Capitulo 25

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Nakia y Ebonee estaban esparciendo un suave bálsamo sobre toda la piel desnuda de Sarah. La piel no podía perder brillo ni suavidad con todos los cuidados que recibía casi a diario. Le habían dicho que ese bálsamo tenía un sabor muy dulce y suave. Además la habían obligado a bañarse en aceites aromáticos y olía de una manera maravillosa.

-No comprendo el por qué de todas estas preparaciones-dijo Sarah mientras la cepillaban a conciencia sacándole diversos gemidos de dolor. Parecían querer dejar su pelo sin el más mínimo enredo-Solo es una ceremonia religiosa.

-Es que esta noche usted retomará las relaciones con el faraón, además una concubina real debe mantener en público una presencia intachable para demostrar la fuerza y el poder del faraón. -dijo Nakia con una sonrisa cómplice-El médico de palacio dijo hoy en la mañana que usted ya estaba completamente recuperada del parto. Y el faraón parecía muy contento cuando se lo dijo.

Sarah se la quedó mirando, la red de información del palacio era realmente increíble.

-¿Tú cómo sabes eso?

-Los guardias de palacio son muy amables-dijo Ebonee- Igual que los criados y los esclavos.

Sarah se las quedó mirando. No es que fuesen amables, es que eran una chica guapa y la otra encantadora y los habían conquistado. Sarah vio cómo Ebonee empezaba a sacar el vestido para la ceremonia. Era muy suelto y no iba ceñido en las caderas. Se tocó la cintura y se deprimió un poco, era normal engordar después de un embarazo, a Senusnet no parecía importarle pero... Su cintura había desaparecido casi por completo después del parto, pero en ese momento ya había perdido parte del peso ganado. Pero seguía echando mucho de menos su cintura delgada.

Se levantó en cuanto el bálsamo se secó y extendió los brazos para que la ayudaran a ponerse el vestido. Era más suelto de lo habitual en la zona de la cintura y caderas y los dos grandes tirantes que había bordado contenían sus pechos a duras penas haciéndolos resaltar mucho. Lo bueno es que su talla de pecho había aumentado a la par que la cintura. La capa corta que acompañaba al vestido tenía el bordado de plumas, imitando las alas de la diosa Isis.

Le ennegrecieron los ojos con Kohl, para luego perfilarlos con un fino pincel para definirlos mejor. Usaron Alheña para las uñas creando hermosos dibujos que coincidían con los grabados de los brazaletes que le cubrían las muñecas.

Luego vinieron las joyas. Aparte del collar usej, hecho de oro y piedras preciosas, y el medallón de su madre, llevaba una gargantilla formada por eslabones cuadrados de lapislázuli. Luego estaban los pendientes, eran pesados pero soportables. Y por último el pelo suelto y peinado de tal manera que estaba brillante y sedoso.

-Parece oro puro-dijo Ebonee mirándolo con adoración- Es más hermoso que cualquier joya. No hace falta ningún adorno para resaltar su belleza.

-Tampoco es que estuviesen permitidos-dijo Sarah- En la ceremonia de hoy se debe llevar la cabeza descubierta, sólo al faraón se le permite llevar su corona el día de hoy, ni siquiera se permite que se lleven pelucas. El faraón ha estado algo molesto porque tanta gente me vaya a ver sin el velo. Pero quería que yo asistiese a la ceremonia a toda costa.

Sarah pensó en el comportamiento enfurruñado que Senusnet había tenido desde que le dijeron que el velo no era permitido aunque ella no fuese una practicante de la religión egipcia. Anippe y él habían pasado discutiendo varias horas hasta que la suma sacerdotisa salió victoriosa.

Nakia la miró y suspiró

-Está usted tan hermosa como una reina-dijo con un tono de admiración-Todas las mujeres tendrán envidia hoy de usted.

La novia del faraón [Terminada]Where stories live. Discover now