tu empresa. Puede que consideres incómodo que tu personal te vea llegar con tu nuevo socio así de improviso.

―Mmm ―Un dejo de molestia se atravesó por mi mente, pensando en que el comentario de Benjamin no era muy adecuado, pero finalmente, cuando miré en mi mano el anillo que me había regalado al pedirme que fuera su novia, noté que solo estaba preocupado de la imagen que eso daría y las consecuencias que podían significar― Lenny.

―Si, mi niña ―Me miró por el espejo retrovisor.

― ¿Puedes dejarnos en la entrada de la Clayborne Tower? Por favor.

―Pero, ¿no es más cómodo que entre al estacionamiento subterráneo? ―interrogó mirándome por el espejo retrovisor.

―Sí, es más cómodo, pero no se trata de comodidad. Has lo que te pido, por favor ―Nos miramos en silencio y pareció comprender que era lo que estaba planeando.

―Claro, mi niña.

Benjamin me miró extrañado, esperando una respuesta que me negué a dar. Simplemente le sonreí, posé mi mano sobre la suya y le dediqué una mimosa caricia.

Un par de minutos más tarde, Lenny informó que ya habíamos llegado, bajó del automóvil, lo rodeo para rápidamente abrir la puerta que estaba a mi lado y me extendió su mano para ayudarme a bajar.

―Ve, yo la cierro ―ordené en voz baja.

―Claro.

Mi chofer volvió a su lugar y yo me incliné en la puerta para mirar a Benjamin que estaba aún sentado, algo pasmado, tratando de entender por qué había ordenado que nos dejaran en ese lugar.

―Oye, ya llegamos. Baja.

― ¿Qué pretendes hacer?

―No tengo nada que ocultar, mucho menos a ti. Eres lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo y no me importa lo que digan o dejen de decir ―Le extendí la mano en la que llevaba mi anillo y luego de mirarla por un instante sopesando las consecuencias de aceptarla, sonrió y me la tomó para luego bajar― Bienvenido, señor James.

― ¿Alguna vez te he dicho que estás completamente loca? ―rió resignado a seguirme el paso.

―Sí, creo que lo mencionaste en alguna oportunidad. ¿Alguna queja al respecto?

―No, ninguna.

―Perfecto. Tienes prohibido soltarme, ¿oíste?

―Trato hecho.

Caminamos tomados de la mano por las largas escalinatas grises que nos llevarían a la puerta de la Clayborne Tower, pero casi sin percatarme de su presencia, en medio de nuestro camino, un par cámaras de televisión y unos seis reporteros se acercaron hasta mí, interrogándome sobre mi estado de salud.

Born to you [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora