- ¿En verdad brillaban sus ojos? -preguntó con lágrimas rodando por sus mejillas.

-Todo el tiempo que estuviste en su campo de visión lo hizo, tanto que hasta tuve envidia por no tener a alguien que me mirara así. -Viktor sonrió y dejo caer algunas lágrimas más, se acercó a su amigo y colocó su frente en el hombro de este, Chris suspiró y lo rodeo con sus brazos, palmeando un poco su espalda, recordaba haber leído algo de eso en un blog para consular a la gente-. No sé qué dices tú Viktor, pero yo digo que vallamos por ese escurridizo japonés y traigamos su redondo y suave trasero de regreso a nuestro lado.

-No haré un trió contigo y Yuuri, Chris... -respondió rápidamente apartándose de su lado y mirándolo seriamente a pesar de que las lágrimas aun salían de sus ojos. Por su parte él de ojos verdes rió fuertemente al ver la cara de su amigo, sin duda podía asegurar que el amor que tenía su amigo hacia a Yuuri y viceversa, era de esos amores que siempre podían encontrar su final feliz como en las novelas románticas que leía en ocasiones.

Compraron las cosas que Yakov pidió y volvieron hasta la habitación donde estaba Yurio, Yakov estaba afuera finalizando una llamada y por la expresión en su cara Viktor pensó que hablaba con Lilian pues ella al igual que Otabek aún seguían en Rusia; En la habitación Phichit acariciaba con paciencia los cabellos del menor y no se detuvo cuando los que estaban afuera de la habitación entraron, la mujer encargada de la habitación les indico que podían retirarse con él joven, más debían de acatar las indicaciones que les pedía para ayudar al rubio. Cada entrenador abordó un taxi con sus respectivos alumnos, incluyendo a Chris en el taxi de Celestino.

Ese mismo día, en horas de la noche hubo dos ataques más a la sede de los juegos, dando como resultados varios civiles fallecidos, los patrocinadores y los embajadores de los países participantes decidieron en unánime posponer hasta nuevo aviso las olimpiadas de invierno y regresar a todos los participantes a sus respectivos países; Con esto Yakov llamo a Yuuri, para confirmar el vuelo que Yurio tomaría, un vuelo de 17 horas con 29 minutos.

Al siguiente día en la noche, en el aeropuerto, fue sorpresa para los demás rusos de la federación que Yurio tomaría otro vuelo media hora después de la salida del equipo ruso, los vuelos estaban programados para las 12:30 de la media noche y la 1:00 de la madrugada respectivamente, es por ello que estaban desde las 10:00 de la noche en la sala de espera del aeropuerto. Yurio había comprado en el lugar otro teléfono al haber perdido el suyo en el accidente, revisaba las redes sociales y respondía los mensajes tanto de Otabek como de Yuuri, estaba tan sumergido en esto que no sintió cuando Viktor se acercó a él con un regalo muy particular.

-Yurio... -canturrio su nombre haciendo molestar al adolescente que desde la mañana parecía que había vuelto a su normal carácter.

-No estoy para juegos Vik... -sus palabras fueron acalladas por algo de color blanco y suave que le aplastaba por completo su cara.

-Cuando lo vi en la tienda no pude dejar de pensar en ti. -comentó con una renovada sonrisa.

-Aleja eso de mi cara... -habló molesto aportando aquel objeto, Viktor solo rió y colocando aquella almohada en forma de gato en frente de su cara y con voz infantil movía hacia los lados la almohada.

-Yurio no debe de ser agresivo, Otabek lo dejara si no es amable con los demás.

-Eso no pasara tonto. –respondió con firmeza siguiéndole el juego a Viktor.

-Si eso es verdad, porque no me das un abrazo y somos amigos.

-Oh no... -amenazo hundiéndose más en las sillas-. Si te acercas con esa cosa te demandare por abuso a menor incapaz. 

Cerca de ti en la distancia. -Viktuury-Where stories live. Discover now