Capítulo 18: Mis chicos.

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Percy asiente con una sonrisa triste.

- Me da pena, parece un buen chico.

Me río.

- Hablas como un adulto.

Percy abre la boca para replicar pero yo salgo corriendo de mi sitio. Oigo los pasos de Percy tras de mí y como un acto reflejo me meto corriendo en el mar.

Noto como Percy me levanta en el aire. Pataleo y el me suelta, a lo que yo me caigo para atrás cayendo de culo en el agua. Mi hermano se ríe de mi y me extiende la mano. Tiro de su mano hacia mi y el se cae también en el mar. Me empieza a salpicar agua y yo me levanto para correr de nuevo hacia el comedor, consciente de que tengo toda la ropa mojada.

James me sonríe desde la mesa de Hades y yo le saludo con la mano, justo cuando Percy me coge.

- Te pille - dice contento.

- Sueltame - grito haciendo un puchero, ganandome miradas incrédulas y divertidas por parte de casi todos los demás campistas.

- Chicos - dice Annabeth en tono pacifico desde su mesa - el comedor es para comer.

Percy me suelta y miramos divertidos a Annabeth.

- Claro - la sonrío y me siento.

- Si, Señora - dice Percy haciendo un saludo militar.

Annabeth se ríe y se muerde el labio para agitar la cabeza.

Percy se acerca a ella y la besa, delante de todo el campamento.

Las mejillas de Annabeth enrojecen rápidamente mientras junta sus labios con los de mi hermano.

- Annabeth el comedor es para comer - grito riéndome.

Ella sonríe contra la boca de Percy y se separa de él un instante para sacarme la lengua. Vuelve a juntar sus labios con los de Percy.

Salgo del comedor riéndome y me siento en los escalones.

Oigo pasos y creo que sera Nico para volver a entrenar, pero aparecen James y Nick, y se sientan cada uno a un lado mio.

- ¿Porque no te has venido esta mañana a entrenar? - pregunta Nick mirándome con un puchero jodidamente adorable.

- No me digas que me has hechado de menos - digo riéndome - tenias chicas observándote de sobra.

- Ninguna de ellas puede compararse contigo. - dice dándome un beso en la frente.

- Oh - digo abrazándolo - me haces sentir especial.

- Eres especial - me susurra en el oído.

Me rió y le soy un ridículamente sonoro beso en la mejilla.

- Ugh - dice James fingiendo estar asqueado - demasiado empalagosos para mi.

Me inclino y le doy un beso también a él. Sonríe y me abraza por la cintura.

- Ahora eres mía - dice sacándole la lengua como un niño pequeño a Nick.

- Ehh - dice él haciendo otro puchero - Yo también quiero. - abre los brazos y me sonríe de lado.

Me río y James refuerza su agarre a mi alrededor.

- No no - dice pegandome a él - Daisy es mía.

- La verdad es que no lo es - dice Nick sonriendo de lado - es de su novio.

- Dejame disfrutar - se queja haciendo él también un puchero.

- ¿Sabeis? Tengo que irme a entrenar.

- Oh no no - dice James abranzandome con más fuerza - Tú no te vas.

- ¿Como me lo vais a impedir? - pregunto divertida.

- Si hace falta te secuestro - dice.

Nick asiente de acuerdo.

- ¿Porque no vais a secuestrar a otra chica hasta que vuelva? - pregunto apoyando la cabeza en el pecho de James.

- Por que nuestra chica eres tú - dice Nick recostándose en los escalones.

Sonrío y le doy otro beso en la mejilla.

- Anda ve - dice revolviendome el pelo - pero te queremos de vuelta eh.

- Podréis sobrevivir sin mí un rato.

- Yo que tu no apostaría - dice sonriéndome - eres nuestra chica ¿recuerdas? ¿Que haríamos sin ti?

- Ohh - me inclino y les doy un beso a cada uno - Os adoro chicos.

- Lo sabemos - James sonríe de lado.

Me río y salgo corriendo para internarme en el bosque, en busca del punto donde he practicado con Nico esta mañana, donde probablemente estará ya mi novio.

«Mi novio» Me sonrojo y sigo corriendo esquivando árboles con una sonrisa estúpida en la cara.

- ¿Porque sonríes? - me pregunta Nico en el oído haciéndome dar un respingo en cuanto pongo un pie en el circulo creado por los arboles.

- Por ti - respondo dándome la vuelta para darle un beso muy dulce.

Nico sonríe contra mis labios y me estrecha contra el por la cintura.

- Creo que deberíamos entrenar - digo reuniendo el poco autocontrol que me queda para no dejarme llevar por las caricias de Nico, que ahora mismo me están recorriendo con su hábil lengua mi cuello y hombro.

- Si - ronronea - deberíamos.

Sonrío pero me aparto de él. Nico me mira con un adorable puchero y pone ojitos de cachorrito. Niego con la cabeza divertida y él se adelanta para darme un beso extremadamente largo en la mejilla.

- Eh - digo empujándole el pecho - eso no vale. No puedes provocarme.

- Oh si - dice con una sonrisa traviesa - Tu misma te lo has buscado.

Me río y empiezo a correr por el bosque, pero él me alcanza rápido porque sabe moverse con mayor facilidad por entre los árboles, me pregunto cuantas veces habrá estado aquí.

Pataleo y le doy en una pierna, provocando que él se tropiece y caiga al suelo encima mío.

Nuestros rostros quedan muy cerca, con nuestras narices tocándose.

Le miro fijamente, y él a me mira a su vez. De negro a verde.

Sonrío tímida al tiempo que me sonrojo intensamente. Nico esboza una sonrisa torcida y se inclina lentamente hacia mí, para después besarme con ternura.

- ¿Sabes que deberíamos estar entrenando? - susurro pegada a sus labios.

- ¿Prefieres que entrenemos? - pregunta mordiéndome con una sonrisa arrogante la piel del cuello.

- Sabes que no - digo clavando los dedos en el sirve musgo que adorna el suelo del frondoso árbol mientras me arqueo echando la cabeza hacia atrás, dándole un mayor acceso a mi cuello.

- ¿Entonces? - pregunta divertido incorporándose y juntando su frente con la mía.

- Pfff - digo agarrándole el rostro y atrayéndolo hacia mí - Solo besame.

Ya queda poco para el captura a la bandera :3

El hijo de la muerte (Nico di Angelo)Where stories live. Discover now