15. Poco más

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Sostengo los pequeños pies de Luá mientras ella está recargada en mis piernas, de una manera que la hace estar cómoda.

—¿Qué crees que diga tu papi?

Solo escucho la succión de su chupón y beso su cabeza, su cabello crece poco a poco, por ello casi siempre la tengo con cintillos o gorros.

La meso un poco más y ella me mira.

>>Ya mismo en diciembre, bebé. Llegará navidad y me muero por verte luciendo ese hermoso vestido que nos dio la abuela. Eres muy afortunada al tener muchas personas que te aman.

Luá abre mucho más sus negros ojos y parece querer indicarme sus rosadas encías.

>>Eres la bebé más bonita. Mi bebé bonita.

La dejo en medio de la cama y observo la ventana. Ya son más de las siete de la noche y me preocupa que Axel no llegue aún.

Me desvisto mientras arreglo mi cabello y quito mi maquillaje, claro que parezco una loca saliendo cada minuto del baño para ver a mi hija.

Una vez ya puesta mi pijama, recargo mi cuerpo al lado de ella y sobo su cabeza.

>>Duerme ya.

Sé que no lo hará, es como si siempre esperara que la llevemos a su cuna y la dejemos ahí.

Despacio la llevo a mi pecho y presiono mis labios en su frente. La dejo en su cambiadora y busco algo cómodo para que duerma. Justo entonces escucho el coche de Axel, así que limpio su pañal y la cambió cuando su padre llega a su habitación.

Cargo a Luá y él enseguida la levanta en sus brazos. Besa mi boca y me acerca a su cuerpo.

—Lamento la demora. Tuve un pequeño inconveniente con uno de los empleados.

—¿Todo bien?

—Sí, lo he solucionado, pero me ha llevado algunas horas. ¿Cómo están ustedes?

—Bien, hace poco llegamos de la oficina de Lily.

—¿Cómo está ella, Nicolás?

—Bien, después quiero conversar contigo.

—¿Has cenado? —pregunta mientras acaricia mi mejilla.

—Sabes que no puedo. No hasta que llegues a casa.

—Lo sé. Lamento la demora.

—Está bien, Lily me invitó un batido.

—Vamos a dejarla en su cuna. Es hora de su siesta.

—No, llevémosle con nosotros. No ha lactado y Maite me está enseñando como alimentarla para que no se despierte tan seguido.

—Está bien.

Caminamos a nuestra cocina y caliento la deliciosa comida que nos han dejado. Una especie de tallarín con vegetales y pollo. Sirvo nuestros platos y agarro a Luá, descubro mi pecho y ella empieza a comer también. Axel me ayuda con la comida y aunque con una mano, logro hacerlo yo misma.

—Deberíamos empezar a comprar adornos navideños.

—Iremos mañana. Vendré a verte a las cuatro, ¿te parece?

—Está bien.

>>No puedo creer que en esta semana cumplimos 1 año de casados.

—Dicen que es el más difícil.

3.Mr. & Mrs. Lehner®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora