Bosque │ Frededdy.

16

—¡Freddy, cálmate!— gritó el pelinegro agarrando de la mano al castaño quien se encontraba llorando ¿Que estaba sucediendo? Fácil, después de que Freddy acabara de jugar se sintió cansado y durmió un poco, pero poco después empezó a tener una terrible pesadilla —¿Así que según tú vistes extrañas letras y después vistes una imagen de yo muerto?— el castaño asintió rápidamente con la cabeza.

—Es solamente una pesadilla, no es real— aseguró Fred abrazándolo, para tranquilizador cosa que logro —¡Bien, quitar esa mala cara, tengo que enseñarte algo!— el pelinegro lo guió hacia afuera de la casa, en un pequeño jardín bastante decorado. 

Se notaba desde lejos que Fred no era muy bueno dando apoyo moral y mucho menos a Freddy.

—Jugaremos a un pequeño juego, tu tendrás que disparar a esa pequeña figura— señaló a una figura de decoración al frente suyo —Si sé romper ganarás 5 puntos— al principio no sonaba mala idea, pero cuánto el pelinegro le había entregado una pistola que tiempo atrás le había pertenecido a su padre, fue una idea terrible —¡Fred, y-yo no sé usar una arma!— el pelinegro no le tomó importancia aquello y hizo una señal con sus manos para que disparará, Freddy nervioso obedeció.

La bala en vez de darle a la figura había rebotado, haciendo que sé fuera a alguna parte del bosque.

—¿Porque querías que aprendiera a disparar?

—Porque lo necesitarás.

Freddy iba a contestarle si no fuera por un sonido de los arbustos, Fred a escuchar de inmediato aquéllo sé escondió detrás del castaño.

Freddy aún no entendía cómo diablos el hombre lobo había sido el jefe de una manada de lobos con aquélla actitud de niño pequeño.

Del arbusto había salido un pequeño cachorro de lobo, Freddy lo miró con ternura y curiosidad. Mientras que Fred lo miraba con odio.

El pequeño animal se asustó y inmediatamente se fue corriendo, Fred iba a irse a casa pero en cambió Freddy le había agarrado de la mano y lo arrastró hacía dónde iba aquel lobezno.

✘

Aquel cachorro sé había quedado quieto y Freddy entendió el porqué, una loba sé encontraba muerta mientras que dos cachorros más estaban a un lado de ella. Aparecer aquélla bala que sé fue al bosque le había dado a aquel pobre animal. Freddy se sintió mal por aquéllo, por su culpa había dejado a tres cachorros totalmente huérfanos.

Y cuánto quiso hablar con Fred, se dio cuenta que no estaba en ningún lado.

Busco con la mirada a Fred pero lo único que encontró fue una cabaña totalmente oxidada, el castaño se acercaba poco a poco a aquél sitio pero alguien le había agarrado con fuerza la mano —Nos quedamos con los cachorros por ahora, vámonos— los pequeños lobos siguieron con emoción a aquéllos dos adolescentes.

—¡Espera, quiero comprobar que hay en esa cabañ-...

—No hay nada interesante.  

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