Bosque │ Frededdy.

21

—¿Q-Qué demonios es esto?— preguntó Freddy mientras miraba su alrededor, todo era solamente de color blanco ¿Era otra pesadilla? Que extraño, no recordaba haberse dormido.    

Un espejo había salido de la nada, miró su reflejo asustado y asombrado... Era el solamente que había algo particular en ese reflejó,  tenía orejas de lobo y una cola de color marrón —N-No es posible...— susurró mientras se acercaba para tocar el espejo, al tocarlo se había roto de inmediato haciendo que pequeños pedazos de cristales cayeran al suelo.

—Freddy— escuchó una voz femenina haciendo que volteara viendo la silueta de una mujer mayor, quien al reconocerla la abrazó inmediatamente —M-Mama, te extrañe— dijo mientras pequeñas lágrimas de felicidad salían de sus ojos, la mujer no respondía solamente tenía una sonrisa en su rostro —Freddy— volvió al repetir el nombre del nombrado con una dulce voz mientras se separaba de los brazos de su hijo.

La mujer se acercó a él y le entregó un pequeño papel, mientras que poco a poco empezaba a desaparecer —¿Qué diablos es est-...¡Espera, no te vayas!— fue demasiado tarde cuando dijo aquellas palabras ya había desaparecido por completo.   

—¿Números? ¿Esto es una especie de código?— se preguntó mientras miraba extrañado aquella nota.

01000011 01101111 01100010 01110010 01100001 01110010 00100000 01110100 01110101 00100000 01110110 01100101 01101110 01100111 01100001 01101110 01111010 01100001 00101110 

✘

Freddy abrió poco a poco sus ojos a sentir como algo o más bien alguien le estaba lamiendo la cara y estaba en lo correcto, Fred estaba en su forma animal lamiéndole la cara —¡Despertaste!— habló mientras dejaba de lamerle y iba en busca de algo, a los segundos trajo en su hocico una rosa de color azul —E-Esto es para ti— habló mientras le entregaba aquella flor, el castaño la agarró con cuidado en no hacerse daño con ninguna espina —Gracias— contestó con una sonrisa. 

—¿Qué sucedió? ¿Que es este lugar?— preguntó confundido mientras miraba a su alrededor, al aparecer estaban en una cueva mientras que el exterior se podría notar que aún era de noche y llovía fuertemente —Es una larga historia — contestó algo nervioso el lobo quien se transformó después en humano para así explicar mejor la situación.

—Digamos que después de ese "accidente"— hizo comillas con sus dedos mientras mostraba una pistola —Te desmayaste y empecé a escuchar que venía la policía y bueno...Te agarré y me fui corriendo a cualquier parte...Ahora estamos perdidos— río algo nervioso ante aquello —¿¡P-Perdidos!? Debes estar bromeando...— el hombre lobo negó con la cabeza —No tengo ni idea en donde estamos ahora— contesto.   

—Entonces...¿Qué haremos ahora?— preguntó mientras jugaba con la rosa que tenía en sus manos —Tenemos dos opciones, caminar bajo la lluvia hasta encontrar nuestra casa o quedarnos aquí y sobrevivir...— para Fred no se le complicaba para nada la segunda opción después de todo había estado toda su adolescencia viviendo con su manada en una cueva, pero en cambio para Freddy seria algo dificil aquello. El castaño lo pensó un momento hasta que finalmente había elegido una opción —La verdad prefiero caminar bajo la lluvia— contestó, el azabache se levanto del suelo pero el contrario lo había detenido agarrándole del brazo.      

—¿Fred, podríamos hablar?

—¿H-Hablar?— su pareja le hizo una señal para que se sentara a su lado, el chico algo nervioso lo hizo —Fred, últimamente he tenido unos sueños bastante extraños— explicó mientras se recostaba en el hombro del medio-humano —¿De nuevo?— pregunto mientras recibía una que otra caricia en sus orejas puntiagudas —Esta vez fue diferente, mi madr-...¡Fred, no te duermas!— le regañó el de orbes azules al ver que no le estaba prestando atención y prácticamente se encontraba medio adormilado  —¡L-Lo siento!— se disculpó, sus orejas habían bajado un poco al ser regañado por su pareja ¿Como diablos Freddy podía enojarse con él si era tan tierno?  Algunas veces pensaba que Fred lo hacía a propósito para darle una imagen de ternura y que no fuera regañado.

Aún que sus pensamientos no eran tan lejos de la realidad, después de todo el azabache era un lobo bastante astuto (Aún que no lo aparentaba) y sabía cómo controlar a la gente a su manera.

—No importa— contestó restándole importancia aquello y le dio un tierno beso en la frente al hombre lobo quien estaba más rojo que una manzana que vendía cierto vendedor en el bosque ¿Quién diablos vendería manzanas en un bosque? Nada más ni menos que Don toño, pero esta historia no tratar sobre el, si no de dos idiotas que tienen una relación, pero son bien cobardes de decir sus problemas haciendo un drama de telenovela en casi todos los capítulos.

Pero dejando un lado la cuarta pared, sigamos con la ""narración"".

—Esta vez mi madre fallecida apareció, fue extraño...Me entregó una nota— explicó quitando una que otra parte que no era "importante" de contar, Fred escuchaba atentamente todo aquello —¿Y qué decía?— preguntó con curiosidad —No lo se, era solamente números— contestó.

—Creo que conozco a dos chicas que nos pueden ayudar— el azabache se levantó del suelo, acto seguido el castaño hizo lo mismo empezando a caminar siendo guiado por el hombre lobo, pero se quedaron quietos a escuchar un gruñido detrás suyo, asustados voltearon su cabeza encontrándose con un enorme lobo de pelaje gris y ojos color miel.

Sus miradas se conectaron entre los dos jóvenes para huir de allí o ser la cena del lobo, ambos decidieron la primera opción.

  ✘  

—¿A-Acaso no se cansar de perseguirnos?— preguntó agotado mientras seguía corriendo (Al menos lo que podía hacer sus piernas) unos pasos más atrás se encontraba el lobo totalmente furioso persiguiendo a los dos jóvenes más de una hora.

—E-Esto es extraño, no es luna llena ¿P-Porque está transformado en su modo salvaje?— volvió a hacer una pregunta mientras miraba al animal que los seguía y se notaba que aún no estaba tan cansado como los dos chicos —No todos los hombres lobos tienen la misma suerte de volver a su forma normal después de la luna llena— contestó Fred que estaba un poco más adelante que el castaño corriendo —¿E-Eso se significar que tu también podrías tardar en volver a tu forma normal? — el azabache asistió. 

—¡Oh, mira hemos llegado!— cambió por completo el tema agarrando la mano del castaño y guiandolo hacia una mansión donde cerró de inmediato la puerta recibiendo aullidos y gruñidos por parte del lobo que intentaba romper la puerta —Este lugar da mucho miedo— habló el de orbes azules mientras intentaba caminar pero se quedó quieto al sentir que había pisado un cadáver —Se me olvido decir que aquellas dos chicas son un tanto especiales—  explicó algo nervioso. 

—¿Especiales? ¿A qué te refieres?    

—Averiguarlo tú mismo— después de decir aquellas palabras se dio cuenta que una persona se acercaba a ellos, el castaño al verla quedó totalmente sorprendido.  

Eran dos gemelas siamesas.