7. quimioterapia

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...

Colgó la llamada con un pesar en el alma.

Louis lo necesitaba.

Salió directo al baño, se lavó la cara. Acomodó lo mejor que pudo aquellos rebeldes rizos con los que recién Jessy había estado jugando. Se miró unos segundos en el espejo, pero finalmente no encontró nada; ni algo bueno, ni tampoco algo malo en sí mismo.

Salió del baño y se dirigió nuevamente a su habitación.

-¿Vas a salir? -preguntó la pequeña haciendo pucheros con el labio inferior.

-Iré un rato con Louis -le sonrió. Buscó entre las ropas del armario una sudadera; afuera comenzaba a hacer fresco puesto que el otoño estaba terminando.

-¿Quién es Louis? -se sentó en la cama de su hermano mayor cruzando las piernas, como si estuviese dispuesta a recibir una larga explicación.

-Pues... -encontró lo que buscaba, aquella sudadera roja que tanto le amaba. -Pues es un amigo del colegio-se giró hacia ella con una sonrisa.

La pequeña meditó durante unos segundos su respuesta.

-¿Y por qué quiere que vayas? ¿no quiere que juegue contigo? -la miró confundido.

-No -negó repetidas veces con la cabeza. -Es que me necesita -se encogió de hombros. -¿Te parece bien si voy y te quedas un rato con Gemma? -se sentó junto ella, ya que se dio cuenta que tardaría un poco convencerla en dejarlo ir.

-¡Pero Gemma está loca! -frunció el entrecejo y se cruzó de brazos. -Déjame ir contigo. -Harry soltó un largo suspiro.

-No lo creo, princesa. -le dio un beso en la frente y se levantó. Jessy no pudo hacer nada más así que aceptó la situación.

-Harry... -dijo antes que éste saliera de la habitación. -¿Louis es guapo?

El rizado sonrió ampliamente al escuchar aquella pregunta.

-Mucho -susurró y salió de ahí.

...

Las luces de la habitación estaban apagadas. Hacía demasiado frío, o al menos para él.

-¡¡Mamá!! -gritó provocando que su madre saliese corriendo directo a su habitación.

-¿Cariño, pasa algo malo? -preguntó tratando de sonar tranquila.

-Tengo mucho frío, mamá -se encogió abrazando sus piernas bajo las cobijas. Su madre al instante buscó en el armario algo que pudiese cubrir mejor a Louis. Pero él ya tenía encima unas siete cobijas, y eran todas las que tenían disponibles.

-Boo, ya no tenemos más cobijas -se acercó a su cama y estuvo a punto de sentarse en el borde de ella.

-¡¡No!! -le gritó. -Duele mucho, mamá; no quiero que nadie me mueva o toque. Perdóname.

-De acuerdo -murmuró. -Calenté el puré, te traeré un poco.

-Vomitaría todo -pronunció debilmente.

-Es preferente a que no comas nada. -suspiró. -Llamé a Harry, debe estar por llegar -y al instante salió de la habitación.

Caminó hacia la cocina.

Apoyó su peso en el lavadero y comenzó a sollozar.

Louis. Su Louis estaba muriéndose y no podía hacer nada para protegerlo. Quería tenerlo a su lado siempre, y resultaba imposible. De una u otra manera, él iba a morir, y no podía hacer más que esperar el momento. Y maldición, era horrible tener que ver a su hijo morir.

llévame contigo - larryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora