Identity. | Peter Parker.

4.5

     A Atenea le dolía la cabeza cuando despertó. Se encontraba en una especie de pequeña celda con las esposas aún en sus muñecas. Con dificultad, gateó hasta la puerta de la celda encontrándose a Peter en otra al frente de la suya.

—Peter ¿Estás bien? — Dijo ella.

—No hables, Atenea, no deben saber que despertamos. Podrían venir. — Habló en voz baja el chico.

—Quítate la máscara. — Le dijo Atenea sólo moviendo los labios. Peter, extrañado, le hizo caso.

     Atenea, con dificultad por el dolor en su cabeza y sin quitar la mirada del chico, se metió en la mente de su amigo.

—¿Desde cuando puedes hacer esto? — Pensó Peter cuando su cabeza comenzó a doler ligeramente.

—Desde hace mucho ¿Sabes donde estamos?

—Ni idea ¿Estás bien?

—Eso creo, pero las esposas hacen que no pueda mover las cosas. — Atenea apoyó su espalda en el muro junto a la puerta, el chico hizo lo mismo. — ¿Peter? Tengo miedo, miedo de la verdad.

— Todo estará bien, Atenea.

— Todo este tiempo, a pesar de ser feliz con Tony, pensaba en mis verdaderos padres, del porqué me dejaron. Ahora, el único que parece saber la verdad es un villano ruso que me andaba buscando ¿Será que él es...?

—Ni lo pienses, Atenea. No tienes ninguna relación con ese hombre. Eres una persona hermosa, gentil, valiente, inteligente. Alguien así de perfecta no puede venir de un hombre así.

—Peter, pase lo que pase, quiero decirte que te... — Atenea no pudo terminar ya que el sonido de una puerta hierro abriéndose la interrumpió.

—¡Veo que han despertado! — Dijo un hombre calvo con acento ruso bien marcado. — ¿Cómo te sientes, pequeña?

—¿Quién eres? — Preguntó ella levantándose del suelo.

— Sabes mi nombre, pero no conoces mi rostro. Soy Wolfgang Von Strucker y deberías estar agradeciéndome por los poderes. — Atenea se sorprendió al escuchar lo último.

— ¿Usted? — Preguntó ella.

— Culpa a tu padre.

—¿Tony?

—Ese egocéntrico no tiene nada que ver con esto. Y dime ¿Qué tanto han crecido? ¿Puedes hacer las "burbujas"?

—¿Burbujas? — Preguntaron ambos adolescentes al unísono.

—¿Dónde están mis padres biológicos? — Preguntó Atenea asustada por la respuesta.

— ¿No lo sabes? ¿No te dejaron alguna carta o algo como a cualquier infante abandonado? Bueno, niña, creo que es hora de que sepas la verdad.

•••

Creo que 4.6 es el capítulo que más me ha gustado escribir (y el más largo), espero que les guste cuando lo suba.

     Estoy tan ansiosa que quiero que sepan ya el final, pero a la vez no quiero que termine.

xx, Saturno.