S.H.I.E.L.D

5.8K 307 33
                                    

- Señorita Romanof, se le encargó una delicada misión, la cual consistía en capturar a una peligrosa Mestiza, no ha coquetear como una quinceañera con el barman y luego tener su propia versión de baile caliente con esa bruja - Los gritos de Fiury se escuchaban por todo la agencia​. Natacha ya no estaba bajo el encantamiento de Andriade por lo que no le afectó o por lo menos no permitió que se reflejará en su exterior, lo que sucedía bajo sus ojos fríos y calculadores, tal vez, solo tal vez. Natacha podría sentir un cosquilleo en el vientre cuando revive en su mente ese momento bailando entre los brazos de la poderosisima inmortal.
- Si tanto quería resultados diferentes, hubiese abordado usted mismo ese avión, con destino a su muerte... Señor - Los ojos azules de la Espía se clavaron en el del cíclope - Con todo respeto, espero que le hubiese ido mejor de lo que me fue a mí- Fiury lo entendía, sabía que había enviado a su mejor agente a una misión casi suicida. El hecho de que esa bruja le perdonará la vida a la agente, era un especie de milagro.... Que venía con una verdadera enredadera de nuevas preguntas sin descifrar y muy lejos de ayudar a la causa solo les traía más dudas y problemas a las manos.
- Usted dijo que ella vendría cuando fuera necesario y eso Señorita Romanof... ¿Cuando va a ser? - No era difícil perder la paciencia cuando la vida de millones penden de un hilo tan delgado, como el conseguir ayuda de esta casta de seres especiales - La envíe por respuestas, NO !Por más preguntas!- Las últimas tres palabras fueron acompañadas con un golpe contra la mesa, tras otro... El cíclope estaba gritando, había perdido su poca paciencia.

Estaba metido en su enojo, cuando lo vio y Fiury se pregunto a si mismo ¿si es que había convocado ese portar dorado y azul frente a ellos en medio de su oficina?
Anonadado, el ojo del cíclope podía vislumbrar a través del portal la cueva de tallados brillantes... Y desde ella, dos cuerpos largos y delgados tomaban forma a medida que se acercaban desde el otro lado, para atravesar el portal hasta la oficina de Fiury.
El cíclope estaba confundido y encendido en rabia a la vez.
Se hubiese imaginado a quien fuera cruzando desde esa extraña cueva, pero este ser... Definitivamente no era cualquiera
  ¡Loki! el responsable de la masacre de Nueva York hace casi ocho años atrás, le sonreía de forma canalla, mostrando toda su felicidad al provocar de esa forma al nervioso ser humano.
De su brazo derecho en forma caballerosa cargaba a Andriade, la poderosa inmortal cerro el portal tras ellos, le dedico una sonrisa a Romannof y luego una mirada cargada a Fiury.

- Justo en este preciso instante pedazo de imbécil - Loki se mordió las mejillas intentando retener la risa que le provocaba ver la vena palpitante en la frente del cíclope, cuanto adoraba ver la rabia creciendo en su interior, todo gracias a su presencia y la de su amiga.  

- ¿A quien cree que está llamando imbécil? Señorita... - Indignado hasta decir basta apunto con un dedo acusador a la poderosa inmortal - No solo me insulta sino que además trae a un criminal de guerra hasta !mis instalaciones! - Natacha cubrió suavemente el antebrazo de Fiury en un intento por aplacar el enfado del hombre, quien inconscientemente podía estar provocando la ira de una inmortal.
La mirada del cíclope se posó en su brazo cubierto por la mano de la espía y luego en los ojos azules de la Rusa... Natacha negó suavemente, con el fin de darle a entender que se debía calmar y casi lo logra, sino fuera por las luces doradas cubriendo el otro costado del escrito de Fiury - Un nuevo portal se abría y esta vez traía a unos singulares pasajeros.
- ¿Alguien me podría explicar que carajos está pasando acá? - Lo último lo dijo al ver aparecer frente a él a Tony Stark, Steve Rogers y Bruce Banner, cada uno de ellos más asustado que el anterior.
- Le aconsejo que controle su temperamento director Fiury - Natacha ya no podía más, sino lo hacía callar provocaría que Andriade los asesinara a todos.
- Señorita Romanof !Sí usted!
- Yo que tú, tomaría el consejo de la rubia... Grandisimo Idiota... - La aterciopelada voz de Loki mando a callar al cíclope de una forma menos diplomática que la que están empleando Romannof
No permitiría que Andriade pasara malos ratos, eso podía significar su desplome total.
Hasta ahora la sujetaba por la cintura disimuladamente soportando su peso, la bruja había perdido la poca y nada de su magia que había recuperado después de revivir a Loki, para traer a los vengadores hasta las instalaciones de S.H.I.E.L.D.
El sobre esfuerzo la estaba debilitando, tener que escuchar a ese humno inútil, solo por los aires de importancia que se daba a sí mismo, cuando no era más que una simple cucaracha bajo sus botas negras y doradas, le revolvía el estómago.
Estaba seguro de que a Andriade también, ella era una inmortal, poderosa e intocable ¿Cómo se atrevía a elevar la voz en su presencia?
- Tú, serpiente venenosa- Fiury apunto enojado al Dios del Engaño - Vienes a mí planeta a...
- Silencia tu ego Fiury - Tony dió un paso al frente clavándole la mirada a Loki, quería respuestas, una confirmación de que estaban a salvo. El oji verde le saludo con un ademan teatreal, disimulando la comunicación no verbal, en donde confirmaba que venían en son de paz.
- ¡¿Acaso todos se han vuelto locos?! - Fiury no cabía en su propia indignación, ese ser al que le había costado muchas vidas y millones de dólares atrapar, un día decidía llegar como si nada a sus instalaciones y además ¡acompañándola como guarda espaldas, el criminal más buscado por su agencia! Como si fuera poco, los vengadores la protegían.
- Discúlpenos general, pero el que debe estar loco para gritar de esa manera a ella... Es usted ¿Acaso sabe quien es? - Bruce Banner apenas si podía entrelazar palabra  de la impresión- Si... Si si... ¡Es ella! Esa mujeres puede destruirnos a todos con solo pensarlo y a usted no se le ocurre nada mejor que empezar a gritar como si le debiesen el respeto de un Rey - Steve y Tony sabían a que se refería Banner, Fiury les había puesto al tanto del caso en el que Natacha trabajaba, solo por si la espía  rusa no regresaba o le pasaba algo peor que la muerte.
Todos debían estar preparados, pero no imaginaron jamás que la bruja a la que les habían encomendado capturar y entregar a S.H.I.E.L.D. Era esa hermosa mujer del brazo de Loki... Las descripciones del cíclope, no tenían nada que ver con la hermosa criatura delante de ellos.
- Andriade... - Apenas su nombre fue pronunciado tremulamente, por Steve Rogers, el rostro de la Mestiza, marcado de finas pecas blancas y oscuras ojeras púrpuras bajo sus ojos de plata claros... Se levantó, tenía una mirada agotada, solo una prueba fiscica de su mañana reviviendo al Dios del Engaño.
La inmortal tenía un nivel de energía básicamente nulo, apenas si se sostenía a si misma.
Traer de vuelta a Loki, arrancarlo del Valhalla y limpiar su magia, a expensas de su propia vitalidad, fue una jugada suicida, pero necesaria.  Andriade estaba arriesgado todo por salvar al Dios del engaño y ahora debía completar su fin, trayendo a los vengadores hasta ella... Porque esto solo es el inicio de un plan elaborado, del cual Andriade no sabía si tendría la suerte de salir viva.
- ¡Sí! - Siseó... Acurrucándose más contra Loki, el Dios, en contraste con Andriade, estaba en su máximo esplendor.
Jodidamente bello, enfundado en su traje negro y verde con toques dorados perfectamente ajustado a su estilizada figura, sus cabellos negros azabache flotando como plumas frente a su pálido rostro de facciones finas y marcadas, Loki era un grandioso Dios, absolutamente distinguible de los hombres a su alrededor.
Su postura era engreída, protegía celosamente a Andriade, apegandola más contra su cuerpo, intentando sostener por completo su peso, buscando la manera de no hacerla lucir débil y ayudarla en su propósito, el jodido propósito que para su desagrado debía ayudar... Por deberle la vida y por qué la verdad no tenía otra opción.
- No des un paso más... mortal - La advertencia era clara, él Capitán Steve Rogers paseo su azul mirada por la mestiza y luego por Loki... la amenaza colgó en el aire un segundo más. Steve retrocedió, llevándose con él al hombre de hierro, él cual parecía extrañamente encantado con la presencia de aquella bruja y había avanzado los mismos pasos junto con él.
- Loki, debemos empezar ya - El Dios de la negra cabellera asintió a su amiga, Andriade apenas si se mantenía en pie, un segundo más estirando su propósito era inconsebible

Aliados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora