10. qué es amor

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...

Los adolescentes de 19 años normalmente discuten con sus madres. Y eso fue lo que pasó está vez.

-El doctor Smith me ha dicho que ya no puedes seguir con las clases. -le afirmó Jay con un tono molesto.

-¿Y por qué? -resopló. -Porque me estoy muriendo, ¿no es así?

Había algo que caracterizaba mucho a Louis. Y era la manera en que aceptaba la muerte, como si fuese algo normal que le pasa a todo el mundo.

Aunque de hecho, sí le pasa a todo el mundo. La única diferencia era que el sabía que pasaría pronto, y tal vez no estaba del todo listo.

-Últimamente te haz comportando demasiado desinteresado en todos los aspectos. -lo miró a la cara cuando la luz roja se puso, indicando alto.

Louis simplemente miraba hacia la ventana. Pensando.

-Está es una lista de cosas que quiero hacer antes de morirme. -dijo en voz alta.

Su madre lo miró perpleja. Sin embargo escuchó cada palabra que su hijo estaba pronunciando, como si le estuviese costando mucho compartir sus secretos con ella.

-En el centro comercial quiero subir las escaleras eléctricas por donde se baja. Y bajar por donde se sube. -dijo con una enorme sonrisa.

Podría estar pensando en cosas insignificantes, pero era lo primero que cruzaba por su mente cuando pensaba en lo que más le gustaría hacer.

-Quiero ir a la playa, me gusta la playa. -Jay suspiró al pensar que llevaban varios años sin ir ahí. Desde que Louis había concebido ése maldito cáncer tenía todo prohibido.

-Quiero visitar a la abuela. -dijo al recordar que llevaba unos siete años sin visitar a la única abuela que aún vivía.

-Quiero hacer el viaje del que tanto hemos hablado. -vaciló unos instantes si debía confesar hacia dónde quería ir. -A Venecia.

La respiración de Jay se entrecortó por unos segundos.

-Pero lo más importante -sacó todo el aire que llevaba cargado en los pulmones en modo de suspiro. -Quiero tener el amor correspondido.

Lentamente Jay miró a verlo cuando detuvo el auto en la puerta de casa.

-¿Boo? -murmuró al ver que el chico de ojos azules se quedaba mirando hacia el vacío. -¿Amor correspondido?

-Ah... -se quedó pensando en aquella idea. -Es estúpido, olvidalo.

Su madre apagó el motor.

-No lo es, cariño. -trató de consolarlo, pero éste se negó a la idea.

-Oh, sí lo es. -extendió los brazos como si preguntara ¿no es obvio?

-¿El qué? -respondió entendiendo su pregunta.

-Tengo cáncer. -abrió la puerta del auto. -¡Nadie puede quererme sin sentir compasión! -gritó. -¡Nadie se enamoraría de alguien que se está muriendo! -tomó las llaves de casa sintiendo como sus ojos comenzaban a cargar pesadas gotas. -Sería egoísta. -apenas pudo pronunciar con un hilo de voz y bajó corriendo para esconderse en su habitación y poder llorar tranquilamente sacando todo el enojo que llevaba dentro.

Dentro de la oscuridad que había ahí, se sintió más tranquilo. Como si realmente nada de aquello estuviera pasando.

Se sentía cansado. Agobiado. Infeliz. Inseguro. Y por primera vez, listo para morir. Aunque obviamente, no era el momento.

Y es que recordar la manera en que Harry lo había abandonado en el hospital llevaba estrujando sus sentimientos por una semana sin parar.

¿Había dicho algo malo? No podía recordarlo.

llévame contigo - larryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora