Cap. 3

216 23 17
                                    

Alucard cruzó el portal hasta la iglesia abandonada, donde él y su padre se quedaban. Siguió los crujidos y chillidos, donde sabía que encontraría al Señor de las Sombras.

-Finalmente estás aquí. – dijo, mientras clavaba un pie en el pecho de un trasgo verdusco con muchas arrugas y dietes. – Dime que sabes quién es el amo de estas criaturas, para poder deshacerme de este. Dudo que sepa decir algo más que esos horrendos chillidos.

Fiel a su palabra, el bicharraco soltó otro alarido ensordecedor, con la punta de la bota enterrándose en el pecho.

-Un familiar de Baba. – Respondió.

-¿Baba? – Los ojos violáceos de su padre lo miraron. - ¿Baba yaga? ¿La bruja del bosque?

-Sí. Se ha estado fortaleciendo en tu ausencia.

-Ja, déjame saber si alguien no lo ha hecho. Pequeño montón de rastreros. – Luego le habló a la criatura. – Parece que ya no te necesito. – Continuó introduciendo la bota, con la intensión de aplastar su corazón. El trasgo se quejó, pateó y mordió.

-Espera.

Se detuvo y volvió a escrutarlo, sus ojos encendidos en rojo sangre.

-Puede que sean exploradores. Normalmente van en manada. Y se esconden para informarle. Tal vez solo quería saber si tu regreso era cierto.

El gran Dracul sonrió con crueldad.

-Muy bien. – Clavó las garras en las alas de la bola de ruido espantoso y lo encaró. – Ahora escucha, renacuajo. Tendrás la mala suerte de seguir viviendo. Así que ve y dile a tu Maestra que el Dragón ha vuelto, por lo que debe escoger un bando. Y si va a atacar, que lo haga ahora, antes de que tenga que ir a buscarla. – Sonrió de nuevo. - Será peor para ella si eso pasa. – Ladeó la cabeza. – Asumiré que entendiste.

Se acercó al ventanal y lo arrojó por el cristal roto, gruñendo.

– ¡Y sal de mi maldita vista, antes de que cambie de opinión!

No se quedó a ver la huida del trasgo. Caminó en grandes zancadas hasta la enorme silla, que era lo más cercano a un trono para él.

-Creí que me había librado de esas cosas. – Resopló. –Pero son como cucarachas.

-¿Cuántos eran?

-¿Cien? ¿Mil? ¿Importa eso? – Acomodó su enorme cuerpo y sus músculos se relajaron contra la piedra. No necesitaba esforzarse para parecer el Señor sangriento que aterrorizó desde la humanidad, hasta a los monstruos más grotescos. – Me limité a convertirlos en cenizas. Parecían multiplicarse por segundos. Me recuerdan mucho a los esqueletos que usaba en el castillo.

-Podrías invocar algunos. Solo para asegurar el terreno.

Lo meditó por un momento. Hincó con sus garras la palma de su mano y derramó sangre en el suelo.

-Servid a la sangre que os invocó.

Emergieron los mismos esqueletos con los que se había enfrentado en Castlevania. Eran al menos tres, pero serían más si así lo deseaba.

Alucard comenzó a pasearse por el salón, mientras recibían órdenes de mantenerse ocultos, alertar sobre intrusos y matar de ser necesario. Sólo cuando llegó al ventanal y observó la luna, se dio cuenta que había imitado el gesto de su madre.

-Cada vez aparecen más criaturas de ese tipo – le dijo a su padre. – Incluso monstruos marinos están espiando por las alcantarillas. Me pregunto si es solo para comprobar un rumor, o si estarán tramando algo más.

BLOOD BOUNDED - THE LIGHT - Español - Castlevania Lords of Shadow (fanfic) P-IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora