Cap. 12

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Gabriel terminó de lavarse un poco antes de lo que acostumbraba. Estaba más alerta de lo normal, pero por otra razón. Se sentó en el pasto y esperó. Para ocupar el tiempo, tomó su fusta y probó atinarle a las uvas maduras, grandes como bayas. Había contado unas veintiséis sin fallar cuando comenzó a mirar alternativamente al arbusto.

Se está tardando. 27. Tal vez no venga. 28. No es como si hubiesen fijado hora. 29. ¿Y si le pasó algo? 30. El bosque se vuelve más peligroso a esta hora. 31. Debería ir a buscarla, sólo para estar seguro. 32. De todas formas, ¿por qué estaba tan nervioso? 33. No es como si ella significase algo para él. 34. ¿O sí?

-¡Gabriel!

¿Marie?

La última uva salió disparada a su frente.

-Auch. – Se frotó con fuerza el lugar donde le había golpeado.

-Oh, ¿estás bien?

-Sí. – Hizo una mueca. Iba a tener un chichón durante días.

-Déjame ver. – Se echó a su lado para examinarlo. – ¡Santo cielo, pareces tener una cereza encima del ojo! ¡Una muy grande!

-¿Ah, sí? – Masculló.

-Debes bajar la hinchazón con algo. – Escrutó a su alrededor. – Espera. – Se levantó y caminó hacia un matorral.

-No es necesario. – Dijo, un poco aturdido. – Ni siquiera duele. – Sólo se sentía la palpitación hasta la nuca. – No es tan grave.

Cuando Marie regresó se arrodilló frente a él.

-Abre la boca.

En seguida subió la guardia y retrocedió.

-Abre. – Le sostuvo el hombro con más fuerza de la que esperaba.

La miró con recelo.

-¿No irás a echarme una rana o algo así?

Ella abrió los ojos como platos.

-Pero, ¿cómo crees? – Exclamó indignada. - ¿Por qué piensas eso?

Porque ya se lo habían hecho. Fue cuando lo castigaron por romperle la nariz al cabrón. ¡Ah, vamos! Un puñetazo no era para tanto. Ni siquiera había sangrado lo suficiente.

-¿Soy para ti esa clase de persona? ¿Es que no confías en mí?

Espera, ¿iba a llorar?

-N-no es eso.

Pero era tarde. Tenía los ojos mojados.

Gabriel había soportado muchas cosas en su corta vida. El dolor. Pérdidas. Agotamiento extremo. Peleas. Castigos. Todo con su sobria indiferencia.

¿Estas lágrimas? No podía permitirlo. Ella no derramaría ni una, mientras él pudiese evitarlo.

-No vengo de un lugar afable. – Dijo con cautela. – Me cuesta creer que siquiera hallas cumplido tu promesa. – Tomó la mano en su hombro cuidadosamente. – No eres la razón por la que me cuesta confiar en alguien.

Solo entonces pareció calmarse.

-Es una hoja muy amarga. Normalmente debo engañar a Anisa para que la tome. – Bajó la cabeza. – Perdón por asumir que eras igual.

Él sonrió.

-Muy bien.

Cerró los ojos y abrió la boca. Sintió la pequeña mano sostener su mejilla. Su corazón se desbordó mientras ponía la hoja en su boca.

Ciertamente sabía a rayo. Tuvo que emplear un gran esfuerzo para que no notase su repugnancia.

-Te lo dije. – Ella sonrió de medio lado. – Debes masticarlo hasta que quede sin savia. Podrás escupirlo y enjuagarte con menta, si quieres. – Se dispuso a levantarse.

Sin pensar mucho, él la detuvo con una mano en su muñeca. Era una suerte que tuviese la boca llena. Las palabras para expresarle su gratitud parecían no querer salir.

Algo en el rostro de la niña se iluminó hasta transformarse en una sonrisa. Y ahí estaban, ambas manos en sus mejillas.

-Por nada.

Sin poder evitarlo, cerró los ojos y se abandonó a aquella calidez.

El chico odiaba que le tuviesen lástima. No aguantaba que lo tocasen, mucho menos que le dijesen lo que tenía que hacer. Y por supuesto, tomaba todo como una agresión y respondía como tal.

Sin embargo, este toque tan gentil lo llevaba a un lugar en su interior que no sabía que existía. La genuina preocupación de Marie lo complacía. Quería decirle lo mal que se sentía sólo para que cuidase de él.

No se daba cuenta de que, poco a poco, lo iba postrando a sus pies.


Fresquito, para empezar a ponertos tensos. ¿Qué me dicen? ¿Quieren combates? ¿Alguien quiere gore? ¿O quieren que siga el romancito? ¿Alguien quiere lemon 7v7?

BLOOD BOUNDED - THE LIGHT - Español - Castlevania Lords of Shadow (fanfic) P-IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora