Capítulo 7: Agua, fuego y aire.

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*Daisy*

Todos me miran la cabeza, y durante un momento, me pregunto sí tendré la cabeza en llamas. Las miradas pasan de asombro a desagrado. Alzo la vista y veo un brillante tridente verde girando sobre mi pelo.

Noto un brazo sobre mis hombros y veo a Percy al lado mío.

- ¿Con que hermanos eh? - me pregunta con una sonrisa. Asiento tragando saliva y él me pega a su cuerpo, abrazándome con fuerza. Estrechándome contra él.

El mismo hombre que ha hecho los anteriores anuncios se levanta de la mesa principal.

- Salve Daisy Ricks - pronuncia él con voz grave - hija de Poseidón. Agitador de tierras, padre de los caballos, señor de las tormentas. Salve hija del dios del mar.

Todos se arrodillan, todos. La mayoría a regañadientes, pero aún así lo hacen.

Se levantan pesadamente y un grupo de unos 4 chicos se acercan a mí. Entre ellos Jason y su novia.

- Hola - me saluda un chico de pelo moreno y rizado. Es delgaducho y alto, con rasgos que se asemejan a los de un duende. Lleva un cinturón porta herramientas desgastado atado a la cintura.- yo soy Leo.

- Encantada - le digo sonriendo.

Me sonríe a su vez.

- Daisy - Percy me gira hacia sus amigos. - Ellos son Jason y Piper - asiento en dirección a Jason y le sonrío dulcemente a Piper. - y ésta es Annabeth - es una chica de unos 18 años, rubia y de ojos grises. Es bastante guapa, y mira a Percy con una sonrisa de oreja a oreja - mí novia.

Le miro incrédula y enarco una ceja, miro nuevamente a Annabeth, preguntándole con la mirada como puede ser eso. Se ríe y me da un abrazo.

- Encantada de conocerte - me murmura al oído.

- Igualmente - le respondo sonriendo.

- Creo que ya conoces a Leo - murmura Percy resignado.

- Por supuesto - contesta éste sonriendo - nunca dejo pasar la oportunidad de saludar a una chica bonita.

- Eh tío - Percy intenta hacerse el ofendido - que es mi hermana.

- Lo sé - Leo sonríe pícaramente y yo me echo a reír. - Tienes una risa realmente hermosa.

- Gracias - le respondo enrojeciendo rápidamente antes las palabras de ese chico.

- Es todo un placer - responde.

- Leo... - empieza Percy con tono amenazador, pero Annabeth le posa una mano en el pecho y le hace callar.

- ¿Que pasa tío? - le pregunta Leo inocentemente - Paso demasiado tiempo entre maquinas.

- ¿Y eso? - le pregunto

- Es que soy hijo de Hefesto - me responde, le miro sin comprender y me coge dulcemente de la mano. Me guía hasta estar un poco alejados de los demás y me muestra sus manos.

- Observa - y seguidamente sus manos estallan en llamas. Suelto una exclamación ahogada y retrocedo instintivamente. Leo apaga las llamas y me coge cuando estoy a punto de caer al suelo, por haberme tropezado con la pata de una mesa.

- ¿Estas bien? - parece realmente preocupado.

- Si, - le digo jadeando - solo me he asustado.

- Ya veo - sonríe y yo le devuelvo la sonrisa.

Miro por encima de su hombro y veo a Nico, que me observa horrorizado, y siento como una pequeña parte de mí, se rompe. Me mira con el dolor reflejado en sus ojos, el dolor de alguien a quien han traicionado, de quien lo ha perdido todo.

- ¿Le conoces? - me pregunta Leo siguiendo la dirección de mi mirada.

- Si - le respondo con el ceño fruncido - él ha sido quien me ha traído hoy aquí, y me ha enseñado el Campamento.

- Que pena que Quiron no me haya dejado ir a mí a por ti. - sonríe de medio lado aun sin soltarme.

- ¿Quien es Quirón? - me siento estúpida.

- Nuestro director de actividades - responde el ayudándome a ponerme en pie y cogiéndome la mano - te lo presentaré.

- No no no no - dice una voz divertida desde detrás mío - de eso me encargo yo.

- Jason - Leo emite un sonido de protesta, pero finalmente suelta un suspiro lastimero y me suelta. Jason ocupa su lugar.

- Siento su comportamiento - me dice conduciéndome hacia una gran mesa - a veces es un poco impulsivo.

- Tiene... - ¿como explicarlo? - fuego.

- Si - Jason ríe - es un don.

- ¿Tu también puedes hacer fuego? - le pregunto.

- No. Cada semidiós tiene dones relacionados con sus padres. Percy puede controlar el mar, yo los rayos y el viento y Leo el fuego.

- Así que sois agua, fuego y aire. - le digo burlona - Os falta la tierra para completar el cuarteto.

- Ja ja ja - dice sarcásticamente - muy graciosa.

- Lo sé.

Me mira sacudiendo la cabeza

- ¿Eres hijo de Zeus? - le pregunto.

- Se podría decir que si.

- Eres el niño mimado de todos - le digo sonriéndole.

- Eh no te pases - me replica poniendo una expresión de finjido dolor.

Me río de él y de su cara y continuamos andando. Llegamos hasta una mesa más grande que las demás donde esta el centauro de antes y un hombre bajito y gordo con una camiseta de leopardos.

- Él es Quiron - dice Jason refiriéndose al centauro - y él es el Señor D, el director del Campamento.

- Si si si - el Señor D hace un gesto despectivo con la mano y le pega un trago a su coca-cola. - otro mocoso más para molestarme.

- Hola Daisy - dice Quirón con voz grave - bienvenida al Campamento Mestizo.

Le sonrío.

- Mañana darás clases de esgrima con Percy, y el resto de las actividades con los de la cabaña de Hermes.

- ¿Por que con los de la cabaña de Hermes? - pregunta Jason con curiosidad.

- Porque es en la cabaña en la que mas iniciados hay, y en la que probablemente mejor se sentirá.

Asiento dándole gracias por su consideración y vuelvo con Percy.

- Daisy - me agarra de la muñeca y me pega a su costado. - Ahora te enseñaré nuestra cabaña.

- Vale - le sonrío y me vuelvo hacia sus amigos - ¿Quienes son vuestros padres o madres?

- Afrodita - me dice Piper. Eso explica porque es tan guapa. Jason se pone a su lado y le pasa un brazo por la cintura, pegándola a él.

- Atenea - dice Annabeth sonriendo.

Percy se ríe y la llama listilla. Annabeth le pega suavemente en el brazo y él la atrapa entre sus brazos para luego besarla.

¿Enserio? ¿Tienen que hacer demostraciones empalagosas de amor delante mío? Ya tengo aceptado que voy a morir sola rodeada de gatos, pero tampoco hay que ir haciendo cosas románticas delante mío.

Se separan algo rojos por todos los espectadores que han conseguido.

- Daisy ven - Percy me coloca suavemente una mano en la espalda y me gira hacia las cabañas. - Voy ha enseñarte mi cabaña.

- ¿Tuya? - le pregunto sonriéndole.

- Nuestra - se corrige con una sonrisa.

El hijo de la muerte (Nico di Angelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora