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Lenny nos llevó hasta la mansión mientras nosotras nos limitábamos a conversar sobre algunas transacciones que debíamos cerrar esa semana. No quise hablar mucho frente a él, no porque no confiara lo suficiente en mi chofer, sino que prefería que no se enterara de los detalles "lujuriosos" -por llamarlos de alguna forma decorosa- de mi negociación con el señor James y sin ellos, la historia se volvería inconexa y compleja de comprender a la perfección.

Hablar de sexo frente a mi personal de servicio, era igual de incómodo que la primera conversación sobre control de natalidad y prevención de enfermedades de transmisión sexual con tus padres, cuando sospechaban que estabas a punto de perder tu virginidad o ya la habías perdido, pero ellos notaban demasiado tarde que su hijo o hija ya no era un niño o niña.

Así que me reservé todo tipo de comentarios relativos a Benjamin hasta que por fin, luego de que Alexa alabara cada rincón ostentoso de mi lujosa morada, llegamos y nos sentamos en el borde de la fuente de agua que estaba justo en medio del jardín de rosas en forma de laberinto, con una botella de Moscatto y dos copas.

― ¿Por qué aquí?

―Mi padre me traía aquí cuando quería revelarme algún secreto que solo yo podía saber ―susurré mientras acariciaba mi relicario con una mano y con la otra acariciaba las pequeñas ondas que se formaban por el agua que caía de un cántaro que una hermosa mujer de mármol sostenía entre sus manos. Alexa, por su parte, había abierto la botella y servía el suficiente líquido dorado en ambas copas.

―Entiendo. Bueno, ahora explica qué diablos fue todo eso, porque estuve a punto...

― ¿De llamar al hospital psiquiátrico más cercano? ―interrumpí.

―Exacto ―Ambas reímos― ¿Qué diablos pasó?

―Bueno para ser exacta, el plan no funcionó, para nada. Sería un completo fracaso como agente encubierto ―Me burlé de mi misma y mi completa incapacidad de llevar a cabo "misiones secretas".

― ¿¡Qué!? ¿¡Acaso de verdad quiere destruirte!?

―Sabes que no, señorita Tupper ―dije entrecerrando mis ojos y haciéndole saber que sabía todo lo que ella no había querido contarme, mientras tomaba un sorbo de mi copa y ella trataba de tragar el suyo, por lo que supe que la había sorprendido―  ¿Por qué no me dijiste que mi padre te había ordenado hacerme llegar a Benjamin James cuando las cosas se salieran de control?

―Oh. Eso ―Le restó importancia― ¡Te dije que lo llamaras y ya! ―reclamó.

―Sí, pero no me dijiste las razones.

―Bueno, no es que seamos amigas desde hace años. Solo soy tu asistente y tampoco puedo ordenarte que hagas algo. Debía sugerirlo de manera sutil y pues... lo hice.

―Alexa, por favor ―susurré quitando mi mano del agua y posándola sobre su muslo― Deja de hablarme como si fuera alguien inalcanzable. Tengo dinero, si...

―Mucho ―agregó antes de dar otro sorbo a su copa y puse los ojos en blanco por ello.

―Bueno, mucho. Es cierto. Pero no soy una tirana con el poder para acabar con el mundo. No soy lo que los periódicos y las revistas dicen de mi. No con mis relaciones personales al menos.

―Pero si puedes acabar con mi trabajo y tengo un alquiler que pagar.

―Eso no va a ocurrir ―afirmé con convicción― No ahora que sé el tipo de relación que tenías con mi padre. Ahora más que nunca necesito a su gente de confianza conmigo. ¿Puedes confiar en mi como confiabas en él?

Born to you [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora