🌸. 10

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Jimin jadeó cuando una mano grande, pálida y callosa que conocía muy bien rodeó su cintura con posesividad aún cuando se encontraba debajo del cuerpo de su amo. Maulló débilmente presa de la excitación que comenzaba a rodearlos y llevó sus brazos alrededor del cuello del pelinegro, sus cuerpos fusionándose lentamente en el colchón. El desnudo de Jimin estaba caliente como la piedra volcánica, en algún momento los toques divertidos de su mayor se habían convertido en pequeñas corrientes de placer que le hacían tocar una estrella y volver en menos de un segundo. Yoongi por su parte aún vestía esos pantalones de pijama que apretaban un poco su dolorosa erección palpitante, ansiosa de sumergirse en el cuerpo del minino y poseerlo como nunca.

Los labios regordetes y rojitos del híbrido llamaron la atención del mayor, quien perdido en su mundo se acercó de a poco comenzando una fricción que a ambos cuerpos les encantaba en demasía. De aquella prisión gordita escapaban los más suaves y melodiosos gemidos que había escuchado nunca, y arriba habían dos ojos anhelantes que brillaban ante su cercanía. El movimiento que mantenía era lento, ambos estaban hechos una bolita en el centro de la cama, Jimin rodeaba su cadera con sus piernas y la colita del pequeño había acabado enredada en el tobillo del cuerpo huésped, Yoongi se sostenía sobre sus antebrazos a la vez que bajaba su boca hasta el cuello expuesto de su chico, que gustoso le dio paso libre con un maullido y un tirón suave a los cabellos cortos de su nuca.

Chupó, lamió y mordió por toda la extensión de la zona sin acelerar ni alentizar su ritmo, los soniditos que dejaba ir el rubio eran la motivación suficiente como para ir más arriba y llegar al mentón de su chico. Jimin soltaba al aire algunos suspiros y gemía dulcemente mientras aumentaba el ritmo de su vaivén, él llevó sus besos en un camino hasta la oreja del menor, quien excitado dejó salir un maullido fuerte y prolongado. Cansado de jugar con el rubito, posicionó sus labios contra los belfos gorditos del contrario, humedeciendo el beso y jugando con la traviesa lengua del híbrido. En algún momento, las escurridizas manitos de su chico se habían colado bajo su pantalón y lo había bajado para poder sentirse piel con piel, llenando así el beso de jadeos fuertes y maullidos necesitados.

—Mm... Amo, t-ómeme —pidió el rubio clavando sus uñas en la espalda blanca del mayor, abriendo sus piernas dejando así que los movimientos que hacía el pelinegro simularan embestidas en vez de ser una simple fricción, gimiendo alto cuando sintió que no aguantaría más.

Yoongi tomó el cuerpo de su minino en brazos e invirtió la posición, quedando él sobre las almihadas y su gatito sobre su regazo, moviéndose sobre su pelvis para encontrar algo que calmara el calor que lo estaba consumiendo. Con una sonrisa de autosuficiencia, el mayor dejó que el pequeño masturbara ambos miembros, disfrutando la vista de la boca roja e hinchada y la desesperación por liberarse de su niño. Cuando creyó suficiente espectáculo y consideró que el minino estaría pronto a venirse, paró los movimientos del híbrido tomándolo de la cadera y sonrió.

Llevando una mano a su miembro, lo tomó y acarició suavemente bajo la mirada golosa de su gatito—. Date la vuelta, bebé. Enséñale a tu dueño tu hermoso culito y disfruta del dulce —ordenó moviendo su pene con cuidado, obteniendo una respuesta inmediata del pequeño que se dio la vuelta hasta mostrarle lo que había pedido, ingresando a su boquita el miembro hinchado y grande del mayor—. Uhm, buen chico —premió golpeando suavemente una de las nalgas, ganando un gemido prolongado y muy excitante para su polla.

Sin muchas ganas de seguir alargando lo inevitable, Yoongi llevó su boca a aquel rosado agujero que había en el trasero de su gatito, el cual se notaba que esperaba ansioso por su llegada debido a la pequeña palpitación que se podía apreciar. Lamió primero y sopló recibiendo como respuesta que el culo de su chico se apegara a su boca en busca de más. Tomó entre sus manos los glúteos bien formados del híbrido y dejó expuesto el esfínter, salivó lo más que pudo y se hundió en él. Jimin soltó el pene del mayor para maullar con gusto ante tal intrusión, su colita moviéndose de una lado a otro loca, despeinando los cabellos negros del mayor. La lengua que invadía su ano era evidentemente experta, pero eso no le podía importar menos en ese momento cuando todo lo que quería era ser llenado por el semen de Yoongi y tener muchos gatitos junto a su humano.

Oh... no le había dicho sobre eso. ¡Pero qué va! Se daría cuenta después.

—A la orilla y en cuatro, piernas en el suelo y pecho en la cama —le dijo el mayor en tono autoritario cuando ya tenía tres dedos sobre él. A decir verdad, Jimin dudaba de que esos tres dedos se semejaban al tamaño de su mayor, pero no le importaba en tanto pudiera tenerlo dentro.

Con un maullido, el rubito obedeció y antes de poder llamar al pálido con un meneo de trasero, ya lo tenía invadiendo con la punta dentro, robándole un jadeo de pura excitación. ¡Glorioso aquel que le dio tal atributo a su hombre! En menos de lo pensado ya tenía a Yoongi dentro llenándolo por completo y cirniéndose sobre él. Las manos grandes del pelinegro se colaron bajo su pecho para estimular sus tetillas a la vez que iniciaba con un vaivén lento pero certero.

—Ah~ Yoonie meo-w —gimió girando su cabeza para encajar sus dientes en lo que parecía ser una clavícula del hombre que le pertenecía. El mayor aumentó el ritmo haciendo que se alejara para tener sus belfos sobre los ajenos—. Ah-ah, sí —guió recibiendo un par de besos, la intensidad subiendo y el calor abrazándolos a ambos—. ¡Sí, sí, así! ¡Duro!

En menos de lo pensado ya estaba siendo empotrado contra la cama y el mayor daba en su punto dulce una y otra y otra vez—. Agh, J-imin...

—Más... ah, ¡más, amo! —pidió en sus últimos momentos. La madera de la cama rechinaba tras los duros moviemientos y el miembro del mayor salía y entraba cada vez más fuerte hasta terminar dentro del chico, quien se corrió en medio de un beso ferviente con su hombre.

Yoongi se desacopló del menor para cargarlo sobre la cama y recostarlo sobre su pecho que no dejaba de subir y bajar emocionado. Jimin sonrió rodeando el cuello del que ahora le pertenecía y se escondió en su sudado cuello, dejando un par de lamidas y besos mientras se acomodaba para quedarse ambos viéndose a los ojos.

—Meow —susurró besando los labios finos del pelinegro, quien con posesión tomó su culo entre sus manos y lo amasó en tanto duró el beso caliente. Cuando se separaron supieron que algo había cambiado.

—Meow, bebé —respondió con una dulce sonrisa, pudiendo entender sin necesidad de explicaciones el verdadero significado de la palabra.

Ambos habían dado un paso más en su relación, y toda batalla que se aproximara la pelearían juntos.

...

qué vergüenza lpm

CANCELADA 🐱 Criminal Meow ㅡ ymWhere stories live. Discover now