¡Él No Es El Monstruo!

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Todos los asistentes al baile comenzaron a silbar y a gritar abucheando la falta de energía en aquel gimnasio, querían seguir con aquella fiesta; para muchos sería el último baile escolar al que asistirían, ya que el siguiente año empezarían sus estudios universitarios; entre esas personas se encontraba Meg.

- Edward ¿Crees que tarde en regresar la luz?

- No lo sé.

Se veía muy poco en el lugar, algunos alumbraban con la luz de sus celulares, los organizadores trataban de averiguar que ocurría; al parecer sólo en la escuela se había ido la energía eléctrica.

- Le llamaré a Joanne, creo que aún no llega.

- Sí.

Edward trataba de moverse lo menos posible para evitar lastimar a los presentes, mientras tanto Meg lograba contactar a su amiga.

- ¡Joanne, que bueno que me contestas! ¿Dónde estás?

- Estaba en mi casa con Scott, ya casi llegamos ¿Cómo la están pasando?

- Al principio bien, pero hace algunos minutos se fue la luz y no ha regresado.

- ¿Es en serio? ¿Qué les han dicho Kevin y el resto de los organizadores?

- Ya lo están verificando, pero hasta el momento no han informado nada con exactitud.

- ¡No se puede arruinar así el baile que planeamos pequeñita! ¡Es nuestra gran noche!

- ¡Lo sé! La mayoría ya se está desesperando.

- ¡Ya casi llego pequeñita! No te preocupes.

Al terminar la llamada abrazó a Edward, quería sentirlo a su lado, desea continuar bailando con él; la rechifla continuaba, los alumnos se desesperaron por aquella mala organización, Meg comenzó a preocuparse debido a que la organizadora principal era la pelirroja, y sabía que le iban a reclamar; ella no deseaba eso para su amiga.

Cerca de cuarenta minutos habían pasado desde que la energía eléctrica se había cortado, poco a poco el calor comenzó a sentirse, los alumnos habían decidido retirarse, Meg estaba decepcionada de no haber podido pasar esa gran noche al lado de sus amigos y Edward; cuando el primer alumno estaba a punto de abandonar el gimnasio, la energía eléctrica regresó, todos gritaron de emoción, los ventiladores se encendieron nuevamente, el DJ puso música para continuar la fiesta.

Pero no duró mucho tiempo, la electricidad se volvió a ir, esta vez la rechifla fue mayor, los estudiantes decidieron abandonar el baile inmediatamente, pero cuando intentaron salir les fue imposible, las puertas del gimnasio se encontraban cerradas por fuera, comenzaron a patearlas, pero las puertas no cedían, la desesperación se apoderó de la mayoría, aventaban sillas para intentar romper las ventanas, por la falta de visibilidad muchas golpeaban a otros, todo se estaba volviendo un caos; la situación empeoró cuando lentamente comenzó un incendio cerca de la consola de audio, las chicas gritaban, el incendió creció rápidamente; los alumnos seguían sin poder salir.

Meg primero marco a los servicios de emergencia y posteriormente a Joanne para avisar lo que estaba sucediendo, los primeros tomaron los datos, la segunda nunca contestó, Edward intentaba protegerla de empujones; al mismo tiempo evitaba que sus tijeras hirieran a alguien.

Tras algunos minutos de angustia los servicios de emergencia llegaron al lugar, al intentar acercarse fueron recibidos con una ráfaga de balas, la oscuridad que había en el sitio no les permitió ver de dónde había llegado la misma, los bomberos se protegían detrás de los camiones, los policías se preparaban para otro ataque; dentro del gimnasio al escuchar las balas, los asistentes se asustaron más. Trataban de esconderse, querían huir, nadie sabía que es lo que estaba sucediendo; el incendio continuaba creciendo, las llamas poco a poco alcanzaban el techo, el calor comenzó a ser sofocante.

ScissorhandsWhere stories live. Discover now