18 | Crónicas de la Familia H

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— ¿De qué carajos estas hablando, Faith Murphy? —no hace el amague de responder, solo cruza sus brazos por sobre su pecho y alza la barbilla.

— Tú, estúpida cerda del universo, parece que no captas las amenazas —ya lo entendí.

— Hola a ti también Grace —muestro todos mis dientes al ponerme de frente a su esquelético cuerpo. Y hola enorme frente de China, a ti también te extrañe.

— ¡No digas mi nombre, roba novios! —chilla desquiciada intentando lanzarse hacia mi. Sin embargo, unas manos sostienen su cintura antes de que pueda estampar mi puño en su cara.

Gabriel arruina la diversión

— ¡Grace, cálmate!

Pero no. Perra 1 seguía intentando llegar a mi clavando sus uñas en el brazo de mi enemigo.

— ¡Deja que la mate! —bien, esto se fue de las manos. Todos estaban atentos al espectáculo que la rubia estaba protagonizando. Gabriel le dice algo al oído que no logro escuchar, pero que parece tranquilizarla pues deja de luchar.

— Nos veremos más tarde, pequeño problema.

Me guiña un ojo y con sus brazos rodeando la cintura de Grace se alejan. Siento un gusto amargo en mi boca. Y el idiota eligió a la loca. Es una buena historia para contar.

— Gracias por ayudarme, Faith, realmente aprecio tu amistad, maldita.

— ¡Hey! No es mi culpa que seas un imán de problemas andante. Así que ahora, si pudieras quedarte en un mismo lugar y no causar problemas, seguiré con mi trabajo.

— Ni creas que me olvidare de esta conversación, Murphy —le grito mientras la veo alejarse. Me hace una seña con su mano restándole importancia.

Demonios

Doy unos pasos desorientada. ¿Qué era lo que tenía que hacer? Rasco mi cabello distraídamente. Por el rabillo del ojo noto el alboroto al final del pasillo y es ahí cuando veo a Austin y Ashton corriendo con cajas en sus brazos en mi dirección. Frunzo el ceño. ¿Qué hacen aquí?

Ya a unos centímetros presiento que iban a seguir con su camino, por lo que pongo mi pie delante de Ashton y cae encima de las cajas.

¡Uh! Se notaba que dentro de ellas no habían cosas muy blandas.

Austin por girar a verlo, también cae sobre las cajas. Río a sus espaldas y sigo caminando cuando mis pies ya no tocan el suelo y veo a Austin a mi lado.

Recorcholis

Empiezo a forcejear en los brazos de Ashton tirando mi brazo hacia atrás en un acto por intentar golpear su cabeza, pero en vez de eso siento que golpeo a otra persona y al principio solo escuchó su fuerte gruñido. Para que luego Viena Quinzel aparezca en mi campo de visión.

Doble recorcholis

— ¡Ashton bájame!

Nop —aprieta su agarre a mi alrededor, a tal punto que creo que se me van a salir los pulmones. Pero eso es lo que menos me preocupa con una Viena completamente roja de la furia.

— ¡Austin! —le hago un puchero.

Qué ridícula eres, Alissa

No es tu momento, conciencia

— ¿Qué? —me mira con una sonrisa macabra.

— ¿Me ayudas a bajar? —nuevamente el puchero.

Nop.

— ¡Oh que los jodan! —Austin mueve su dedo en negación.

— Eso no se dice, limoncito, le diré a mamá —¿limoncito?

Enamórame, Gabe  #1Where stories live. Discover now