e p í l o g o .

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|Un mes después

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|Un mes después.|

La chica estaba sobre el auto de su padre viendo a la nocturna Nueva York a través de la ventana. Volvía de su viaje de Rusia, esas dos semanas visitando la tumba de sus padres y conociendo a sus familiares biológicos se hicieron horribles sin tener a su extraña familia a su lado, haber ido sola fue una mala decisión de su parte. Lo único que quería hacer era llegar y estar con la gente que amaba, con esa peculiar familia que le encantaba.

     A penas el auto aparcó en los estacionamientos subterráneos de la torre, Atenea bajó rápidamente y sacó su equipaje del maletero antes de que Happy lo hiciera. Se dirigió al elevador y allí apretó el botón que la llevaba al ala principal.

     Sentía que el ascensor subía más lento que otras veces, aunque en realidad, la velocidad era la misma de siempre. Ya quería sentir nuevamente el aroma de la comida quemada que a veces se hacía Thor, o oír las quejas hacia Visión por no usar las puertas. Añoraba su hogar.

     Cuando las puertas del elevador se abrieron en la sala, Atenea se percató que el lugar estaba decorado con globos azules y amarillos, había comida por todos lados y un montón de gente con una sonrisa hacia ella.

— Feliz cumpleaños, pequeña. — Dijo Tony a unos metros del elevador. Se podía ver que sus ojos estaban llorosos, él también extrañaba a su hija y pensaba que el que fuera sola fue la peor idea.

—¡Papá! — Dijo con un pequeño acento ruso. Ella corrió a los brazos de su padre y se quedó allí unos segundos que se hicieron eternos.

Al separarse, Tony le entregó una caja a Atenea. Ella la abrió y no pudo evitar reírse. La caja contenía varias cosas que le gustaban a la chica como películas, vinilos, libros de ciencia y Shakespeare, algunos brazaletes y más, pero lo que más le gustaba era el par de zapatos de charol negro.

—Lo recordaste. — Dijo ella limpiando una pequeña lágrima.

—Te los debía de hace mucho.

Ambos volvieron a abrazarse otro par de segundos. Atenea se alejó de Tony y saludó a cada uno de los que estaban allí, que eran muchos, hasta estaban Ned, Michelle, Tyler y tía May.

—Lindo acento, bichito. — Dijo Thor al verla a su lado. Ambos se abrazaron.

—Es algo inevitable, Rapunzel. — Vesta la había ayudado a aprender el idioma semanas antes del viaje y la ayudó en este.

     Cuando sus ojos se encontraron, Peter abrazó a la chica mientras acariciaba su cabello, se había vuelto una costumbre. Al chico se le salió una sonrisa cuando se percató que la chica usaba su sudadera, ella la tenía desde el decatlón en Washington y a Peter no le interesaba en lo absoluto que ella se la entregara devuelta.

     La pequeña fiesta siguió luego de que Atenea se fuera a cambiar su atuendo a algo más decente.

— Gracias a todos por venir. — Dijo Tony con una copa en su mano derecha. Todos tenían una. — Nos hemos reunido hoy para celebrar la llegada de esta chica a nuestras vidas. Hace unos años atrás en un día como hoy, tuve el mejor impulso de mi vida. Hace unos años atrás en un día como hoy, vi a una niña a los ojos y supe que era especial. He de admitir que fue algo difícil para ambos en un principio, pero a pesar de mi poca experiencia en niños y su poca experiencia con padres, logramos crear la mejor relación padre/hija que alguien podía tener. Mi pequeña, gracias por preocuparte por todos nosotros, cuidarnos y por sobre todo, hacer nuestras vidas más felices.
Feliz cumpleaños, Atenea.

     Luego de brindar y cantar cumpleaños, la fiesta continuo. La chica salió al balcón a ver la estrellada noche en Nueva York. Peter apareció a su lado, algo nervioso, con una pequeña caja en sus manos.

—Hola, Pete. — Dijo ella tomando la mano del chico.

—Feliz cumpleaños, preciosa. Traje esto para ti, tu padre dijo que la anterior se había roto. — Atenea recibió curiosa el presente, y al abrirlo, se percató que dentro había una caja musical similar a la anterior que tenía. Ella giró la perilla y la música del Cascanueces llegó a los oídos de ambos.

—Me encanta, Peter, muchísimas gracias.

—Además, adentro hay algo más para ti.

Atenea miró atenta la caja y se encontró con una pequeña cajita aterciopelada azul. Ella lo observó asombrosa y curiosa.

—¿Peter? Esto...

—No, no. — Dijo el incómodo. Sacó la cajita y la abrió, dentro había un anillo plateado simple y por la cara interior del accesorio, tenía grabado una pequeña araña. — Claramente no es un anillo de compromiso, es un anillo de promesa. Yo... quiero prometerte que aunque tú puedas ser tu propia héroe, también seré el tuyo y te protegeré de todo. Prometo que te cuidaré siempre y estaré allí para ti. Y sólo te pediré a cambio... que seas mi novia.

Atenea estaba en shock.

—Peter... yo...

—¿Fui muy patético? — La interrumpió él algo incómodo. — Dios, fui muy empalagoso y lo lamento. Debí haber hecho lo que Michelle me dijo que hiciera y...

Atenea interrumpió al chico besándolo. Peter pasó sus manos por la cintura de la chica y la apegó más a él. Ambos podían sentir como sus latidos se coordinaban a un mismo ritmo, como sus respiración se mezclaban y sus sentimientos se sentían en el aire. Luego de separarse, mantuvieron sus frentes juntas.

—Seré tu novia, Peter, si me dejas ser tu héroe también. — Dijo sin dejar de mirar los ojos oceánicos del chico. — Me dejarás estar ahí para ti, me permitirás apoyarte y no dejarte solo. Juntos en las buenas y más aún en las peores.

— Me encanta la idea. — Él colocó el anillo en el dedo anular de ella y besó sus mano. — Deberíamos entrar, no quiero que el señor Stark me mate al percatarse que hemos estado mucho tiempo a solas.

Atenea dejó ir una risa antes de abrazar a Peter por la cintura y entrar juntos para continuar celebrando el año más que estaba con su familia extraña, pero especial.

•••

     Agradecimientos, aclaraciones y palabras empalagosas en la siguiente parte.

Identity. | Peter Parker.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora