Epilogo

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Charles Grey miraba los escritos con mudo asombro. Luego acarició el conejito de peluche, el conejito de peluche que le dio a su hija cuando ella apenas tenía una semana de vida y lo hizo pasar por un regalo de sus padres. Miró las cosas que su hija describía en sus escritos, era un compendio de la vida en el antiguo Egipto muy completo, el trabajo de una vida. Un regalo para él de su hija.

-¿Cómo explicamos esto, doctor Grey?-dijo uno de sus ayudantes-Esto no tiene ningún sentido. Esos papeles llevan su nombre y su dirección, están escritos en inglés. Pero la prueba ha determinado que tienen más de tres mil años.

El doctor Grey miró a su estudiante.

-No lo sé, no puedo creerme que sean reales. Es... imposible. Mi hija.... Está muerta.

Otro doctor que estaba en la sala se acercó al doctor Grey.

-Hemos podido realizar un análisis de ADN de los restos de la reina Nyla, coincide con el suyo.

-Nyla... Princesa, eso era lo que significaba el nombre de mi hija.

Los sabios doctores se miraron los unos a los otros sin saber qué hacer. No sabían cómo explicar lo que tenían delante de sus narices. Al final, en un convenio entre los gobiernos de los dos países y la sociedad académica, se decidió mantener oculta la verdad.

Charles Grey publicó los escritos que su hija le había dejado, con el nombre de su hija. Le dijo al mundo que era algo que su hija había hecho antes de desaparecer y la publicación del último trabajo de su hija era su manera de honrar su memoria. Nunca supo que su hija estuvo durante la presentación del libro.




Varios años después de eso, unos niños hicieron una excursión al museo donde se encontraban las momias de la pareja. Dos niños se quedaron atrás mirando las momias, tenían doce años.

-Es tan bonito...-suspiró la niña- Les enterraron juntos por que no querían que nada les separase.

-No es para tanto-dijo el niño de mal humor- No me gusta que estés tan emocionada por esto.

-Ellos llevan muertos miles de años, y me siento bien cuando les miro. Como si algo dentro de mí se agitase.

El niño no le dijo que él sentía lo mismo. Miró alrededor y no vio a nadie más de su grupo.

-Venga, tenemos que encontrarlos-dijo cogiendo de la mano a la niña y tirando de ella.

-¿Tú estarás conmigo siempre?-dijo la niña.

-Ya te lo he dicho, en esta vida y en todas las demás, siempre estaremos juntos-dijo el niño sonrojándose-Y ahora vamos, Sosa, la profesora puede estarnos buscando.

-De acuerdo, David.

Los niños salieron de la sala sin darse cuenta de que había una figura mirándoles suspendida sobre las momias.

-Y ahí está la reencarnación de mi querida sacerdotisa y su amado faraón. Esto promete volver a ser divertido-Dea sonrió de manera macabra y fue a seguir a los dos niños.

La novia del faraón [Terminada]Where stories live. Discover now