El abuelo

34.8K 2.4K 327
                                    

Si, si pesque un resfriado, ¿pero al costo de qué?, de haber pasado un momento inolvidable a su lado. Sonará exagerado, pero para mi lo fue. Nunca me sentí igual al lado de un chico. Y que momento para sentirme así, sin Charlotte.

Meto todo lo que mi mochila tenía, al  casillero.

—Oye Bree— Stephanie, una chica del curso de mis hermanos y Tyler, se para frente a mi—¿irás a ver el partido de hoy?.

Mi corazón inicia a bombear más fuerte cuando recuerdo quien juega hoy.

—No lo creo, tengo muchas cosas que hacer hoy y no creo pod.....

—Stephanie— ambas volteamos a nuestras espaldas y lo vemos. El sólo observa a Stephanie y yo también lo hago, se ve tan embobada en este hombre. Lo veo acercarse y mi corazón parece querer salir de mi pecho —Vayámonos, no quieres que a tu novio se le haga tarde, verdad.

Le planta un beso corto y siento algo romperse dentro de mi. Ay no, creo que Charlotte tenía razón, él me gusta.

—NO— grito y ambos me observan. Cierro el casillero y me retiro lo más rápido que puedo. Él no me puede gustar, NO ME PUEDE GUSTAR.

Fuera del campus muchos están reunidos en grupitos para decidir lo del partido de hoy, yo en cambio, sólo quiero llegar a casa.

Algo capta mi atención y es el auto de Tyler, bajo el paso y los observo. El se sube a su asiento como si nada pasara, sin abrirle la puerta, ni tener algún gesto generoso como lo hace conmigo.

<<No te ilusiones Bree>>

Continuó con mi camino y dejo que mis pensamientos se hagan un nudo.

Llego a casa y lanzo mi mochila contra el sofá, subo rápido las escaleras hasta llegar donde mi abuelo.

—Abuelo— toco su puerta y no obtengo respuesta alguna— abuelo, ¿estas ahí?.

Pego mi oreja a la puerta y no escucho ningún sonido. Decido entrar, pero no hay nadie. Busco por todas partes, y cuando abro la puerta del baño se atasca con algo. Asomo mi cabeza y veo mi abuelo tirado en el piso.

—Abuelo— intento entrar pero su pie esta atascando la puerta. Tiro de ella hasta que me deja un pequeño espacio para pasar. Sin embargo, cuando mi espalda pasa por el umbral algo me raspa— auch.

Cuando por fin entro me tiro al piso para revisar a mi abuelo. No respira, ni responde, su temperatura es baja.

Marco el número de emergencia y me siento tan frustrada y desecha.— Abuelo, no te vayas, por favor.— ruego mientras tomo su mano.

—Necesito una ambulancia, mi abuelo esta en el piso— digo cuando descuelgan la línea.

*********************
Sabía que las salas de espera no eran el lugar más confortable, pero nunca imagine que sería tan mierda estar aquí, sola.

Dejo las lágrimas caer libremente por mi mejilla, mientras mi rostro esta contra mis rodillas recogidas hasta mi pecho. Él es la única figura paterna que tengo, o bien, la única persona de mi familia que no me quiere lejos de si.

Llamé a mi padre y a mis hermanos hace una hora, una jodida hora y aún no pueden venir, y realmente, dudo que lo hagan.

—Señorita Danver, ¿es la única familiar del paciente?— levanto mi vista y veo al doctor, me pongo de pie y seco mis lágrimas.

—Si.— suelto con melancolía.

El médico suelta un suspiro y titubea en continuar, pero lo hace—Fue un paro cardíaco— suelto un sollozo y más lágrimas salen— él realmente no esta en buen estado, su corazón llevaba tiempo avisando su inestabilidad, y el lo ignoro por completo.

—Mi abuelo— es lo único que puedo decir, y pensar. En él tirado en el piso, frío y pálido.

—Creemos que estará bien, sin embargo no está en estado para salir de aquí, no por un tiempo. Su corazón puede volver a sufrir un paro en cualquier momento.

—¿Puedo verlo?— suelto en un sollozo.

—No por ahora, se encuentra en terapia intensiva, pero cuando este fuera del peligro, podrás pasar.

Asiento y me quedo parada mientras veo al hombre desaparecer por unas amplias puertas. Mientras me trago las imágenes de mi abuelo sufriendo, sin merecerlo.

Las horas pasaron, y la noche calló. Sin embargo, yo sigo aquí, esperando algún aviso u otro resultado. Miro el reloj de pared y marca las 10:40. Llorar tanto me ha dejado cansada.

Me quito mi sudadera y hago una almohada con esta. La pongo en uno de los extremos del asiento corrido donde estoy y recargo mi cabeza sobre esta. Estoy tan cansada que a pesar de verse incómodo y no apto para dormir, no me importa. Mis ojos inician a volverse pesados hasta por fin cerrarlo por completo

—Nino— me abalanzó contra sus brazos y el me recibe con una gran sonrisa.

—Mi pequeña— me observa unos segundos— estas creciendo muy rápido.

—Hoy crecí más.

—Bueno, es un grato regalo que tu cuerpo te ha dado por tu cumpleaños.

—Lo sé— digo entusiasmada.

El abuelo se sienta en el sofá y yo aprovecho para sentarme en su pierna.

—Casi lo olvido, te he traído un obsequio— me extiende una bolsa y no tardo en tomarla— espero y te guste, mi pequeña.

Saco un vestido rosa con olanes de aquella bolsa, tan hermoso, y parecido al de una princesa. Pero no es todo, en el fondo hay una tarta de limón con una pequeña vela rosa.

—Gracias Abuelo— lo abrazo con fuerza y el me abraza más fuerte.

—Bueno querida, es hora de irme, tengo que ir a descansar.

—Pero apenas llegaste, además, ¿no partiremos la tarta juntos?— lleva una de sus manos a su pecho y hace una mueca de dolor que no tarda en convertirse en una cálida sonrisa.

—Será otro día— lo acompañó hasta la puerta de entrada.

—¿Volverás, cierto?.

—Lo haré.

—¿Me lo prometes?.

—Oh mi Bree.

—Abuelo, prometelo.

Me da una sonrisa cálida, tan hermosa y resplandeciente como siempre.

—Te lo prom.....

—Bree, Bree despierta.

Me remuevo y cuando lo recuerdo me levanto de golpe.

—El abuelo— exclamo agitada. Busco por todas partes su presencia, pero es cuando caigo en la cuenta de que el no esta aquí, que esta no es mi casa, sino un hospital, y que lo anterior fue sólo un sueño.

Visualizo a Chat y a Eithan frente a mi— Vamos a casa Bree, es hora de descansar.....

No quiero irme, quiero estar aquí por si el despierta, si me necesita. No quiero que piense que lo abandone.

—No lo dejaré, no aquí, no sólo.

—Bree él no despertará pronto— intenta convencerme Chat.

—No me importa, nadie sabe que pueda pasar.

Ambos se observan y luego a mi.

—Haz lo que quieras entonces— dice con fastidio Eithan y ambos me dan la espalda. Los observo y veo quien los trajo; Tyler. Quien habla con ellos para luego loa tres retirarse.

Vuelvo a acostarme y luego de unos largos minutos, veo una figura frente a mi. Subo poco a poco mis ojos y creo saber quien es.

—Las noches en los hospitales son pesadas, y más si las pasas a solas.— Tyler se sienta a un lado de mi y yo sólo lo observo.

Todo por un Touchdown °|ADJ#1|°©Where stories live. Discover now