Cap. 19

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-El Príncipe del Castillo. – Susurró la niña.

El Señor de las Sombras entrecerró los ojos sobre ella.

-Sabes quién soy. – No podría traerle más sorpresas, ¿o sí?

En lugar de responder, la pequeña alzó el dedo para señalar detrás de él.

Frunció el ceño y se volteó con lentitud.

Sólo para encontrarse con una representación de sí mismo. En la pared.

La pintura aceitosa llenaba todo el muro con toda clase de criaturas que podía identificar sin problemas. Pero él estaba justo en el centro. La imagen agresiva y sanguinaria que los humanos tenían de él parecía cobrar vida. Era lógico que lo reconociesen. Sin embargo, no era eso lo que le inquietaba.

Volvió a echar un vistazo a la pequeña y al resto de los niños.

Esas miradas. No eran de temor, desprecio, asco. Ni siquiera habían retrocedido. Aquello que mostraban, no era más que una genuina admiración.

Muy, muy extraño.

Él había recibido miradas como aquellas de los pueblerinos, cuando era humano. Pero ya no era Gabriel, el guerrero. El héroe. El Príncipe de las Tinieblas sólo podía recibir repudio por el simple hecho de existir. Así que, ¿por qué?

Como todos a su alrededor se habían quedado pasmados, decidió que era hora de dejar las maquinaciones e ir al grano. Se centró en la niña, que no se había movido. Ella tenía que irse con él. Pero, si había puesto todo su empeño en salvar a estos chicos, a pesar de ser tan joven e inexperta, será porque realmente quería que ellos viviesen. No podía dejarlos morir, o estaría arruinando un trabajo bien hecho. Por tanto, esos trasgos debían desaparecer. Sin embargo, el sol saldría pronto, no podía entretenerse matándolos, o no podría llevarse a la chica antes de que la Hermandad de La Luz se dignase a aparecer.

Optó por el método más rápido.

Lanzó una mirada a las criaturas, que las hizo encogerse. Invocó las Garras del Caos, y tuvo que ignorar la exclamación general por parte de los niños.

-Estoy harto de ustedes. – Rugió. – ¡Fuera de mi vista! ¡Largo!

Arrojó una bomba de fuego en dirección de esos trasgos y vio que no podía huir lo suficientemente rápido. Acabaría con ellos luego.

Ahora, a lo que venía.

-¿Has venido a buscarme? – La voz de la pequeña llamó su atención. Se había levantado, y los detalles de su armadura, tan parecida a la que había usado una vez, fueron impactantes.

-También sabes eso.

-La muchacha de blanco me lo dijo.

-¿Tiphania?

-No. El ángel no habla mucho conmigo. Ha sido Marie.

El nombre lo dejó helado.

-¿Marie? – Su voz salió ronca.

-Viene a verme cada noche. Me cuenta mucho sobre ti. Y me trenza el cabello.

Incrédulo, apartó la vista. Tenía que enfocarse. Nada debía distraerlo de su objetivo.

Y tenía que saber todo. Después.

-Dime, - la voz de la chica lo trajo de regreso – si me marcho, ¿mis amigos estarán bien? No tienen a nadie que los proteja ahora.

Pensó un poco la respuesta.

-Haz hecho tu parte. Los trasgos se han ido y no tienen nada que hacer aquí. - Los miró. – Estarán bien. Además, más humanos están en camino en este momento. No estarán solos.

BLOOD BOUNDED - THE LIGHT - Español - Castlevania Lords of Shadow (fanfic) P-IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora