Final

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-Camina un poco más rápido, Cristel.

-Llevo el pastel conmigo, Lily. Dame algunos segundos.

Su risa suena y coloco la masa de harina y chocolate en medio de la mesa de decoración color Lila. Hoy nuestra pequeña cumple un año y no puedo estar más feliz, hemos hecho una pequeña reunión en casa, claro que con algunas cosas para los niños, más que todo juegos en los que ellos puedan pasar un buen momento.

Camila pasa hacia la cocina y busca una leche de chocolate para su nieta, o eso creo.

-¿Ya despertó?

-Bueno está de mal carácter, Axel está con ella, esperemos y se le pase con esto.

-Sus rabietas son un tanto inusuales.

-Niños, Cristel. Déjame y le digo que Nicolás está por llegar, seguro se levanta corriendo.

-Bueno, esperemos y baje. Cristal vendrá con unas amiguitas de su escuela.

-Me parece perfecto.

Camila sube casi corriendo las escaleras y solo espero que Luá esté de buen humor, si no con el dolor del alma alguien tendrá un pequeño castigo por mimada y escandalosa.

Sacamos algunas de los bocaditos, Taíz deja algunos globos en la decoración y camina hacia nosotros.

-¿Todo listo?

-Sí, ya baja la princesa rabietas.

-Creo que es la edad, no lo sé. Solo hay que tratar de que no siga así.

-Luá no es malcriada, entiende que cortaron su siesta, hasta yo estaría así.

El timbre suena y Pablo parece un padre todo terreno al entrar con Derek en brazos, Cristal sosteniendo su mano con sus dos amigas más.

-¿Cuándo fue que tuviste tantos hijos?

-No fue gracioso, estoy entrando en pánico ahora mismo.

Sonrío cuando las niñas saludan y enseguida caminan al saltarín. Lyndsy entra minutos después con algunas mochilas entre manos.

-Dios mío, no quiero saber lo que se siente tener cuatro hijos.

-Cariño, amo que pensemos igual. Fuiste hecha para mí. -Mi cuñado la atrae a su pecho y besa sus labios.

Son tan bonitos.

Saludo con la castaña y le ayudo a acomodar las bolsas de las niñas.

-¡Nico! ¡Nico! - chilla Derek, mi sobrino corre hacia él y Pablo deja a su hijo en el piso. Sus pequeños pies caminan hacia los demás juegos. Me agacho hacia ellos y abro mis brazos.

-No hay un beso para la tía.

Los dos hombrecitos se lanzan a mis brazos, beso sus melenas y los llevo con las niñas.

-Princesas, cuiden a estos pequeños.

-¡Sí!

Dejo a los niños felices y levanto mi mirada hacia las escaleras. No bajan.

El novio de Camilia llega también, es un poco más joven que ella, por 8 años, pero creo y esta vez será el correcto. Se lleva con Axel y no parece una mala persona.

-Robett. Bienvenido.

Su ojos casi celestes observan el lugar, soba su melena rubia y saluda con los demás.

-¡Mamá!

Luá pide bajarse de los brazos de su padre, hoy lleva un pequeño short que resalta sus gordas piernitas, una camisa blanca y una diadema. Cada vez sobresalen los aspectos de su padre, incluso si piel se ha oscurecido un poco, tal y como es la de mi esposo.

3.Mr. & Mrs. Lehner®Where stories live. Discover now