Capitulo 14: Explosivo.

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Mientras todos preparaban a los rehenes para que estuvieran en sus lugares, Samara permaneció con Berlín en el despacho, incluso después de comer, ella todavía sintiéndose un tanto tambaleante, y para su desgracia, el mayor lo notó, por lo que la llevo ahí antes de que Denver fuera a tranquilizar a los rehenes sobre su estado, que seguían con preguntas de que habia sucedido con ella.

-¿Estarás bien aqui sola?. Que a Nairobi no le molestaría quedarse contigo.

-No pasa nada. Solo necesito descansar un poco.-Lo tranquilizó, viéndolo preparar el medicamento, sentándose a su lado mientras presionaba la aguja en su piel, y dejaba el líquido entrar en sus venas con una pequeña mueca de dolor en sus labios.

-Anoche no hablamos de lo que pasará con el dinero, si algo le ocurre a alguno de los dos.-Soltó Berlin de pronto comenzando a guardar las cosas, recordandole la conversación de la noche anterior, donde habian hecho sus planes, esos que sabían podian esfumarse en el aire en cualquier momento, y que aun así, a los que se aferraron, uno donde permanecían juntos, y se iban a un lugar muy lejos de todo el dolor, con Ellie, la hermanita de Samara, quien negó con la cabeza, sin querer pensar en que les podria ocurrir algo, o en esa posibilidad ni por un segundo, por que ya habia perdido demasiado, y no soportaría pensar en perderlo también a el.

-No va a ocurrir nada.

-Cuando yo muera, quiero que te quedeis con todo mi dinero, que sea para ustedes dos.-Dijo de pronto, como si no la hubiera escuchado, y ella tomó su rostro en sus manos, ignorando el dolor que sentía al gesto, haciéndolo mirarla.

-No va a ocurrir nada, saldremos de aqui, juntos, ¿Si?, y luego tu y yo, y Ellie, iremos a un lindo lugar lejos de aquí, uno lejos de las armas, y los atracos, pero estaremos juntos.-Murmuró pensando en un futuro que todavía no podia ver, y que deseaba con todo su corazón esperanzado, y Berlín le sonrió tristemente un momento, por que el habia aceptado que sino lo mataba un disparo, lo haria su enfermedad.-Berlín...-La interrumpió, poniendo un beso en su frente, viéndola cerrar los ojos, tratando de calmar los nerviosos latidos.

-Ya veremos. Pero si, ese suena como un buen plan, aunque no estoy muy seguro de si le caere muy bien a tu hermanita.-Respondió distrayendola del tema, y ella rio al recostarse en su hombro, sintiéndolo rodearle los hombros con el brazo.

-Va a adorarte igual que yo.-Aseguró, Berlín poniendo un beso en su boca entonces, antes de que ella tomara su mano, y pusiera un dulce beso en donde había puesto su medicamento.-Todo saldrá bien.

-Todo saldrá bien.-Asintió Berlín, antes de tener que marcharse para comenzar su perfecta actuación, queriendo creerlo por ella, y en el silencio que la rodeó, la muchacha permaneció en sus pensamientos, pensando en como el tiempo seguía corriendo contra ellos, y lo mucho que se arrepentía de sus dudas, por que aunque estaban al borde del peligro y la muerte, era feliz, una felicidad momentánea que ya no le importaba pagar con un corazón roto.

Al cabo de unos minutos, Berlín bajó las escaleras principales de la fábrica, y estuvo frente a la periodista que mostraría la triste historia de los atracadores al mundo.

-Soy Andres de Fonollosa, muchísimas gracias por estar aquí.-Dijo al saludar a la mujer, y entonces le pidieron ponerse un micrófono, entonces la cámara comenzando a transmitir en directo.

-Señor Fonollosa, tengo que preguntar por que ha permitido que un grupo de periodistas entre en el atraco para hacer el directo.-Comenzó a hablar la mujer con voz suave.

-Este es un momento decisivo para todos los que estamos dentro, y era necesaria su presencia aquí para registrarlo y hacerlo público. Por favor, venga conmigo.-Indicó el camino, siendo seguido por el camarografo y la periodista.-Estos son los once rehenes que por fin van a ser liberados.-Se detuvo junto a los rehenes en fila.

Play with fire. [La Casa de Papel].Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora