36 ¿Pero qué coño?

287 46 22
                                    

- ¿Por dónde narices se sale de aquí?- vocifera Jhon, agarrado a mí para mantenerse en pie.

Miro hacia todos lados, y veo que Thomas (quién nos ha seguido, guiado por las mismas ganas de huir), está tan perdido como nosotros.

- No lo tengo claro. Pero tenemos que conseguir salir de aquí. Los gritos han cesado en esa sala de allí atrás - informa Thomas, como si no lo supiéramos ya.

- Vamos - ordeno, y con la pistola en una mano, arrastro a Jhon conmigo. Thomas tiene el detalle de agarrar a Jhon por el otro lado, y ayudarme a llevarlo.

- ¡Vamos! ¡Por aquí!- unos gritos se oyen a lo lejos. Nos están siguiendo, y el rastro de sangre que voy dejando va a hacer que nos encuentren rápido.

Aceleramos el paso todo lo que podemos, pero seguimos avanzando demasiado despacio.

El pasillo por el que vamos termina en una pared llena de humedad y grietas, así que nos desviamos por el único camino que podemos: la izquierda.

- ¡Están por aquí!- los gritos se oyen cada vez más cerca.

A pocos pasos, éste pasillo también termina, y lo único que nos queda, es una puerta metálica cerrada con un candado.

Alzo la pistola y le doy un tiro. El candado parte, y Thomas le pega una patada a la puerta. Nos han oído, estoy segura, pero no tenemos otra salida. Atravesamos la puerta y nos metemos de lleno en la oscuridad de lo que imagino que será una sala. La luz del pasillo es escasa, así que no nos deja ver mucho del sitio al que nos adentramos.

- Vamos a dejar a Jhon allí - digo señalando una tabla de madera volcada. Lo arrastramos hasta allí y lo dejamos oculto tras la tabla.- ¿Puedes pelear?- le pregunto a Thomas.

- Creo que sí.

- Bien. Pues quédate tras la puerta. Yo disparo desde allí - señalo el otro lado de la habitación.

Apenas nos da tiempo a colocarnos en nuestras posiciones, cuando dos tíos entran por la puerta.

- Sabemos que estáis aquí...- se burla canturreando uno de ellos.- Salir de una vez, o nos veremos obligados a mataros.

Los cojones.

Aprovechando que no me ve gracias a la oscuridad de la habitación, sonrío. Lo tengo perfectamente a tiro, y solo espero que Thomas no sea tan cobarde de no hacer nada en cuanto yo me cargue a éste.

Alzo la pistola, apunto a su cabeza y, siendo muy consciente de que el disparo delatará mi posición y que el otro podrá dispararme...

¡Pum!

Aprieto el gatillo.

- ¡Mierda!- el otro hombre se prepara para dispararme.

-¡Aaaahhhh!- un grito rabioso que parece salido de una película de acción de bajo presupuesto, se hace oír al mismo tiempo que vislumbro a Thomas abalanzarse sobre el otro tipo.

Lo veo aferrarse a su cuerpo igual que un mono. Lo agarra por detrás, y lo tira al suelo.

- ¡Quita!

- ¡Muere cabrón!- y como si Thomas hubiese estado reprimiendose durante años, agarra la cabeza del hombre entre sus manos, y aún sin quitarse de encima, empotra su cabeza una y otra vez contra el suelo.

Una y otra vez. Una y otra vez... Hasta que soy capaz de arrastrame hasta él, ponerle una mano sobre el hombro, y decirle que pare.

El tipo ha dejado de respirar, y el crujir del cráneo ha sonado hace unos segundos. Esta muerto.

Norah Fox Where stories live. Discover now