VIII: EL ANCIANO

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Visitó un planeta de un señor que bebía todo el tiempo para olvidar. Y otro, que era tan, pero tan pequeño, que sólo cabían un farol y farolero, de quien pudo haberse hecho amigo, pero el planeta era tan pequeño que no había lugar para los dos. 

El sexto planeta que visitó, estaba habitado por un anciano que escribía enormes libros. 

Cuando vio llegar al Principito, exclamó:

—He aquí un explorador. ¿De a'onde vienes?

—¿Qué es este grueso libro? —Preguntó el príncipe—. ¿Qué haces aquí?

—Soy geógrafo —respondió el anciano.

—¿Qué es un geógrafo?

—Es un sabio que conoce dónde se encuentran los mares, las montañas, los ríos, las ciudades, los desiertos...

El Principito le ignoró por completo. E hizo saber:

—¡Qué grande es tu planeta!... ¿TIENE OCÉANOS?

—No puedo saberlo —el anciano tosió un poco. 

—¿Y montañas?

—Tampoco puedo saberlo —replicó.

—Pero... eres geógrafo...

—Es cierto... pero no soy explorador. No tengo exploradores. Un geógrafo es demasiado importante para explorar. NO debe dejar su despacho. Debe recibir en él a sus exploradores. Interrogarlos, tomar notas de sus observaciones. Tú, por ejemplo... eres un explorador, seguramente. Vas a describirme tu planeta —ordenó el viejo—. Empieza. Te escucho.

—Mi planeta es muy pequeño—dijo el Príncipe—. Tengo una flor...

—¡NO! No, no, no. No anotamos las flores. 

—¿Por qué? —ElPrincipito se sobresaltó—. ¡ES LO MÁS LINDO!

—Mmm, es porque las flores son e-fí-me-ras.

—¿Qué significa e-fí-me-ras? —quiso saber.

—Bu-e-e-e-e-e-e-e, es muy raro que una montaña cambie de lugar, o que un océano seque sus aguas. Escribimos las cosas e-ter-nas —respondió el señor.

—Pero... ¿qué significa e-fí-me-ras?

El anciano so sabía que el Principito no renunciaba a una pregunta una vez que la había formulado. 

—Lo que cuenta para nosotros es lo que no cambia —respondió—. Como la montaña. La montaña no cambia en milenios. Es eterna.

—Pero... —espetó el Príncipe—. ¿QUÉ SIGNIFICA E-FÍ-ME-RAS?

—Significa que puede de-sa-pa-re-cer —respondió.

El Principito se asustó.

—Entonces... ¿usted dice que mi flor puede desaparecer?

—Seguramente, sí... —dijo el viejo.

—O sea que mi flor es efímera. ¡Sólo tiene cuatro espinas para defenderse contra el mundo, y la he dejado totalmente sola en mi casa!

El viejo negó.

—Mmm, ¿por qué no visitas el planeta tierra? Tiene buena reputación. 

Y el Principito partió hacia el planeta tierra, pensando en su flor. 

En serio muchas gracias por leer ésta bella obra de Exupéry.



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