12. Impedimentos

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La primera vez que puedo sentir algo, es molestoso. Mi vientre se siente pesado y dolorido. Mis ojos se conectan con las lámparas de la habitación y puedo sentir como alguien presiona mi mano mientras me inyectan alguna especie de suero.

De inmediato ella hace una extraña seña y una sombra está a mi lado. Puedo ver el rostro de mi esposo aún indescifrable.

—La doctora vendrá en unos segundos.

Mis pupilas se desvían al hombre que vigila cada uno de mis movimientos. Mis manos instintivamente van al abultamiento de mi vientre.

—¿Cómo te sientes?

—Tengo un dolor de cabeza considerable.

—Debes estar tranquila, Cristel.

—¿Qué está pasando Axel?

Justo entonces la doctora interrumpe en la habitación y su equipo va con ella, puedo notar su incomodidad y un toque de preocupación.

—Hemos revisado cada uno de los exámenes. Mr. & Mrs. Lehner, lamento no traer buenas noticias, pero las opciones no son positivas. Existe sufrimiento fetal en este momento y un desprendimiento considerable de la placenta. Si recibo su autorización tendré que inducirla a una cesaría; por ahora es la mejor opción.

Mis ojos se desvían a un desesperado Axel, quien toca s cabello.

—Pero, no tengo nueve meses.

—No tenemos opciones. No podemos esperar, puede resultar mortal para el bebé.

—¿Y sus pulmones?

—La opción por ahora es mantenerlo en una...

—¿Nos garantiza que él estará bien?

—Haré lo posible, pero dígame: ¿Cómo se siente? Es complicado cuando tengo a dos vidas de por medio. Me interesa que usted esté bien.

—Lo estoy. No deje que ella sufra —menciono, mi mano sosteniendo a mi niña.

—Bien, pediré que preparen todo.

Suelto un cansado jadeo y Axel besa mi mano.

—Estaremos bien, Axel. Ya verás.

Sus ojos lucen preocupados, puedo notar como su cuerpo entero está tenso y aunque trato de poner mi mejor cara, sé que no puedo ocultar el malestar que me invade.

******

Respiro pausadamente, puedo ver el monitoreo de la presión y trato de relajarme mucho más, pensando en que esto saldrá bien. Mi esposo entra vestido de celeste y besa mi frente, una sonrisa mía sale. Puedo observar como las personas se mueven a todos lados, hasta que finalmente la doctora entra con algunas enfermeras.

Algunos términos médicos son anunciados y cuando la pregunta de sensibilidad sale, la niego porque mi cuerpo esta ido totalmente.

Los minutos se hacen eternos, cada cosa que sucede no parece real, y no puedo hablar si quiera, Axel está incluso peor que yo misma. Estoy segura que ninguna persona de nuestra familia ha podido enterarse, porque todo ha pasado muy alígeramente.

Levanto mi cuerpo para saber si algo sucede, Axel presiona mi mano y de repente siento como todos se mueven de manera rápida. El igual que yo busca las razones por las que todos corren; no puedo saber más.

—¿Nació...?

—Tenemos que llevarla a revisión. Recuerden que no cumplió sus semanas.

De repente un murmullo, casi como el de un gato empieza a sonar y mi sonrisa se ensancha.

3.Mr. & Mrs. Lehner®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora