MI RUBIA

Capítulo Treinta y tres: La final

Nubecitas, en este capítulo hay contenido sexual explícito; si alguien quiere saltarselo puede hacerlo, si no, leer bajo responsabilidad propia.

Aquí está su capítulo pequeñas pervertidas.

Capítulo Treinta y Tres: La Final

Había llegado el día, sentía que en cualquier momento su corazón se saldría de su pecho de lo rápido y fuerte que latía; tenía que calmarse, o si no tendría un ataque al corazón mucho antes de que la pelea si quiera comenzara. Aún faltaba una hora y un poco más para que esta iniciara, pero todo estaba a punto de colapsar. Había decidido acompañar todo el día a Axel sin importar sus clases de la universidad, llegó a su casa muy temprano tratando de acompañarlo en todo el proceso, poniendo la mejor actitud para ayudarlo a motivarse, ya en la tarde llegaron juntos al lugar que estaba repleto de gente en el estacionamiento, buscando boletas para entrar al gran show, inclusive habían algunos medios de comunicación.

No era el evento más grande, pero seguramente tendría un minuto de fama en televisión. Podía incluso llegar a pensar que estaba más nerviosa que el mismísimo Axel, ¿Podía eso pasar?

Se mordió el labio con nerviosismo. Se escuchaba un poco de ruido pero no el que seguramente se comenzaría a escuchar en unos minutos más. Estaba sola, recostada en una de las degastadas paredes del pasillo del lugar, todo estaba en silencio, Axel y  Dogg estaban dentro del camerino que el chico usualmente solía utilizar. Estaban hablando y haciendo otras cosas en las que ella prefería no interrumpir. No quería distraer a su novio por nada del mundo. Así que le había dicho que los dejaría solos, pero tuvo que convencerlo pues este se negaba a que ella estuviera fuera sola, lo cual era una completa estupidez porque al parecer todo del mundo en aquel lugar la evadía constantemente, y sabía que era muy probable que aquello fuera obra de Axel...

—Que agradable sorpresa. — Escuchó una voz decir.

Había hablado demasiado rápido.

Sky, recordando lo que había pasado hacía dos noches, se volteó a mirar al hombre con fastidio, pues estaba muy cómoda con su soledad.

—No puedo decir lo mismo. — Musitó con altanería.

Aquella frase pareció divertirlo pues soltó una pequeña risa mientras este se acercaba un poco más a ella.

—Viniste desde muy temprano solo para ver a tu noviecito perder ¿Eh? — Dijo con burla.

La seguridad que ese chico poseía era gigantesca, o eso aparentaba porque se veía muy relajado y confiado de sus palabras. Ella se cruzó de brazos y sonrió.

— ¿Qué pasa Cromwell? ¿Tienes celos de que él me tenga a mí para apoyarlo? —Soltó cínicamente con una sonrisa burlona.

Había sonado como una perra, pero en definitiva no podía evitar no reaccionar cuando atacaban a Axel, era como instinto. La sonrisa del chico desapareció al escucharla soltar aquellas palabras. Algo se oscureció en sus ojos y de inmediato se acercó a ella, acorralándola en la pared.