VII

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En cuanto me vi solo con Louis, los nervios empezaron a aparecer. La sudoración en las manos, el calor en el pecho, mis dientes mordiendo mi labio inferior. Allí estábamos, uno frente al otro. Aquellos ojos expectantes, hermosos y fríos que demandaban algo que no sabía cómo expresarlo. 

"¿Podemos sentarnos?" pregunté.

"No" respondió sin vacilar, nunca lo hacía.

"Bien" una pausa. "Louis yo..."
En ese momento quise decirle todo, en verdad lo quise, contarle todos esos sentimientos que no había podido reprimir por semanas. La forma en la que estaba celoso de Niall, cuando probaba sus labios, cuando lo tomaba de la mano, cuando olía su cuello en busca de aquel invisible aroma. Quería decirle que estaba irremediablemente perdido por él. 

Se mío...

"Harry" llamó el beta, deteniendo el remolino de pensamientos con un gesto de su mano. "Escucha, obviamente tienes mierdas que resolver, lo entiendo" dijo y sonaba tan comprensivo que me hacía bajar la mirada de vergüenza. "Pero no puedo compartir espacio con alguien así" agregó después de un rato. Mi mirada se levantó al instante.

No.

"Te irás..." dije, más como una sentencia que como una pregunta.

"No, pero no dormiré en nuestro cuarto por un tiempo" afirmó.

"¿Cuánto?"

No suenes desesperado.

No me importa, se irá.

"Cuanto necesites para cambiar de actitud"

No te vayas, por favor beta.

"¿A dónde irás?"

"Con un amigo" respondió y no pude evitar sonar celoso al preguntar.

No, mío.

"¿Con Niall?" Él me dio una severa mirada, volví a mirar al suelo. 

"Él ya tiene un compañero de cuarto, no lo voy a incomodar por tu culpa" Culpa, bien, lo merecía. "Hasta entonces, no te acerques a mí".


Oh Louis, como si eso fuera posible.


Quería decirle que no era justo, que no sabía lo mucho que me dolió su ausencia, pero Louis tenía un punto: necesitaba cambiar mi actitud. No podía retenerlo cada vez que aquella bestia aparecía. No era justo con él, ni con nadie. 

Además, era obvio que solo era yo el que sentía todo esto. Aquel pensamiento fue el causante de mi resentimiento hacia mi género, hacia el de Louis. Si tan solo él fuera un omega, si tan solo yo no fuera alfa...Si tan solo supieras cómo me haces sentir.








Un mes pasó sin siquiera un rastro del beta.

Había cumplido mi promesa con él. Ya no lo buscaba, no esculcaba entre sus cosas, no preguntaba por él. Pero continuaba haciendo todo aquello en mis sueños, cada vez más salvajes, más oscuros, más llenos de su piel, sudor y sangre. Soñaba con su cuello desgarrado y mi nudo en su interior, el calor de su espalda pegada a mi pecho, el sabor de sus besos. No quería dejarlo ir jamás, no quería despertar si no estaba él a mi lado. Lo celaba del resto del mundo y aquello no era nada sano.

BETAWhere stories live. Discover now