Arion x Victor / TenmaxTsurugi( Kyoten)fanfic Y One Shots7u7

III

* narra Arion *

No me había distraído nunca de esa forma en clase... Me pasé las horas pensando, dándole vueltas al tema y sin apartar la mirada de la nuca de Víctor pensativamente.

Una de las veces, sintiéndose observado me miró de reojo y disimuladamente miré por la ventana mientras mi rubor me delataba.

Mi corazón se aceleró cuando sonó la campana al final del día. Casi temblando recogí mis cosas y bajé torpemente las escaleras.
Al verle esperándome sonreí nerviosamente y le saludé con la mano temblorosa.
Pero palidecí al ver que no estábamos solos; estaban practicando también J.P
y Sawbuck. Eso me cambió la cara y estuve serio y entristecido todo el entrenamiento, sin energía.
-Creo que me voy a ir ya, estoy cansado. - le dije a Víctor.
-Pero si apenas llevamos veinte minutos. ¿Ocurre algo?
-No, nada. Sólo que hoy estoy más cansado. - mentí.
-Bueno, pues vámonos. - dijo cogiendo sus cosas.
-No, no. Tu quédate, no te fastidies por mí. - forcé una sonrisa.
Se quedó mirándome atónito. De igual manera recogí y me fui.

Estuve meditando por el camino si de verdad debería seguir entrenando con Víctor. Yo entrenaba por verle no por entrenar... No podía hacerle perder el tiempo de esa manera. Claro que verle sin una excusa sería imposible....
Estaba hecho un lío y no sabía qué hacer.

* narra Víctor*

Me quede miran petrificado cómo Arion se alejaba de esa forma tan repentina. Estaba seguro que el motivo no era su cansancio.
-¡Víctor! ¡Pilla! - me llamó J. P para que cogiera al vuelo el balón.
Me quedé mirándolo pensativo al darme cuenta. ¿Acaso me importaba un mínimo lo que le ocurriera a él?
Debería ser que sí, pero porque es de mi equipo. Pero antes no era así.
Negué con la cabeza para dispersar esos pensamientos y me puse a jugar de nuevo para distraerme.

* narra Arion*

El resto de tardes antes de irme y evitar a Víctor comprobaba si seguía el resto entrenando ahí. En efecto mi sospecha se confirmaba día tras día y así me iba. Sentía la mirada confusa de Víctor en mi espalda cada vez que me iba, pero nunca venía a por mí.
Me había hecho muchas ilusiones de que realmente yo era especial para él y ahora que veía que no se sentía tan triste...

Pero una de las tardes, cuando me estaba llendo sin siquiera mirar cómo jugaban sin mí, escuché unos pasos rápidos detrás.
-¡Arion!
Mi cuerpo y corazón se detuvieron. Me giré y mantuve la sonrisa lo más creíble posible.
-Dime.
-¿No vamos a volver a entrenar?
-Creo que no me necesitas. Pero gracias por haberme ayudado tanto.
Hubo un minuto de silencio que se me hizo eterno.
-Al menos practiquemos nuestra técnica el día de antes del partido.
Asentí con la cabeza y me giré lo más rápido que pude. No sabía cómo sentirme en ese momento, si volver a estar impaciente porque llegue el día o para nada estarlo.

* narra Víctor *

Me estaba afectando más de lo que esperaba y no sabía por qué. Además estaba cabreado porque lo último que quería era que alguien se diese cuenta de que me pasaba algo y estaba hecho un lío.

El día que había quedado con Arion era un sábado, por lo que pudimos ir al campo en el que no había gente nunca. Para mi sorpresa no fue demasiado puntual y cuando le vi llegar me asusté un poco, con una sensación extraña que no di mucha importancia.

En las prácticas poco a poco fuimos recobrando la confianza de antes y al rato ya estaba tan vital y entusiasta como antes.
Estuvimos también practicando pases y en uno de ellos metió gol de una forma que parecía imposible y se emocionó tanto que me abrazó. No me molesté demasiado pero me limité a mantener mi expresión. Él al instante se apartó y miró hacia otro lado al pedir disculpas.

Nos pasamos bien toda la tarde, preparándonos bien para el partido. Al final del entrenamiento decidí volver a ponerle a prueba y hacer que me quitase el balón. Me sorprendió bastante ya que me vaciló un poco y me lo quitó con gran facilidad, al tiempo que tiró muy fuerte a la portería y marcó. Pero lo que más me sorprendió fue que cuando lo hiciera se emocionara tanto que se lanzó a abrazarme de nuevo. Yo lo acepté, orgulloso de que por fin pudiese conmigo y estuviera tan feliz. Pero inesperadamente al abrazarme se acercó mucho a mi cara y acabó besándome y de la fuerza del impacto cayó encima mío.
Se separó en un segundo y me miró totalmente rojo y avergonzado, y enseguida se levantó y comenzó a gritar:
-¡LO SIENTO LO SIENTO LO SIENTO! ¡NO ME PEGUES PORFA! - eso último mientras se cubría la cara con las manos.

Yo no supe cómo reaccionar. Había pasado todo muy rápido y aún estaba en shock, por lo que me limité a mirarle mal. Aunque sentía un ardor en mis mejillas que nunca antes y me costó poner esa expresión por algún motivo.