Capítulo 24 - Los Coreanos son encantadores.

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Y como si no tuviera suficiente de sol, mar y arena, al día siguiente lo primero que hice fue ir hacia mis rocas.

En cierto modo, me sentía un poco inspirada… al menos eso pensé hasta el momento en que llegué allí, y quería empezar a escribir. Después de pensar un poco (mucho) y de mirar una palmera ondeándose libre, fue cuando tomé mi lápiz por primera vez.

Y, después de tiempo perdido, empecé con la única razón que me mantenía en Nove, y que hasta sentía, la había olvidado: El ensayo que me conseguiría la beca que tanto deseaba. 

“¿Amor? Cuando leí en las bases que me tocaba el tema, sentí todo derrumbado. Si cualquiera me hubiera preguntado en ese instante, ¿Que es el amor? No hubiera sabido que responder. Simplemente porque jamás lo había conocido de un modo romántico donde alguien deja libres sus sentimientos para floja en sintonía perfecta con alguien más. No soy la más adecuada para hablar de amor, pero al menos tampoco estoy tan pérdida, y eso gracias a mi Familia y hasta amigos. 

Conocía el amor paternal; ese que me demostraba mi padre (que en Paz Descanse) cuando me cargaba en su espalda y me hacía reír hasta llorar, o ese que me mostraba mi madre al cepillarme todas las noches mi pelo para hacerme una trenza antes de dormir. Conocía el amor de hermandad: mi hermana siempre había sido mi confidente, mi más grande amiga. Ella siempre había estado allí para mi, y eso es algo de lo que le estaré gratamente agradecida de por vida. Sin embargo, no conocía el amor de una pareja. No lo conocía, ya que nunca había estado enamorada, de hecho… “ 

No lo estoy. Así es como quería terminar la frase, pero no pude. No pude porque en ese instante pensé en Chanyeol, y se quedó estancado en mi cabeza. 

No, no estaba enamorada. A menos de que… 

- ¡_____! - ¡Mierda! ¿Lo invoqué? 

Chanyeol corría despavorido hacia mí, escalando las rocas. Por instinto propio cerré el cuaderno y puse mi brazo sobre el… era bastante ridícula cuando de “enseñar mis escritos” se trataba. 

El chico llegó y se sentó junto a mí sin decir palabra alguna. Puso sus antebrazos sobre sus rodillas, y miró hacia el mar, como si no tuviera nada que hacer. 

- ¿Se te ofrece algo? – pregunté, un tanto irritada. Por mucho que llegara a querer a una persona, si se metía conmigo y me distraía en mis momentos de inspiración, le cortaba la cabeza. Al menos no literalmente, pero si en mis pensamientos. Chanyeol ya se estaba ganando puntos para ser decapitado por un cegito de personitas imaginarias que me amaban y me veneraban en mi mente.

- ¿Que te pareció lo de anoche? ¿Te gustó la salida? – preguntó sonriente. 

¡¿Qué?! ¡¿Enserio?! ¡¿Me interrumpía solo para Eso?!

- Bien. – suspiré. Personitas… preparen el hacha. – Solo Bien. 

- ¿Solo bien? A mí me agradó mucho. – dijo en tono alegre y despreocupado. Si, definitivamente todavía no notaba mi mirada de “Déjame En paz…”. 

- ¿Nada mas bienes a comentar sobre lo genial que estuvo la noche anterior?

- Si.

- Entonces hazlo en otro momento, que estoy ocupada. – hablé cortante. 

El me miró entonces, y asintió con la cabeza. Empezó a ponerse de pie, pero apenas sus pies lo sostenían, el se volvió a sentar. 

- ¿Qué piensas de Sarah? – preguntó impaciente. - ¿Sa… Sarah? ¿Iba enserio esa pregunta? – bueno, es agradable, ¿No lo crees? - ¡¿Eh?! 

Mientras mis neuronas calibraban motores, llegue a una lastimosa y casi hiriente conclusión: ¿Y Si después de ese beso, a Chanyeol le comenzaba a Gustar Sarah? 

- Pues… si. – contesté, casi sin aliento. 

- ¿Tu crees que, bueno… pueda salir con ella? ¿Crees que acepte? – lo miré, simplemente perpleja. Tragué gordo, y regresé mi vista al océano. De repente, había perdido su belleza; de repente la palmera había dejado de moverse. De repente, me sentía triste y con ganas de llorar a mares. Y en ese instante supe que era definitivo: Me gustaba Chanyeol. Y Si, tal vez era el Karma, o que el amor huía de mi… Pero a Chanyeol le gustaba Sarah. Digo, ¿A quién podría no gustarle la pelirroja? Era hermosa, ¿Mas que yo? Mil veces. 

Sin mirarlo, alcé los hombros en sentido de que no sabía, y Chanyeol tan solo chasqueó la lengua. 

- Es que, cuando la besé… se sintió bien. - ¡Cállate maldito Infeliz! Grité dentro de mí, respirando profundamente. – Hace tiempo que no salgo con nadie después de lo de Alice… tu sabes. – asentí. – y tal vez quisiera volver a intentarlo.

- No pierdes nada. – sonreí falsamente. – pregúntale, a ver que te dice. – el, pensativo asintió repetidas veces, mientras que ahora si se levantaba de su asiento improvisado en la roca. Pero, lejos de caminar alejándose de mi eh irse con Sarah, se incoó y besó mi mejilla. 

- Eres una gran amiga, _______. Gracias. – dijo, para después irse corriendo colina abajo. Tan abajo como mis sentimientos y mi corazón aplastado por el hecho de que el mínimo “posiblemente” haya sido borrado de las expectativas. Sarah obviamente no rechazaría a Chanyeol, no era tonta, y a juzgar por su ruborizamiento después del beso, tampoco sintió desagrado hacia su persona. En fin… una vez sola, siempre sola.

una escritora sin amor || chanyeol y túDove le storie prendono vita. Scoprilo ora