9. Hospital

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Gimo mientras me muevo despacio, abro mis ojos de la manera más lenta posible.

Siento que vuelo, hay algo que me impide seguir, y no lo entiendo. Me duele cada parte de mi cuerpo, es como si existiera un cansancio abrumador en cada célula que compone mi cuerpo.

Y es devastador.

Unos labios presionan mi frente y me alarmo, ¿por qué me cuesta tanto abrir de nuevo mis ojos?

Jadeo tratando de mover mi mano.

—Cristel —Esa voz preocupada, ¿Axel? —. Mi amor.

¡Axel!

Abro mis ojos cuando mi fuerza de voluntad vuele, enseguida siento el color blanco entrando con fuerza, y pestañeo hasta poder mantenerme despierta. La figura de mi esposo se hace más clara, lo veo un poco descuidado, con el cabello despeinado y el rostro preocupado.

>>Al fin —Su voz suena pausada, puedo ver sus ojos rojos y despacio acaricio su cabello, cuando el besa mi mano.

—Me duele la cabeza —término de decir. Hay una fuerte presión ahí. Axel libera mi cabello de una trenza un poco apretada y se empieza a sentir mucho mejor.

—Llamaré a un doctor.

Minutos después, algunos médicos y enfermeras entran para revisarme. Yo no entiendo nada, qué pasó. Hay un vacío enorme en mi mente, algo que me impide saber qué es lo que me sucedió, porqué estoy aquí.

Las enfermeras toman mis signos vitales y Axel conversa con el médico.

—El bebé...

—Shhh —dice mi esposo cuando me altero. Me ayuda a recostarme de nuevo y sus labios besan mi frente—. Están bien, los dos lo están. Solo relájate, Cristel. Ya nos explicarán qué he pasado.

Asiento mientras las enfermeras me acomodan en la cama y Axel sigue las instrucciones del médico, algunos minutos después, se van dejándonos solos.

Puedo ver la preocupación en el rostro de Axel y no sé qué decir.

—Lily te encontró en el piso del baño, ella te trajo aquí, los resultados dicen que se debe a una fuerte sobredosis emocional. El bebé está bien, pero me advirtieron de esto, Cristel. El estrés puede ocasionar muchas cosas en ti, en ustedes. Problemas en el peso del bebé, aborto espontaneo... — Se calla y me mira—. Complicaciones graves en el parto.

—Axel...

—Cristel yo no sé qué haría si algo malo te llega a pasar.

Su cuerpo abraza al mío y siento como una pequeña lágrima cae de su mejilla. Agarro con mis manos su rostro y beso sus labios.

—No nos pasará, nada. Te lo prometo. Me cuidaré, estaremos bien.

—No puedo dejar de ser un impulsivo, solo deja el trabajo mientras tanto, pondré a alguien ahí. Sé que es eso lo que te tiene así. Por favor, ayúdame a cuidarte.

Las palabras que leí en esa revista vienen a mi mente.

No sé lo que Axel sería capaz de hacer si se entera de eso.

—No puedo...

—Es por ustedes. Yo también dejaré de trabajar todo el día. Te prometo llegar a casa a las cuatro, pasaré contigo la mayor parte de mi tiempo. No quiero que esto afecte más a tu salud. El médico mando reposo.

—Yo... lo haré si es por el bebé.

—Llegaste aquí con tu presión arterial por las nubes. Ha pasado un día hasta que lograron estabilizarte. Está semana llevaré a alguien con nosotros, necesitaré saber que estás bien.

3.Mr. & Mrs. Lehner®Where stories live. Discover now