8. Estrés

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Termino de ponerme el top, junto a mis joyas y chaqueta. Me alisto para salir al trabajo con lo más sencillo y cómodo que puedo tener. Salgo del baño sosteniendo uno de mis bolsos y Axel me observa desde el filo de la cama, sentado, solo viéndome; hermoso como siempre.

—¿Qué?

Sus ojos tienen un brillo especial y camino hacia él. Sus manos se posan en mi cadera y su boca está muy cerca de mi vientre; ya notorio, apenas un abultamiento, pero para saber que alguien está creciendo ahí.

—¿Zapatilla?

Mis ojos van a los zapatos de mis pies y levanto los hombros.

—Me siento más cómoda de esta manera.

—Lo sé —dice, sus manos acarician mi vientre—. Vamos a que comas.

—¿Puedo desayunar mucha nutella?—pregunto con calma, no para pedir "permiso", más bien porque Axel es como mi médico persona.

—Cristel... — regaña—. Nada de mucha azúcar para ti. Estás embarazada, no confundas los términos.

—No me cuides mucho.

—Lo hago porque te amo. —Me lleva de la mano y caminamos donde Maite. Saludo con ella y Taíz, nos sentamos juntos y desayunamos. Axel me vigila a cada instante y le hago caso, sé que comer mucho dulce no solo me afecta a mí, sino que hay alguien mucho más pequeño a quien debo cuidar.

Salimos juntos a nuestro parqueadero y enciendo mi coche. Uno que lo compré hace quince días, sencillo, pero muy cómodo. Taíz sube a mi lado y le lanzo varios besos a mi esposo cuando los dos nos dirigimos al trabajo.

Llegamos a la oficina, sé que todos se muestran muy amables por mi estado, pero no quiero que eso afecte nada. Estoy mucho más relajada con mis cosas, más que todo por el bebé, trato de hacer todo, excepto levantar cosas pesadas o exceder mi fuerza.

La cita médica del cuarto mes es mañana y no dejo de pensar que será esta semillita que crece dentro.

La empresa de decoración con estilos florales ha sido muy favorable, Axel fue una ayuda fundamental para mí, su asesoría en el ámbito empresarial es increíble, y bueno, debo entender que el lleva muchos años en el negocio.

Entro a mi oficina con algunas cosas en mano y despacio empiezo a revisar los nuevos proyectos y el presupuesto. Enciendo mi computador y sigo revisando cada una de mis tareas.

—¿Cristel?

—Pasa Lily. —Mi mejor amiga entra con su enorme bolso y Nicolás en brazos. Mi sobrino se lanza a mis brazos y decido quedarme sentada para atraerlo a mi pecho.

>>Estás hermoso, príncipe.

Lily besa sus rechonchas manos y Nicolás chilla con fuerza. Mi amiga pone un chupón en su boca y mi sobrino empieza a succionar su juguete de una manea chistosa, él ya puede mantener su espalda recta así que sus manitas se ponen en mi pecho y me mira sonriendo tras su chupete. ¡Es tan bello!, beso su frente y lo coloco de espaldas mí para que puede mirar todo el lugar.

—¿Cómo está el bebé?

—Bien, nada de novedades —hablo nerviosa. Lily se acomoda en el asiento de adelante y coloca sus codos encima de mi escritorio.

—¿Por qué evitas mucho el tema del bebé?

—No lo hago.

—Lo haces. Más de lo que dices.

3.Mr. & Mrs. Lehner®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora