YOONMIN| WhatsApp II

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-¡Suga, espera!-protestaba Jimin quién era cargado por su esposo y llevado hasta la sala de estar, en donde fue tumbado en uno de los sofás- ¿No es algo enfermizo tener sexo para ser descubiertos?-rió nuevamente mientras Yoongi se colocaba encima de su cuerpo.

- No si es para espantar a esa víbora.-sonrió quitando la camiseta del menor y tirandola a un lado para luego besar sus abdominales.

-Bueno, ya que lo dices... Extrañaba que me besaras ahí.-añadió malicioso observandolo.

-Si me extrañabas aquí...-sonrió mientras descendía hasta el cierre de su pantalón- ¿Qué tal aquí?-cuestionó mirándole con lujuria.

-Mucho.-aclaró entrelazando sus dedos en la cabellera de su esposo.

-Jimin, cariño. ¿Cuándo aprenderás?-.

-Lo lamento, Daddy.- dijo provocando una deslumbrante sonrisa en el rostro de Suga.

-Mmm, mucho mejor.-.

El mayor comenzó a retirar su pantalón, dejándolo a un lado tal y como hizo anteriormente con su camiseta. Vio aquella creciente erección atrapada tras la tela y relamio sus labios. Dejó múltiples besos sobre ella haciéndolo estremecer. Se sentía bien, muy bien. Jimin tomó el cabello de Suga entre sus dedos y tiró de ellos para acercarlo hasta su miembro que aún no era descubierto. Removió sus caderas con desesperación y al fin, dejaron libre a su erección. Fue tomada por aquellas esbeltas y blancas manos y estimulado lenta, tortuosamente.

-Sólo hazlo, maldita sea.-protestó desesperado haciendo reír a su esposo.

- En una escala del uno al diez... ¿Cuán desesperado estás?- se burló.

- ¡Min Yoongi!-éste le miró con seriedad- Es decir, Daddy...- corrigió entre dientes.

-Mucho mejor-.

Su miembro rápidamente fue recibido en la cavidad bucal ajena tras ser lamido y estimulado entre aquellas manos. Suga sabía cuanto le encantaba todo aquello al chico. Era un pequeño pervertido por más que tratase de ocultarlo. Jimin movía su cadera levemente para ayudarlo hasta que eventualmente ambos cuerpos se movían a la par. Su espalda formó un arco y dejó que sus piernas descansaran en los hombros de Suga. Quería gritar, quería rasguñar esa espalda a su antojo, poseerlo. Gimió y gimió envolvido por el deseo por largos minutos. Cerró sus ojos con fuerza al sentir el clímax avecinarse

Levantó sus caderas adentrando aún más su miembro en la boca de su pareja y dejó salir toda su esencia llenando su cavidad. Suga tragó el líquido y pasó su lengua por su labio inferior. Maldición, pensó Jimin. Ambos ajustaron sus prendas de ropa al escuchar el peculiar sonido del timbre resonar en la mansión. Aunque dado al cabello desordenado, ropas arrugadas y el breve sudor, era bastante evidente lo que habían hecho. La pareja se dirigió a la puerta riendo y recibió a aquella hermosa chica. Era esbelta, blanca, con una larga cabellera marrón que caía por sus hombros hasta a penas alcanzar sus caderas. Tenía un bello vestido rojo que cubría hasta la altura de sus rodillas y combinaba a la perfección con sus tacones de aguja. La mujer vio a ambos chicos estupefacta. Pasaron unos segundos antes de dejar su asombro a un lado para poder sonreír luciendo su de seguro caro labial rojo.

- Hola, Jimin... Y Suga.-dijo haciendo una referencia- Es un placer conocerlo al fin.-añadió con sinceridad.

- Hyuna, sabemos a qué viniste.-espetó el mayor apretando el agarre de manos.

- Yo... lo lamento tanto.-confesó dejándose caer de rodillas y cubriendo su rostro con ambas manos avergonzada dejándolos completamente confundidos.

- No estoy entendiendo nada.-dijo Jimin arrodillandose frente a ella.

- Yo no quiero dañar su matrimonio. Jamás lo haría. Mucho menos ahora que nació una pequeña.-sollozó.

-¿No?-cuestionó Suga aturdido arrodillandose de igual forma y esta negó con la cabeza.

- El Señor Park me convenció de que ustedes estaban separados y ya que el público no supo nada de ustedes luego de la infidelidad, lo creí. Me dijo que Jimin se encontraba muy mal y que me extrañaba. Yo luego de preparatoria recapacite sobre todo lo que hice y la verdad me arrepiento mucho, sin embargo, jamás dejó de importarme. Siempre quise una oportunidad y él hizo todo lo posible para hacerme creer que podía haber algo entre nosotros.-explicó apenada- Sólo vine por que le creí. Pero ahora que los veo... supongo que fue una mentira para que viniera aún que no veo el por qué. Yo de verás lo siento y estoy muy avergonzada... Yo... me iré-dijo poniéndose de pie y tomando su maleta.

-Espera.-la detuvo Suga- Quédate. Te creo. Te ayudaremos a conseguir un vuelo luego. Debes estar cansada.-ofreció amable y la chica asintió agradecida.

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- Eso fue muy lindo de tu parte, amor.-dijo Jimin acariciando su pecho. Ambos descansaban en la cama plácidamente tras un largo día.

- Realmente le creí. Tu papá parece ser experto manipulando a la gente.-Jimin rodó sus ojos.

-Ni lo menciones.-Suga rió.

- Ya que estamos solos... ¿Por qué no me devuelves el favor?-preguntó con una ronca y seductora voz.

El más bajo sonrió ampliamente y comenzó a descender bajo las sábanas hasta quedar a la altura de su cadera.

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