Él había prometido que no se metería con chicas rubias...
pero luego la vio a ella.
ESTA OBRA ES COMPLETAMENTE MÍA.
QUEDA PROHIBIDA LA COPIA Y LAS ADAPTACIONES A ELLA.
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Capítulo Veintisiete: Plan en marcha.
Ella resopló con cansancio. Axel estaba bajando la maleta que ambos habían hecho esa madrugada. Su cuarto había quedado muy desordenado, la cama estaba sin tender, su armario patas arriba... y saber que tenía que llegar a organizarlo todo.
Estaba comenzando a pensar que pondría a los tres chicos a organizar su habitación, pues todo eso era idea de esos tres.
Abrió la puerta del auto y salió con sus manos enrollando la tira del bolso que colgaba de su hombro. Axel la alcanzó ya con su maleta en la mano y entrelazó sus manos.
—Bien, tenemos que correr o el vuelo te dejará. — Dijo afanado, jalándola para internarse en el aeropuerto.
Pobrecito. Las tres de la mañana y él estaba allí afanado por un vuelo que no existía.
—Tranquilo, coqui, seguro sí llegamos. — Le dijo ella.
—Yo creo que Axel tiene razón, deberíamos apurarnos. — Aconsejó Maxi.
Sin que Axel se diera cuenta, Sky fulminó a su amigo con la mirada pues sabía que solo lo hacía para molestarla.
—Y enserio pienso que no. —Recalcó ella.
Axel frunció el ceño.
— ¿Por qué se están peleando así? —Interrogo Axel extrañado. — Anoche fue igual, ¿No deberían estar más que felices?
Ambos se miraron. Sky no iba a decirle que estaba molesta por lo que estaba haciendo con él.
—Así funcionamos. — Fue lo que le djo Maxi, cerrando el tema.
Axel los miró con una sonrisa a medias.
—Créanme que a veces no los entiendo. — Sky soltó una risa. Ni ellos se entendían.
—Nosotros tampoco. — Sky apretó la mano de su novio. — ¿Por qué no me traes un café mientras me chequeó?, Ya sabes para ahorrar tiempo. —Explicó ella.
Él asintió de acuerdo.
—Claro, Mocaccino, ¿Cierto? —Inquirió.
Ella asintió con una sonrisa.
—Ya vuelvo. — Les dijo comenzando a alejarse para después voltear a la derecha.
Ella de inmediato poso su vista en Maxi.
—Eres un idiota. — Insultó ella.
Él rodó los ojos.
—Ya lo sé. — Dijo con diversión. —Ten, me lo dio Ed ayer. — El sacó el boleto de avión que le habían fabricado.
Estaba doblado por la mitad. Parecía muy real, hasta el papel en el que estaba impreso.
