15. Apaga la maldita canción.

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-No sé supone que digas eso, debes ser lindo y cuidarme.

-De verdad que te hizo daño el azúcar, dices incoherencias.

Trepé el sofá para acostarme y lamentarme.

-Veré que puedo hacer por ti.

{...}

Para la mañana siguiente, mi estómago dejó de doler. Como era sábado, decidí hacer lo de siempre.

Nada.

No, realmente tenía mucho por hacer, pero estaba tan absorbida por el aburrimiento que preferiría hacer todo a último momento.
Así que, aquí estaba yo, mirando a la nada.

Y como si fuera alguna señal, mis oídos se alarmaron al escuchar el volumen alto de la música que resonaba por todo el vecindario.

Sí, era Shawn.

That Poppy estaba inundando el vecindario, me hubiera molestado de no ser por que ahora Shawn y yo estamos en algo, lo que me llevó a recordar la primera vez que no me dejó dormir por sus ruidosas canciones.

Flashback.

Estaba lista para ir a la cama.

Después de un día tan cansado mi cuerpo lo merecía, era muy tarde para estar despierta. Lo único que tengo en mente es dormir y olvidar mis responsabilidades.

Me tiré sobre la cama y bostecé, me cubrí con el edredón y cerré mis ojos lentamente.

Sentí paz y tranquilidad en mi interior.

Que duró muy poco.

Mis paredes casi se caían por el ruido extremo que había afuera.

Una fiesta.

No había pasado ni diez minutos desde que cerré los ojos. Me asomé por la ventana y como era de suponer, el idiota de enfrente tenía una fiesta.

-No puede ser. -gruñí.

La música a todo volumen, el grito de los chicos y las luces que parpadean me sacaban de quicio.

De verdad quería dormir, no quería despertar de mal humor, necesitaba descansar.

-¡TODOS GRITEN! -un chico habló a través de un micrófono.

Después la multitud comenzó a gritar, ¿acaso soy la única que se ha despertado por el ruido? Dios, debería llamar a la policía.

Entonces vi su cabeza, estaba de espaldas con un vaso en la mano, probablemente contenía cerveza. Abrí mi ventana y saqué la cabeza, inhalé...aquí voy.

-¡Apaga la maldita canción, Mendes!-grité desde mi ventana.

Pareció escucharlo pues volteó hacia mi pero no hizo lo que pedí, me sonrió y alzó su vaso al aire. Acto seguido, mi vecino subió más el volumen de la dicha canción.

Maldije.

No podía vivir así.

Toleraba sus canciones la mayoría de veces y no me molestaba en lo absoluto la canción, el problema era que ¡tiene el gusto de escuchar canciones a las 2 de la mañana y hacer una fiesta a esta hora!

Realmente no era mucha gente la que había ahí abajo, sólo unas doce cabezas gritando en el patio vaya que era molesto.

-¡No puedes callar la diversión! -me gritó de regreso.

¿Qué no podía?

-¡Llamaré a la policía si no apagas tu maldita canción!

Fue lo último que grité y cerré mi ventana de golpe.

*********

Reí por el recuerdo.

Aria.
Llamaré a la policía si no apagas tu maldita canción.

Marisol🌻
Exagerada.
Ven aquí y únete a mi fiesta;)

𝐌𝐢 𝐕𝐞𝐜𝐢𝐧𝐨 | s.mWhere stories live. Discover now