La noche.

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Shikamaru estaba dentro de la habitación que hace algunas semanas le había pertenecido a sus padres, había pedido que fuese re-modelada y que cada sabana, mueble o almohada fuese reemplazada, inclusive había conversado con el menor de los hermanos de Temari para que le ayudase a elegir cosas que quizás le gustaran a ella pero hasta hoy había entrado ahí, y lucia genial, entre sus nervios paso la mitad del tiempo analizando cada detalle y felicitando a sus trabajadores. 

La puerta sonó, unos golpes suaves. Shikamaru se puso de pie, su madre le había pedido que se pusiera la nueva pijama que habían confeccionado para el, era cómoda holgada y de una tele gruesa pero algo transparente como todas las pijamas. — ¡Su majestad la Princesa Temari! —  Uno de los guardias la anuncio. 

Al abrir la puerta se encontró con un guardia del palacio y tras suyo Temari con una gran manta cubriendo todo su cuerpo.  —Le he traído a la futura reina su majestad. 

  — Ah.. si ... pasa, no, no. —  Shikamaru trago saliva. — Ella pasa ella, pase. — El guardia tuvo que mirar en otra dirección para no reír, termino apartándose y Temari paso, detrás suyo estaban su madre, Kurenai, las amigas de Temari y sus hermanos. 

— Cierra ya la puerta. —  Dijo ella cuando se encontraba dentro, Shikamaru asintió y cerro, el lugar estaba medianamente oscuro solo dos velas eran la luz. Temari tenia una sabana bordada con oro al rededor de su cuerpo, la dejo caer y entonces abrazo su pecho, su larga pijama blanca parecía fabricada de la misma tela que Shikamaru, demasiado transparente. — Por favor... cierra las cortinas. 

— Si. —  fue lo que alcanzo a decir, y a pesar de que había afirmado su petición se quedo parado ahí mirándole, no por deseo, por nervios quizás, simplemente no se pudo mover. 

— Ve. —  le repitió ella, su silueta desnuda podía verse debajo de aquel trapo inútil, Shikamaru pensó que era inútil ya que su única función era darle calor, cosas que las sabanas iban a terminar haciendo, el tenia vestidos de mejor calidad, su madre había buscado un pésimo diseñador. Shikamaru cerro las cortinas y la habitación quedo mucho mas oscura, las velas apenas daban la luz suficiente como para saber donde estaban parado y quienes. —  No es que no desee que me veas, es que... me pone nerviosa saber que me ves. 

— Esta bien. 

— Yo... —  Temari estaba a espaldas de Shikamaru, lucia tan pequeña a diferencia de cuando usaba esos grandes vestidos y peinados. —  No se como empezar esto así que... voy a... — Temari señalo la gran cama a su lado, era una cama enorme y fría, dura y con demasiados detalles, Shikamaru la había probado hace algunos segundos y no le pareció nada cómoda. — Acostarme...

— Esta bien. 

Temari se giro y le miro a los ojos, ambos se miraron el tiempo limitado que sus nervios le permitieron.  Camino hacia la gran cama y con cuidado retiro la gran sabana para meterse bajo ella, ahora entendía porque la chica cubría su pecho por supuesto, era demasiado visible a través de la pijama. — Puedes venir cuando quieras. — fue todo lo que dijo ella al estar dentro de las sabanas. —Y si deseas quitarme esto, lo puedes hacer. — Todo lo decía mientras su rostro estaba siendo cubierto. — O si prefieres lo hago yo misma. 

  — Esta bien. 

— ¿Solo dices esta bien? —  La voz sonó un poco mas grave que antes. 

— Lo siento... yo... —  Shikamaru estaba tratando de decirle que el quería quitarle la pijama pero fue imposible que eso saliera de su boca, lo intento pero el tartamudeo fue demasiado estúpido y vergonzoso así que se limito a dirigirse a la cama. Las mejillas de Temari estaban tan rosadas que le pareció tierno, ella era tan amargada que mirarla así tan dulce... —  Yo... —  Alzo ambas manos en señal de que no quiso decir nada, Temari comprendió y asintió levemente.

Shikamaru entro bajo aquellas sabanas e inmediatamente su cuerpo reacciono a todo lo que estaba pasando, por supuesto había sentido esto antes pero, esto era de una forma diferente, nunca había estado tan cerca y nunca había estado seguro de que pasaría. Temari lo miraba de reojo mientras el se cubría hasta el cuello con la manta, la chica estaba nerviosa, tanto como el quizás, pero lo estaba intentando, aun si hace dos semanas había pedido que le dieran tiempo estaba haciendo su mejor esfuerzo, Shikamaru pensó que debía de haberle comprado algún obsequio por su esfuerzo y que quizás mañana seria el día perfecto para hacerlo.  — Ya empieza de una vez, de verdad me estoy muriendo de los nervios solo quiero que lo hagas. —  Temari ahora no estaba hablando de una forma suave y tierna, su voz no era grave, pero si se escuchaba enfada. —  Puedes quitarme la camisa de una vez y yo te quito la tuya, entonces comienza a acariciarme y... lo pones ahí. —  La chica le miro irritada, su cara estaba del color de un tomate y Shikamaru no pudo evitar sentirse diminuto. 

  —  Esta bien. —  Shikamaru se acerco mas a ella, ofreciéndole su brazo como apoyo, como un lugar donde poner su cabeza y poder tenerla cerca pero ella no pareció entenderlo. —  Tu cabeza, ponla allí. 

La elección. Shikatema FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora